Bajo una profunda convicción de la reconciliación y la construcción de un mejor mañana, María Isabel Ulloa, directora ejecutiva de ProPacífico, ha liderado importantes iniciativas en la región.
Incluso, esta misma forma de pensamiento fue clave durante el estallido social en Cali, donde a pesar de las dificultades de los bloqueos, la zozobra de saber si regresaría a casa en una atmósfera de lucha de clases y de inseguridad, acercó a muchos de los protagonistas de las protestas para realizar consensos y generar alternativas de empleabilidad, desarrollo y emprendimiento.
Para la líder gremial, esas épocas fueron tan duras y complejas, que prefiere no remitirse a ellas, más bien, centrarse en conciliar y trabajar de manera unida para propósitos colectivos. Es por eso que la afirmación de Fabio Arias, máximo dirigente de la CUT, sobre una posible convocatoria a un estallido social, toca su sensibilidad.
“La verdad es que no tiene mucho sentido que volvamos a hablar de estallido social, porque aquí la reforma laboral y todos los problemas que tenemos como ciudad y como país, tenemos que resolverlos hablando, conversando y poniéndonos de acuerdo, no diciendo que si no es exactamente lo que yo quiero, pues van a haber consecuencias”, indicó Ulloa.
Discusión de la reforma laboral
“Un poco su discusión es que no vamos a salir de esa desigualdad si no se le paga mejor a los empleados. Y de ahí viene ese discurso entendido como que si no pasa la reforma laboral y no se le paga más a los empleados, pues la desigualdad no va a ceder en Colombia. Cosa en la que pues yo no puedo estar de acuerdo. La desigualdad y la pobreza de este país es el 55 % de los colombianos que están en la informalidad, cosa que no trata ni discute la reforma, Cosa que no trata ni discute la reforma y como bien lo dijo ayer el viceministro, no lo quiere discutir, o al menos el Gobierno no quiere tener esa conversación. Es ahí donde está la pobreza de este país, en los miles de colombianos que no tienen el privilegio de tener un empleo formal, con las prestaciones sociales y con todo lo que tiene un empleo formal”, expresó la directora de ProPacífico.
Sobre este tema, considera que “se debe tener mucho cuidado, porque esta no es una discusión de los grandes empresarios. Aquí, como lo hablábamos ayer, hablamos del panadero, que tiene dos empleados, o tres empleados. Ese panadero, con la reforma, la posición no es si va a ampliar a un cuarto panadero. La reforma lo que lo está poniendo a pensar con los costos que van a incurrir por esta reforma es si saca a uno de sus trabajadores. Esa es la conversación real”.
Asegura que Cali y el Valle del Cauca llevan cerca de cuatro años en el proceso de reconciliación, que para la líder gremial es lo que debe importar.
“No tiene sentido que nos pongan en la dicotomía que es o se hace lo que se quiere un sector o volvemos a estallido social, porque esta ciudad estaba convulsionada, estábamos separados y empresarios y personas decidieron salir a las calles a conversar, a entender, a escuchar, porque muchas de las cosas eran hasta extrañas y no se entendían muy bien, y no se entendían porque justamente nos faltaba estar mucho más en territorio, entender una realidad que uno desde un escritorio no entiende, y ahí fue que arranca Compromiso Valle, aquí con la decisión de un grupo de empresarios, que hemos empleado a más de 3.500 jóvenes, miles de emprendimientos, y que hoy todos los días seguimos en esta construcción colectiva, en este diálogo aquí”, comentó Ulloa.
Contó que hace poco habló con varios líderes, y concluyó que lo que no se puede hacer “es permitirnos es que externos y que personas que de pronto creen en el conflicto y en las dicotomías, pues el centro de lo que hacen nos separen, y nosotros lo que estamos convencidos es que es a través del diálogo, de la unión, que vamos a poder transformar no solo esta ciudad sino este país".
Y reflexionó: “Yo creo que en este país, estamos cansados de que nos pongan en bandos opuestos, blancos y negros, ricos y pobres. O sea, nosotros somos mucho más que esas dicotomías; buenos y malos. Aquí lo que necesitamos es sentarnos, conversar, hablar. En este caso es una reforma laboral en la que tenemos que poder hablar todos los colombianos, los empleados, los empleadores y el resto de colombianos que están en la informalidad y que esa reforma sea la mejor reforma para Colombia, pero yo creo que sin ningún tipo de amenazas ni de este tipo de comentarios que lo que hacen es hacerle mucho daño a este país y a ese debate que tiene que ser libre y que tiene que ser sobre todo responsable”.