En un caso que duró una década, los criminales sacaron provecho del vino falso, dice la policía

hace 1 mes 15

Los vinos tintos franceses eran algunas de las botellas de mayor calidad que podía uno encontrar. Aparecieron en el 2019 en los estantes superiores de los comerciantes de vino en Italia y Suiza, dirigidos a clientes adinerados.

Conforme a los criterios de

El precio: 15 mil euros (unos 16 mil 200 dólares).

Las botellas no valían ni una fracción de eso. De hecho, el vino ni siquiera era francés.

Ese fue el chanchullo más reciente en el cada vez más robusto mercado del fraude vinícola, donde tanto estafadores de poca monta como miembros del crimen organizado intentan engañar a los gustos más finos —y las billeteras más abultadas— de los amantes del vino en todo el mundo.

Europol, la fuerza policial intereuropea, anunció el 16 de octubre que había desmantelado una amplia red que fabricaba vino en Italia, lo etiquetaba erróneamente como francés y luego enviaba clandestinamente las presuntas cosechas Grand Cru a comerciantes ignorantes en todo el mundo. Fueron arrestadas seis personas, que no fueron identificadas por Europol.

Atracos así han cobrado fuerza en los últimos 20 años a medida que han aumentado los precios de los vinos raros.

“Hoy estamos viendo mucho más fraude a coleccionistas que nunca”, dijo Rebecca Gibb, Maestra de Vino y autora de “Vintage Crime: A Short History of Wine Fraud”.

El “cuco” del fraude vinícola contemporáneo es Rudy Kurniawan, un hombre de negocios que llegó a la escena de Los Ángeles en el 2004, comprando y vendiendo decenas de millones de dólares en cosechas raras. Con el tiempo fue hallado culpable de fraude, sentenciado a 10 años de prisión y deportado a su Indonesia natal. (Su error: usar etiquetas fraudulentas con fechas anteriores a los viñedos de los que pretendían provenir).

Ha habido casos similares antes y después: miles de botellas de vino toscano falso en Italia; botellas francesas falsas presuntamente pertenecientes a Thomas Jefferson; botellas fraudulentas de vino de Burdeos en una bodega china.

El desmantelamiento de la operación reciente involucró a agencias policiales en algunos de los enclaves más ricos del mundo, incluyendo Francia, Milán y Ginebra.

Una investigación inicial en el 2014 condujo al arresto de un ciudadano ruso y dos vitivinicultores italianos, quienes fueron acusados de falsificar dominios de vinos Grand Cru —una designación para cosechas finas— y etiquetar erróneamente sus productos italianos como franceses.

Pero las botellas falsas comenzaron a resurgir en el 2019, principalmente en Italia y Suiza, distribuidas por una rama de la red original del 2014.

Los profesionales de la industria anticipan que este tipo de fraude se convierta en un problema de todos. También han comenzado a aparecer botellas falsas de vinos de mediana categoría.

Leer Todo el Artículo