El 1 de noviembre, un envío con destino a Florida fue detenido por los especialistas en agricultura de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) en el puerto de entrada de Louisville. Lo que parecía ser una carga común de "esponja de harina de ñame" proveniente de Nigeria, resultó ser algo mucho más perturbador: 41 murciélagos muertos y 41 aves muertas, ocultas en el interior con la intención de evitar la detección.
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Según aclaró la entidad desde su página web oficial, este envío, que se dirigía a una residencia en West Palm Beach, Florida, pasó por un proceso de inspección rutinaria por parte de los especialistas agrícolas del organismo, quienes rápidamente detectaron la presencia de los cadáveres de murciélagos y aves.
A través de un examen físico detallado, los expertos encontraron que los murciélagos eran especies frugívoras de color paja (Eidolon helvum) y murciélagos tejedores de aldea (Ploceus cucullatus). Ambos tipos son conocidos por su capacidad de portar enfermedades infecciosas peligrosas para los seres humanos, como el ébola, el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), la fiebre hemorrágica de Marburgo y la rabia.
Los peligros ocultos detrás del hallazgo: enfermedades contagiosas
Los murciélagos y las aves muertas son una violación de las leyes de importación y representan una amenaza directa para la salud pública del país. Los murciélagos, como se mencionó, son reservorios conocidos de virus y agentes biológicos infecciosos que podrían causar brotes de enfermedades devastadoras si no se controlan.
Del mismo modo, las aves muertas presentan un riesgo similar. Estas aves pueden ser portadoras de enfermedades altamente contagiosas como la influenza aviar altamente patógena (IAAP) y la enfermedad de Newcastle, que son letales para las aves y pueden propagarse rápidamente entre poblaciones animales, y en algunos casos, incluso a los seres humanos.
Tras el descubrimiento, el envío fue inmediatamente remitido a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), que ordenaron la destrucción de los murciélagos y aves muertos para evitar cualquier posible propagación de patógenos. Además, la Oficina de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos identificó con precisión las especies de murciélagos involucradas, lo que proporcionó un paso de suma importancia en la gestión de dicha amenaza biológica.
Las autoridades de la CBP, como LaFonda D. Sutton-Burke, directora de operaciones de campo de la oficina de campo de Chicago, destacaron la importancia del trabajo realizado por los especialistas agrícolas para prevenir la entrada de artículos prohibidos y peligrosos a Estados Unidos. "Estas incautaciones demuestran claramente lo fundamental que es su rol para evitar que las enfermedades ingresen al país", afirmó.