En la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, un hombre aprovechó un vacío legal para vivir durante años en un histórico hotel de Manhattan sin pagar alquiler y, luego de la denuncia de los fiscales en febrero, fue declarado no apto para ser juzgado por condiciones mentales.
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La historia de Mickey Barreto bien podría tratarse de una enrevesada ficción, con fecha de inicio en 2018, cuando comenzó a vivir en el hotel New Yorker tras alegar ante el tribunal que había pagado alrededor de US$200 por una estadía de una noche, por lo que tenía derechos de inquilino. Ese vacío legal es parte de las leyes de vivienda de la ciudad y fue respaldado por el hecho de que los administradores del establecimiento no enviaron a un representante a una audiencia clave.
De acuerdo a su testimonio, citado por el medio NBC News, Barreto vivió durante años en el hotel sin pagar alquiler debido a que los dueños se negaban a negociar un contrato, pero tampoco podían echarlo. Por su parte, los fiscales que lo acusaron de 24 cargos, incluidos delitos graves de fraude y desacato criminal, aseguraron que falsificó una escritura del hotel pretendiendo que le transfieran todo el edificio.
En sus ajetreadas jornadas, Barreto le habría exigido a un inquilino del establecimiento que le pague alquiler, e incluso solicitó al banco del hotel que le transfiriera sus cuentas, según los denunciantes. Actualmente, el edificio es propiedad de la Iglesia de la Unificación, y fue reabierto como hotel en 1994 luego de más de dos décadas de ser utilizado con fines religiosos.
La conclusión de la jueza sobre el fraude del hotel de Nueva York
A partir del hecho, los médicos que examinaron a Barreto determinaron que no es apto para ser juzgado luego de brindarle tratamiento ambulatorio por abuso de sustancias y problemas de salud mental. Las afirmaciones de que "no entiende completamente el proceso judicial" fueron ratificadas por los fiscales el pasado miércoles durante una audiencia.
Con la conclusión de los fiscales, la jueza Cori Weston le otorgó a Barreto hasta el 13 de noviembre para que consiga atención psiquiátrica hospitalaria adecuada. Por su parte, el implicado aseguró que no tiene problemas con drogas, pero destacó la parte positiva de la resolución. "Pasó de ser hostil, 'es un criminal', a 'ah, ya no hablan más de delitos'. Ahora lo principal es: 'Ay, pobrecito. Finalmente, lo convencimos de que fuera a buscar tratamiento'", declaró.