Limpiar la grasa de la cocina suele ser de las tareas más complicadas del aseo en el hogar, pues poder retirar el líquido de manera adecuada de las superficies en las que se adhiere es un trabajo que requiere de mucho esfuerzo y productos adecuados para que el proceso sea el adecuado.
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Muchas veces aquellos líquidos ‘limpia grasa’ que prometen retirar la sustancia con tan solo aplicarlos en el lugar que se desea, no funcionan como se piensa y esto resulta dificultando mucho más la realización del oficio.
Es por esto que muchas veces se popularizan algunos métodos prácticos para lograr realizar la limpieza con facilidad. Algunos de los más conocidos son el vinagre y el bicarbonato, cada uno con algunas propiedades capaz de ayudar a remover la sustancia.
A pesar de esto, puede pasar que ninguno de estos dos ingredientes sean suficientes para limpiar lo suficiente el área. Es por esto que entre abuelitas existe un secreto que asegura que el proceso de retirar la grasa de la cocina será mucho más sencillo, es el limón.
El jugo de este fruto es uno de los remedios más poderosos para hacer el oficio, debido a su acidez natural, que puede llegar a actuar como un potente limpia grasa. Además, su acción astringente es capaz de hacer que el líquido se afloje rápidamente y esto evita el esfuerzo de tener que frotar de manera intensa la superficie.
¿Cómo utilizar de manera efectiva el limón para la limpieza?
Para poder retirar de manera eficiente la grasa con ayuda del limón, no se necesita ningún otro ingrediente adicional. Por lo que al realizar el oficio solo debe tener a la mano dos de los frutos y realizar los siguientes pasos:
- Prepare el jugo de limón: exprima uno o dos limones frescos y vierta el jugo en un recipiente. Si desea potenciar el efecto, puede calentar un poco el líquido durante unos segundos para que esté tibio.
- Aplique el jugo de limón sobre la grasa: use un paño o esponja humedecida con el jugo y aplíquelo directamente sobre las áreas con grasa, como la estufa, el horno o la campana extractora.
- Deje que actúe: permita que el líquido repose durante unos 5 a 10 minutos. Este tiempo permitirá que la acidez del limón afloje la suciedad acumulada.
- Frote suavemente: use una esponja o un cepillo suave para frotar la superficie. Verá cómo la grasa se desprende con facilidad. Si encuentra algunas manchas persistentes, puede espolvorear un poco de sal sobre el jugo de limón para crear un efecto abrasivo suave.
- Retire el exceso: finalice el proceso pasando un paño húmedo para eliminar los restos de grasa y jugo de limón. Luego, seque la superficie con un paño limpio para dejar todo impecable.
ERIKA LUCIA IBAÑEZ GARCIA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO