El yogur no solo es uno de los alimentos favoritos de las personas, sino que es rico en vitaminas A y B, y es una fuente de minerales como el calcio, fósforo, magnesio y zinc, así lo dice la página web ‘Fundación Española del Corazón’.
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Es común que a la hora de ingerirlo muchos opten por agregarle algunas frutas o cereales, para acompañarlo como postres, desayuno o meriendas. Un reciente trabajo de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, en el cual revelaron cuál es ese otro ingrediente con el que siempre debe ir acompañado.
Se trata de la miel y esta es conocida por sus propiedades antibacterianas, pero también porque es un prebiótico, que promueve el crecimiento y la actividad de los microbios útiles dentro del cuerpo del consumidor, así lo explica el sitio ‘Alimente’.
La científica nutricionista de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign, Hannah Holscher y coautora de las dos investigaciones relacionadas con este tema y que recoge la revista The Journal of Nutrition, habló de esta combinación culinaria.
"Nos interesaba la combinación culinaria del yogur y la miel, que es común en la dieta mediterránea, y cómo afecta al microbioma gastrointestinal", explicó Holscher.
El consumo de ciertos probióticos ayuda a la salud digestiva y a los movimientos regulares y este puede llegar a tener un efecto positivo en el estado de ánimo y la cognición.
“Las enzimas en nuestra boca, estómago e intestinos ayudan con la digestión y facilitan la absorción de nutrientes, pero también reducen la viabilidad de los microbios.
Queríamos ver si la miel podría ayudar a las bacterias probióticos a sobrevivir en el intestino”, agregó Holscher.
Los investigadores realizaron dos estudios, en que llevaron a cabo varios experimentos en el laboratorio para analizar el impacto de cuatro tipos de miel (alfalfa, trigo sarraceno, trébol y azahar) en la viabilidad de Bifidobacterium animalis presente en el yogur durante un proceso de digestión simulada y de estos la miel trébol tuvo la mayor supervivencia de los probióticos.
Para este análisis reclutaron a 66 participantes sanos entre 22 y 64 años de edad, con un índice de masa corporal entre los 18, 5 y 29,9 kilogramos, ellos contaban con una visión normal, iban al baño entre tres y seis evacuaciones intestinales por semana.
Ellos utilizaron una cápsula de gelatina que contenía un colorante alimentario, para medir el tiempo del tránsito intestinal, mientras que utilizaban unos cuestionarios, con los registros y procesamiento de las heces en el laboratorio en el que evaluaban la salud digestiva.
Este estudio lo organizaron de una manera cruzada y controlada aleatoriamente y tuvo una duración de dos semanas, las cuales estuvieron intercaladas, por un periodo de lavado de cuatro semanas.
Los participantes consumieron yogur que tenía Bifidobacterium animalis y miel de trébol, mientras que el otro grupo había tomado este alimento con azúcar, ellos también completaron cuestionarios y tareas, los cuales evaluaban su estado de ánimo, cognición y bienestar general.
“Nuestros hallazgos demostraron que combinar miel con yogur favorecía la supervivencia de las bacterias probióticas del yogur en el intestino, por lo que los resultados del estudio de laboratorio se tradujeron en una aplicación real en humanos”, afirmó Holscher.
Los investigadores llegaron a la conclusión que incluir un poco de miel al yogur sin azúcar es una buena combinación culinaria y muy nutritiva.
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WENDYS PITRE ARIZA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
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