El Festival 'bullerenguero' llega a Bogotá para febrero: con el evento se espera resaltar a artistas emergentes

“El bullerengue es un canto femenino que nació de las represiones contra los esclavos. A las mujeres solo se les permitía hacer música sin la presencia de hombres, tal vez, esto permitió crear una forma musical netamente femenina”, dice el investigador Enrique Muñoz.

Ahora, esta forma espontánea de expresión llega a Bogotá para llenar la ciudad con un ambiente cálido y colorido. Del 13 al 17 de febrero, la capital se transformará en el centro de la tradición y el talento musical, gracias al Festival Bogotá Bullerenguera Vol. 1, un evento sin precedentes que reúne a las mejores agrupaciones de este género típico del Caribe colombiano.

Con 11 agrupaciones (6 distritales y 5 nacionales) el festival iniciará su jornada en el centro histórico de la ciudad, recorriendo la Carrera Séptima desde la Calle 13 hasta la Calle 10, culminando en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (Cra. 3 # 10 - 27). 

Para el 14, 15 y 16 de febrero, la música se tomará tres localidades: Barrios Unidos, Engativá y Bosa, con presentaciones en parques públicos que celebran la diversidad cultural de Bogotá.

Para cerrar con broche de oro, el 17 de febrero se realizará un Foro Bullerenguero en La Candelaria, donde se abordarán los saberes y prácticas detrás de este icónico género musical.

Este evento busca entretener y visibilizar los saberes de quienes han dedicado su vida al bullerengue, destacando tanto a artistas emergentes como a grupos consolidados.

Entre los invitados nacionales se encuentran agrupaciones provenientes del Urabá antioqueño, como Renacer Ancestral, Danzas del Ayer, Corazón de Tambó, Cantares de Eloa y Legado. Desde Bogotá, el talento estará representado por La Rueda, Guineo Verde, Candela Negra, María Sí Bailaría, Víbora Tambó y Juntanza Marialabajense.

El origen del bullerengue

La práctica bullerenguera surgió cerca al Canal del Dique, por Cartagena, en los poblados afro que huían de la esclavitud, principalmente en la zona de Barú. Posteriormente, esta tradición cultural se esparció hasta Córdoba, Sucre e, incluso, Urabá a través de migraciones.

Por eso se ha constituido como una manifestación cultural que integra no dos tambores (monomembranófonos), el tambor alegre (que lleva la voz principal) y el llamador (que marca el tiempo). Además de un vestuario que incluye pollerones largos y floridos con blusas y mangas embuchadas. 

Agenda del Festival:

María Jimena Delgado Díaz

Periodista de Cultura

@mariajimena_delgadod