“Votantes latinos, los vemos y estamos dispuestos a ganar esto juntos”. Quien firma este tuit del 27 de septiembre es Julie Chávez Rodríguez, la primera latina en dirigir una campaña presidencial en Estados Unidos. Esta californiana de 46 años, nieta de un histórico líder campesino, es la encargada de llevar a Kamala Harris a ganar las elecciones del próximo 5 de noviembre contra Donald Trump.
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Ambos, la demócrata y el republicano, vienen trabajando por captar el voto latino, una comunidad que se ha convertido en la primera minoría étnica en el país. Pero Harris se juega más en esta contienda: históricamente votantes de su partido, muchos hispanos ven en la vicepresidenta —mestiza, mujer e hija de inmigrantes— a una representante de las minorías, a alguien más empático con sus necesidades que Trump, quien no tuvo vergüenza en replicar en el último debate una fake news: que inmigrantes haitianos se están comiendo las mascotas de las familias en la localidad de Springfield, Ohio.
En este contexto debe entenderse el tuit de Julie Chávez. Desde que Harris se convirtió en candidata oficial a finales de agosto, se ha renovado la esperanza del Partido Demócrata de retener la presidencia tras la renuncia a la reelección de Joe Biden. Y ese impulso se advierte también entre los votantes hispanos.
La organización Voto Latino informó que el registro de electores aumentó en 200 por ciento desde que Harris tomó el relevo. Eso equivale a unos 112.000 nuevos votantes, de los cuales más de la mitad (56 %) tienen entre 18 y 29 años. Además de los jóvenes, las mujeres también se han motivado a votar como consecuencia del “efecto Kamala”.
Como publicó Connectas en marzo, la cifra de votantes latinos en 2024 creció 6,5 por ciento respecto a las presidenciales de 2020 que ganó Biden; y supera en un 20,5 por ciento la cifra de los que podían votar en 2016, cuando triunfó Trump. Este año, más de uno de cada 10 votantes (14,7 %) tendrá origen latino, una cantidad récord. Sin embargo, de los 36,2 millones de potenciales electores hispanos, solo 26 millones están registrados para votar. En esos 10 millones de indiferentes que nunca pisaron un centro de votación tiene sus miras el equipo de Harris.
A pocos días para la elección, la candidata oficialista ha enfocado parte de su campaña en los temas que más preocupan a los latinos: la economía, la vivienda y, en menor medida, el derecho al aborto. Desde el otro bando, Trump no duda en atraer votantes con un discurso de mano dura contra la inmigración, mucha de la cual proviene de países latinoamericanos.
“No creo que la migración en sí misma vaya a definir la elección. El tema más importante en las encuestas ahora es la economía, seguido de la inflación”, dice Ernesto Castañeda, director del Laboratorio de Inmigración de la American University y responsable del Centro de Estudios Latinoamericanos y Latinos de esa universidad en Washington D. C. Castañeda sostiene que la nominación de Harris ha cambiado la tendencia del voto no solo entre los latinos sino también entre los afroamericanos, e insiste en que los temas económicos serán prioridad a la hora de votar.
“Son los mismos temas que le incumben a la clase media trabajadora de cualquier otro tipo de comunidad. Los migrantes indocumentados son solo un 3 por ciento de la población estadounidense y los latinos son casi el 20 por ciento de la población y un 18 por ciento de la fuerza laboral, entonces sus temas son el salario mínimo o los derechos laborales, no la situación migratoria”, explica.
El politólogo Franklin Camargo coincide con Castañeda en las razones del voto hispano: “La prioridad de los latinos es la economía, es el costo de vida y la inflación. En esta área desaprueba enormemente a la administración Biden-Harris”.
El también comentarista político de Univisión Noticias disiente en el favoritismo de la vicepresidenta: “Estamos viendo encuestas que dicen que Donald Trump no solamente aumentaría el voto latino con respecto a las dos contiendas anteriores, sino que sería uno de los candidatos republicanos de la historia reciente en conseguir la mayor cantidad de votos latinos”.
