El gobierno de Gustavo Petro no asumió de buena manera el hundimiento de la consulta popular. Desde el presidente Gustavo Petro, pasando por el ministro del Interior, Armando Benedetti, y terminando por los senadores del Pacto Histórico, todos ellos hablaron de un supuesto fraude en la votación que frenó el llamado a las urnas que pretendía el primer mandatario. Incluso, a la salida del recinto del Senado, el responsable de la política aseguró que iba a interponer una denuncia penal.
El argumento del fraude radica en el cambio del voto del senador Édgar Díaz, de Cambio Radical. Votó de forma manual y el secretario del Senado, Diego González, había tomado de forma incorrecta su sentido. Lo interpretó como un sí, cuando este había dicho no. Para el Ejecutivo, ahí reside uno de sus principales argumentos para decir que la votación fue irregular. Sin embargo, Díaz nunca apoyó la propuesta del gobierno y hasta había una orden de partido para decirle no a la consulta.
Ambiente en el Senado tras votación de la consulta popular. Foto:Néstor Gómez - El Tiempo
Sin embargo, este será el caballito de batalla del gobierno para decir que la votación fue irregular. También se escudarán en el vértigo con el que se inició este último sondeo de la plenaria. Apenas se confirmó que se revivía la reforma laboral, Efraín Cepeda, presidente del Senado, abrió la votación para definir el futuro de la consulta popular. Muchos de los que se salieron en la anterior votación por estar impedidos no alcanzaron a entrar, fue el caso de Martha Peralta.
El resultado de la votación final, que hundió la consulta popular, fue de 49-47. Estuvo apretada desde el mismo comienzo. En la pantalla que se registran los votos se veía cómo cada vez que subía el sí, subía el no. Las diferencias entre una y otra postura era de apenas dos votos. Ya cuando había decisión vinculante, el presidente Cepeda ordenó cerrar la votación.
La pantalla mostraba que había ganado el no, pero faltaban aclarar los votos manuales -es decir pronunciados y no emitidos en el sistema-: fue ahí que se dio la confusión del voto de Díaz. Sin embargo, cuando se aclaró, se confirmó que eran dos votos manuales por el sí y dos por el no. No cambiaba la ventaja, se hundía la consulta. Fue la cuarta y última derrota del gobierno Petro en la sesión de este martes.
Bogotá mayo 14 de 2025. Foto: @miltondiazfoto / El Tiempo Foto:Milton Diaz / El Tiempo
Una sesión llena de derrotas para el gobierno
Hacia las tres de la tarde, el gobierno de Gustavo Petro se cansó de los varios reveses y decidió plegarse a darle vía libre a la solicitud de apelación al archivo de la reforma laboral. Aunque sabían que era la estrategia con la que los contrarios al Ejecutivo buscaban quitarle fuerza a la convocatoria a la consulta, los resultados durante la sesión los obligó a esta determinación.
A esa hora, el gobierno Petro ya llevaba tres reveses en las votaciones de la plenaria. La primera derrota fue hacia el mediodía, cuando el Senado en pleno negó cambiar el orden del día. El Pacto HIstórico y sus afines buscaban pasar de segundas la apelación al archivo de la laboral con la intención de privilegiar la decisión sobre la consulta popular.
Iván Cepeda había pedido que el Pacto se saliera durante la votación de la apelación. Foto:Milton Diaz / El Tiempo
Darle vía libre a la apelación fue la estrategia que encontraron los senadores que no querían mostrarse como enemigos de los trabajadores, pero al mismo tiempo no querían darle la oportunidad al Presidente para convocar a las urnas y de esta forma iniciar de forma anticipada la campaña para el 2026.
Con ese primer resultado, el Ejecutivo se dio cuenta que no tenía los votos suficientes para sus intereses. Fue notoria la sorpresa entre los funcionarios del Gobierno y su bancada. El puesto en el que estaban los ministros del Interior (Armando Benedetti), Trabajo (Antonio Sanguino) y Salud (Guillermo Alfonso Jaramillo) y el director de Colpensiones (Jaime Dussán) se convirtió en el lugar de peregrinación de los senadores del Pacto que buscaban respuestas a la ruta a seguir para tratar de revertir el ambiente adverso.
