La sal es un aditivo alimentario que está compuesto por cloruro de sodio, una sustancia química que el cuerpo humano utiliza para el correcto funcionamiento de los músculos y nervios, por lo que al ser integrado con precaución en las preparaciones puede aportar un gran valor nutricional a la salud.
Sin embargo, un artículo de la National Library of Medicine de Estados Unidos, señala que este ingrediente suele ser el principal responsable de la inflamación cardiovascular, la hipertensión arterial y enfermedades renales.
Consumir más de cinco gramos de sodio al día incrementa el riesgo de obesidad. Foto:iStock
Sumado a esto, un grupo de investigadores del Instituto Finlandés de Salud y Bienestar, descubrieron que el consumo excesivo de este producto puede aumentar los riesgos de desarrollar obesidad general y abdominal.
De acuerdo con los datos recolectados por el equipo de expertos, la alta ingesta de sodio en el país europeo se debe principalmente a la compra de alimentos cárnicos ultraprocesados, pan y comestibles lácteos derivados de la leche de vacas, ovejas o cabras.
No es recomendable combinar sodio con grasas y azúcares. Foto:iStock
Para poder determinar la cantidad de sal que ingieren con regularidad los finlandeses, el equipo de científicos, liderado por Annika Santalahati, tuvo que tomar las muestras de orina de las varias personas adultas.
Tras analizar los resultados se pudo determinar que el consumo de este aditivo alimentario supera el rango recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual sugiere comer menos de cinco gramos al día.
El exceso de sal puede causar hinchazón abdominal. Foto:istockphoto
Conforme con ello, los investigadores resaltaron que aquellos individuos que ingieren grandes cantidades de sodio dentro de su dieta, presentan un mayor riesgo de padecer obesidad general o abdominal.
Por su parte, la American Heart Association, explica que la presencia excesiva de sal en las comidas puede alterar la presión arterial del ser humano en cuestión de minutos, debido a que la capacidad de dilatación de los vasos sanguíneos resulta seriamente afectada.
La sal puede generar el desequilibrio de los electrolitos. Foto:iStock
La ingesta elevada de sal no solo representa un problema para el funcionamiento del corazón, sino también para el bienestar de los riñones, en vista de que puede forzar la expulsión de este mineral, provocando la inflamación de los tobillos y la retención de líquidos alrededor de los pulmones.
Teniendo en cuenta esto, los expertos recomiendan prestar más atención a los niveles de salinidad de los alimentos que integran de forma cotidiana y empezar a disminuir el consumo de productos procesados.
Recomendaciones para prevenir la obesidad en el ámbito laboral | El Tiempo
STEPHANY GUZMÁN AYALA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL