El impactante centro de detención en Nueva Jersey que ICE reabrirá: tiene 1.000 camas y parece una cárcel

A finales de febrero, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, según sus siglas en inglés) anunció la reapertura de la instalación Delaney Hall en Newark, la "ciudad de los ladrillos" de Nueva Jersey. Funcionará como un nuevo centro de detenciones y procesamientos, con 1.000 camas disponibles y el aspecto de una cárcel, según los lugareños.

El director interino de la agencia, Caleb Vitello, pone sus expectativas en el primer establecimiento que abrirá la administración Donald Trump en el país: "Su ubicación cerca de un aeropuerto internacional agiliza la logística y facilita el procesamiento oportuno de las personas bajo nuestra custodia, mientras cumplimos con el mandato del presidente de arrestar, detener y expulsar a los inmigrantes indocumentados".

De acuerdo al comunicado oficial, esa instalación ampliará la capacidad de las agencias federales en el noreste, ofreciendo a la par una mejor gestión en las operaciones de cumplimiento de la ley y deportación que se incrementó en la región. Sin embargo, autoridades locales y activistas por los derechos de los migrantes se oponen fervientemente a su reactivación.

En los testimonios que acumuló El País, hay quienes dicen que se parece a una "cárcel" por su construcción, "bordeada por grandes estructuras de alambra, como inmensas jaulas para crías de pollos". A causa de su rápido avance, se estima que abrirá a finales de mayo. El ICE, por su parte, anuncia que la apertura será "inminente".

En esto coincide el director ejecutivo del Grupo GEO, la empresa detrás del centro de detención, George Zoley, quien confirmó que el establecimiento está "completamente nuevo por dentro y listo para funcionar".

Los activistas se oponen a la reapertura del Delaney Hall: se espera que impugnen el centro de detención

Según continúo informando El País, desde el anuncio que los centros de detención de Nueva Jersey, Elizabeth y Delaney Hall, fueron el escenario de varias protestas. Los activistas por los derechos de los inmigrantes exigen el cierre definitivo del primero, mientras que se oponen a la apertura del segundo.

Al ser un estado con políticas de santuario, las autoridades locales aseguran que "un nuevo centro no es bienvenido". El alcalde de Newark, Ras Baraka, incluso catalogó la inauguración de "ilegal".

Amy Torres, directora ejecutiva de la Alianza de Nueva Jersey para la Justicia de los Inmigrantes citada por NBC New York, informó un contrato de 15 años y US$1.000'000.000 entre el gobierno y el Grupo GEO. La esperanza está en los legislados estatales para que impugnen la instalación.