Una reciente encuesta realizada por The New York Times demuestra lo pareja que estará la elección, y esto sucede en parte por el cambio de tendencia en el voto latino. Si en 2020 el 65 por ciento se inclinaba por Joe Biden frente a Donald Trump, esta vez solo el 55 por ciento votaría por Kamala Harris. Y el resto de las predicciones repiten que ambos candidatos están en una situación de empate técnico después del debate del 11 de septiembre.
Poco interés por votar
Un informe del Pew Research Center refleja una realidad contrastante del universo de votantes latinos de Estados Unidos. Si bien ya son la primera minoría (por encima de los afroamericanos), aún tienen menos probabilidades de votar que los estadounidenses en general (53 % frente a 72 %). Esto se debe en parte a que la población latina incluye un gran número de personas demasiado jóvenes; y también a que muchos otros no son ciudadanos (19 % de los latinos).
Y hay otro factor que relativiza el peso electoral que pueden tener: casi la mitad de los electores latinos viven en solo dos estados, California y Texas. Sin embargo, según todos los analistas, la campaña probablemente se defina en tres estados del llamado “cinturón del acero” (Pensilvania, Michigan y Wisconsin), donde los votantes a seducir no son latinos sino hombres blancos de clase trabajadora.
Además hay que tener en cuenta que los hispanos son el grupo más apático a la hora de votar. En la anterior elección solo votó el 51 por ciento de los que podían hacerlo, contra el 63 por ciento de los afroamericanos y el 74 por ciento de los blancos. Para Camargo, “hay una falta de interés en el grueso de nuestra comunidad en tener algún tipo de acción política y esto obedece a varias razones. Puede ser falta de asimilación o poca expectativa de cambio, creer que lo que hagas no va a modificar absolutamente nada”.
Otra razón —dice el politólogo de origen venezolano— es que “Estados Unidos en términos de seguridad, de economía, etcétera, es mucho más próspero que los países de los que venimos, y eso hace que no tengas tanto interés en la política dado que te sientes cómodo”.
Entonces, si los estados claves para definir la elección no son los que tienen mayor presencia latina, y además los votantes hispanos no son los más participativos en las urnas, ¿le alcanzará a Kamala Harris el entusiasmo que despertó su candidatura entre parte de la población latina para conseguir el triunfo?
Desde Naleo, una ONG dedicada a impulsar la participación de los latinos en la vida democrática de Estados Unidos, reconocen que la nominación de Harris ha aumentado el entusiasmo en esa comunidad. Pero según le aseguró a Connectas Dorian Caal, director de Investigaciones de Compromiso Cívico de esa organización, el voto latino ya no es tan previsible.
“Los candidatos o las campañas tienen una oportunidad de hablar con la comunidad latina de los asuntos que son importantes para ella. A los latinos les importan asuntos como la migración, pero también otros como el costo de la vida, que ha sido importante no solo en esta elección, sino también en el 2022 y en el 2020”.
Caal valoró, sin embargo, el papel que jugarán en esta disputa presidencial las mujeres de la comunidad latina, que son más participativas. Y, además, “la comunidad latina es especialmente una comunidad joven (68 % tiene menos de 50 años, contra el 52 % del resto de los estadounidenses). Por eso serán un segmento importante en estas próximas elecciones”, cerró el representante de Naleo.
LEONARDO OLIVA*
Connectas**
(*) Leonardo Oliva es periodista argentino. Miembro de la Mesa Editorial de Connectas. Exeditor en diario Los Andes. Cofundó en 2015 el primer equipo de periodismo de datos de un medio en Mendoza, Argentina, para el portal Unidiversidad. Desde 2012 es docente de periodismo en la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina.
(**) Connectas es una iniciativa periodística sin fines de lucro que promueve la producción, el intercambio, la capacitación y la difusión de información sobre temas claves para el desarrollo de las Américas.