Emigró a España para cumplir un sueño, pero no fue como esperaba y regresó a su país con el ‘corazón herido’: ‘Sientes que no perteneces’

hace 3 horas 26

Fabián Nasello tenía el deseo de comenzar una nueva vida en otro país, buscando un entorno donde la cotidianidad fuera más llevadera. Sin embargo, con más de 55 años, un trabajo estable y una vida organizada en Argentina, veía su anhelo como algo poco probable.

En 2022, un viaje a Europa con su hija menor, Luján, lo llevó a recorrer Madrid, Milán, Torino y Sicilia, la tierra de sus antepasados. Pero fue en Mallorca donde sintió un impacto especial. Allí se reencontró con un amigo de la adolescencia que lo animó a establecerse en la isla: “Vente a vivir, me decía siempre, vente que algo hacemos”. Aquellas palabras no dejaron de resonar en su mente hasta que, en octubre de 2023, decidió actuar.

Dejarlo todo para empezar de nuevo

Fabián comunicó su decisión a sus hijas, de 19 y 25 años, proponiéndoles que lo acompañaran en la búsqueda de un mejor futuro: “Tener un futuro mejor, acompañando a papá”. Con determinación, empacó sus pertenencias y partió rumbo a España con la esperanza de hallar una vida diferente.

Su mudanza significó dejar atrás 37 años en una misma empresa y una estabilidad económica que, aunque suficiente, no era lo que buscaba. Su objetivo era encontrar una mejor calidad de vida, lo que, en su percepción, no tenía en Argentina.

Adaptarse a una nueva rutina

Al llegar a Mallorca, la primera impresión fue positiva. La emoción de lo nuevo y las costumbres locales lo hicieron sentir bien acogido. Se instaló en Puerto Pollensa y quedó sorprendido por la dinámica del pueblo. “Eso hace que te contactes con gente con la cual te pone a charlar, te invitan, y te preguntan cómo está tu país”, mencionó sobre los encuentros en bares.

Le llamaba la atención la tranquilidad del lugar y cómo la seguridad permitía ciertos hábitos que en su país resultaban impensables: “Es lindo dejar el celu en la mesa en la calle e ir al baño sin preocuparte de que alguno se lo lleve, ver las bicis apoyadas contra la pared, algunas atadas y otras sueltas, sin preocupación, no es que no pase nada, siempre hay alguno que se las lleva, lo loco que al otro día aparecen”.

Emigrante en España

Sus hijas se quedaron en España, pero él decidió volver solo a Argentina tras un año en Mallorca. Foto:la nación

'Esa fea sensación de no pertenecer'

Con el paso de los meses, surgió una nueva preocupación. Encontrar empleo se convirtió en un desafío y la incertidumbre comenzó a afectarlo. Tenía que mantenerse económicamente y esperar seis meses hasta que sus hijas llegaran para unirse a la experiencia.

Pronto, la ansiedad y la nostalgia hicieron que empezara a comparar su nueva vida con la que tenía en Argentina. “Por más lindo que sea el destino y por más bien que te vaya, siempre sientes que no eres del lugar, sé que siempre hay excepciones, pero lo usual es que notas que no perteneces”, confesó.

Además, se dio cuenta de que la temporada baja en la isla limitaba las oportunidades laborales. “El trabajo fuera de temporada era escaso, la isla solo vive en verano, y yo me instalé en el norte, un 'paraíso' como dicen ahí, en verdad lo es, pero los miedos me iban ganando”, explicó.

Finalmente, consiguió trabajo como seguridad en el puerto, un giro radical respecto a su experiencia previa en el sector administrativo y financiero. “Yo que siempre fui administrativo contable, financiero, ahí, de noche, de veinte a ocho de la mañana, sin dormir, solo para poder costear los gastos que tenía y no gastar mis ahorros, y en medio, los papeles de residencia, yo, ciudadano italiano, seguía siendo extranjero para las autoridades españolas”.

Los hermoso paisajes de Mallorca, España

En Mallorca consiguió trabajo, pero la falta de estabilidad y la nostalgia lo llevaron a regresar.
Foto:Istock

La llegada de sus hijas y una difícil decisión

El panorama cambió con la llegada de su primera hija junto a su esposo. En menos de quince días, ambos encontraron empleo con ingresos estables. Fue entonces cuando Fabián comprendió que, pese a las oportunidades disponibles, su edad jugaba en su contra.

Poco después, su hija menor también llegó y, gracias a un contacto de su padre, consiguió trabajo como mesera. Mientras tanto, él intentó aprovechar su licencia laboral y las vacaciones acumuladas para buscar una ocupación más acorde a sus habilidades y que le permitiera una mayor estabilidad. Sin embargo, no logró encontrar nada que fuera duradero: “Apenas trabajos de temporada, como muchos en la isla, ¿qué sería de mí a futuro?”.

Consciente de la realidad, tomó una decisión difícil. Aunque había empezado a sentirse más parte del lugar, la falta de estabilidad lo llevó a regresar a Argentina, dejando a sus hijas en España. “Pero mi corazón quedó herido, mis hijas solas y yo solo acá, el volver a ver la pobreza que hacía solo casi un año había dejado fue duro, uno se acostumbra a una mejor calidad de vida, qué linda era esa vida…”.

Emigrante en España

Sus hijas encontraron empleo en España, mientras él enfrentaba la incertidumbre laboral. Foto:la nación

'Siempre volveré, tal vez algún día pueda quedarme'

Desde su regreso, Fabián ha reflexionado sobre todo lo vivido. Ahora ve con mayor claridad lo que tenía en Mallorca y cómo su perspectiva cambió con la distancia. “¿Que cambió en mi cabeza?, mucho”, admitió. “Y la tristeza me invadió al comienzo al no tener a mis hijas cerca, solo que saber que ellas estaban bien me reconfortaba. Pero fue la terapia y el tiempo lo que me ayudó…”.

Pese a los desafíos, reconoce que la experiencia le dejó aprendizajes valiosos. “Con una experiencia así siempre aprendés, aprendés a vivir otra realidad, a socializar con las personas que, en general, nos tratan bien, aprendés a adaptarte a trabajos que jamás imaginaste hacer, a apreciar tu país, aun en sus peores momentos. Hoy es mi hija más grande la que está viviendo esa angustia que atravesé, ese estado mental que duele, es por eso que en marzo regreso a visitarlas”.

Ahora planea un nuevo viaje a la isla para reencontrarse con las personas que hicieron su estadía más llevadera. “Hoy estoy planeando pasar un mes en ese lugar paradisíaco, parte de mí quedó en la isla, con esa gente que me brindó la mano y que, tapas y cañas de por medio, me robaban una sonrisa que hacía que los días duros sean mejores; una parte siempre se queda en donde, por lo menos, lo intenté. Espero que las chicas puedan cumplir el sueño trunco que no pude hacer, con la tristeza de extrañar y el reto de poder acomodarse, eso dura toda la vida, pero se puede…”.

A pesar de todo, Fabián no descarta volver a intentarlo. “Por mi parte, siempre volveré a España, tal vez algún día pueda quedarme”.

La Nación (Argentina) / GDA

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Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación, y contó con la revisión de un periodista y un editor.

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