Un escándalo se generó en la liga francesa de fútbol por un comportamiento agresivo del entrenador del Lyon, Paulo Fonseca, frente al árbitro en el final del partido de liga contra el Brest, equipo al que sus dirigidos ganaron 2-1, el domingo por la noche.
Todo nació de un penal que le habían cobrado en contra en el último minuto del descuento, pero tras la revisión en el VAR el árbitro Millot reversó su decisión y cobró una posición adelantada previa.
¿Posible sanción?
Enfurecido por haber sido expulsado después de protestar, Fonseca se aproximó “cara a cara” con el árbitro Benoit Millot, a quien le gritó de forma intimidante, un gesto que podría costarle hasta siete meses de suspensión en el proceso deportivo previsto para el próximo miércoles, pero seguramente mientras tanto tendrá una sanción interna por parte del club.
Paulo Fonseca, DT de Lyon. Foto:AFP
Las disculpas expresadas de inmediato por el entrenador difícilmente serán suficientes para hacer menos pesadas las consecuencias, precisamente porque el episodio llegó cuando las relaciones entre club y el organismo arbitral están en tensión después de que el presidente del Marsella, Pablo Longoria, acusó a la institución arbitral de corrupción, siendo descalificado por 15 días.
¿Qué dice la norma?
Según el reglamento de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), se considera intimidante “cualquier palabra, gesto y/o actitud que pueda inspirar miedo o temor”, mientras que un comportamiento amenazante incluye “cualquier palabra, gesto y/o actitud que exprese la idea de atentar contra la integridad física de una persona”.
Por tal motivo, la LFP establece sanciones severas para el comportamiento considerado “intimidante” o “amenazante” hacia los árbitros. “Se tocó el fondo, y cada vez más abajo”, resumió la situación el diario deportivo L’Equipe.
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