Las discusiones entre los funcionarios y senadores fueron acaloradas, incluso hubo regaños de Jaramillo a algunos senadores de izquierda. Mientras esto ocurrido en un costado del salón del Senado, la plenaria procedió a entonar el himno nacional y dar comienzo oficial a la sesión, tres horas después de lo que figuraba en el orden del día.
La segunda derrota del gobierno vino minutos después de dar inicio a la sesión. El senador del Partido de la U Antonio Correa, cercano al gobierno, presentó una proposición para aplazar el estudio de la apelación y darle paso a la votación del futuro de la consulta. El siguiente intento del gobierno por cambiar su suerte fue antecedido por un pedido de aclaración de la senadora María José Pizarro, que solicitó a la secretaría que informara si los congresistas de la Comisión Séptima, que hundió el proyecto, podían participar en la discusión. La respuesta fue que no. Se bajaba el quórum y salían nueve congresistas en contra de los intereses del gobierno.
No obstante, el resultado fue el mismo del intento de cambio de orden del día, la plenaria no lo aceptó y siguió con la discusión como la había formulado Efraín Cepeda desde la noche del día anterior. Nuevamente se agolparon alrededor de Benedetti, Sanguino y Jaramillo, pues la estrategia planteada tampoco rindió efectos. El último intento de no proceder con la apelación no surtió efecto.
La sesión en la que se hundió la consulta popular. Foto:Milton Diaz / El Tiempo
Fue ahí que el gobierno cambió la narrativa. El ministro del Interior ya había dado pistas de estas intenciones en un mensaje a medios en la mañana, cuando dijo que apoyaría la resurrección de la reforma laboral y al mismo tiempo le apostarían a la convocatoria de la consulta. Esta misma postura la expresó hacia las tres de la tarde.
“Se va a votar a favor de la apelación, una vez que es nuestra y que somos nosotros los más interesados en los derechos de los trabajadores”, dijo Benedetti. Sin embargo, pidió que hubiese un compromiso de la plenaria para que se tramitara la reforma laboral en las cinco semanas que quedan antes del 20 de junio.
Antonio Sanguino secundó lo dicho por Benedetti, pero con la salvedad de que esto no significaba que iban a abandonar la intención de convocar una consulta popular. “Solicitaría que en nombre del gobierno negar el informe del senador Gallo y respaldar la apelación presentada por el senador Fabián Díaz. Entendido en que estamos resucitando la reforma”, declaró Sanguino ante la plenaria. Lo dicho por ambos ministros reversó la decisión, anunciada por el senador Iván Cepeda, de que el Pacto se saldría en el momento de la votación de apelación. De esta forma, fue esta votación la más alta. Sólo el senador Juan Pablo Gallo dijo no.
La primera victoria del gobierno durante la sesión fue seguida por su peor derrota. Por sólo dos votos, le hundieron la consulta popular. De inmediato hubo un gran desorden en la plenaria. “Sí se pudo, sí se pudo, sí se pudo”, decía la oposición, a lo que respondían los oficialistas: “tramposos, tramposos, tramposos”.
Mientras tanto, el ministro Benedetti le alcanzó a rapar un papel al secretario del Senado y hasta hubo momentos tensos entre contrarios, como lo son Johnatan Ferney Pulido, Jota Pe, y David Racero. Todo terminó de forma abrupta, y los congresistas y funcionarios aprovecharon para esgrimir la tesis del fraude. Así terminó el nuevo revés del gobierno Petro en el Senado. Ahora la discusión vuelva al llamado a las calles del primer mandatario.
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Senado hundió la consulta popular | El Tiempo Foto:
JUAN SEBASTIÁN LOMBO DELGADO
Redacción política