Un reciente estudio publicado en la revista British Journal of Sports Medicine destaca un hábito accesible que podría alargar la vida entre cinco y diez años: la actividad física.
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Esta investigación, basada en datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición entre 2003 y 2006, presenta evidencia sólida sobre cómo el movimiento impacta la longevidad, particularmente en adultos mayores de 40 años.
La clave está en el movimiento constante
El análisis se centró en datos recogidos mediante acelerómetros de cadera utilizados por los participantes durante al menos 10 horas en cuatro días o más. Los resultados arrojaron que quienes realizaban menos actividad física, un promedio diario equivalente a caminar 49 minutos a 4,8 km/h, presentaban una reducción en la esperanza de vida de 5,8 años. Esto significa que, en lugar de los 78 años de esperanza de vida al nacer, su promedio podría bajar a 73 años.
Por otro lado, quienes integraban el cuartil superior, con un nivel de actividad equivalente a caminar 160 minutos diarios al mismo ritmo, mostraban un aumento en la expectativa de vida de 5,3 años, alcanzando un promedio de 83,7 años.
Beneficios individuales y recomendaciones
El estudio también evidenció que pequeñas modificaciones en la rutina diaria pueden ser significativas. Según los investigadores, si las personas menos activas añadieran 111 minutos adicionales de actividad física diaria, podrían extender su vida hasta 11 años. Esto refuerza las recomendaciones de salud pública, que sugieren realizar entre 150 y 300 minutos de ejercicio moderado o entre 75 y 150 minutos de ejercicio vigoroso cada semana.
Es importante resaltar que no todos los movimientos registrados en el estudio correspondían a sesiones de ejercicio estructurado. Los dispositivos de medición capturaron también actividades cotidianas como subir escaleras o desplazarse a pie en lugar de usar un vehículo, subrayando la importancia de mantenerse activo en las tareas diarias.
Movimientos simples, beneficios notables
La investigación concluye que incorporar más momentos de movimiento en el día a día, por mínimos que parezcan, puede marcar una diferencia sustancial en la longevidad. Así, actividades como caminar más en el hogar, optar por las escaleras o pasear al aire libre no solo mejoran la calidad de vida, sino que también prolongan los años vividos.
Es necesario consultar con un especialista. Además, estas rutinas deben estar acompañadas con una alimentación saludable y visitas frecuentes al médico.
O Globo (Brasil) / GDA.
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de O Globo (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.