Las contradicciones del gobierno del presidente Gustavo Petro frente al retorno de la democracia en Venezuela y el resultado de las elecciones del 28 de julio volvieron a quedar en evidencia ayer, con el anuncio de que el embajador Milton Rengifo representará al Estado colombiano en la que será la tercera posesión presidencial de Nicolás Maduro, jefe del régimen que gobierna al vecino país desde hace un cuarto de siglo. Esto, luego de un triunfo que la mayor parte de democracias en América y Europa han calificado como espurio y fraudulento.
El anuncio fue hecho por el vicecanciller Jorge Rojas, que en entrevista con Noticias Caracol confirmó que hasta el momento se tiene proyectado que a la posesión vaya Rengifo. Además, informó que, por el momento, no hay intenciones de que asista el presidente Petro u otra figura de Cancillería. Lo que sí sería seguro es que no hay intenciones de participar de la posesión paralela de Edmundo González, quien para los observadores internacionales es el ganador oficial de los comicios.
La postura de Rojas contrasta con la del canciller Luis Gilberto Murillo, que en recientes diálogos con la prensa ha dicho que no habría presencia colombiana en la investidura puesto que aún no hay reconocimiento de la victoria. Esto debido a que el régimen de Maduro, casi medio año después, sigue sin presentar las actas, condición que en un primer momento estableció el gobierno Petro para asumir como cierta la victoria que otorgó el Consejo Nacional Electoral de Venezuela.
El canciller Luis Gilberto Murillo. Foto:César Melgarejo/ El Tiempo
A pesar de todos los anuncios previos, el gobierno Petro parece decidido a hacerle un guiño al régimen de Miraflores. Aunque Colombia y Brasil supuestamente siguen buscando salidas para la crisis de la democracia en el vecino país, tanto Petro como el presidente Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) anunciaron que no van a desairar a Maduro.
Rojas, que en entrevista con EL TIEMPO había dicho que sin actas no habría reconocimiento, pero que tampoco habría ruptura de las relaciones con el régimen, no ha explicado el alcance de la presencia del diplomático colombiano en la posesión. Sin embargo, en el país empezaron a escucharse voces que advierten que lo que sigue sería el reconocimiento del cuestionado triunfo.
Hernán Cadavid, congresista del Centro Democrático, dijo que la postura del Gobierno no representa a los colombianos, y que las aguas tibias mantenidas frente al resultado de las elecciones de julio demuestran que Petro “finalmente validó el robo electoral”.
El expresidente Andrés Pastrana, que fue uno de los que lideraron la fallida estrategia del cerco diplomático, también expresó rechazo total. “Legitima y legaliza, una vez más, el robo de las elecciones y la instauración de una dictadura en el vecino país”, aseveró el exmandatario, que gobernó Colombia entre 1998 y 2002.
En los sectores de centro también hubo una postura similar, como lo muestra la representante Katherine Miranda, de la Alianza Verde. “¡Todos los que nos decimos demócratas, sin importar el color político, debemos rechazar este acto!”, manifestó.
La representante Katherine Miranda. Foto:César Melgarejo/ El Tiempo
Una ‘papa caliente’
Mientras que las posturas políticas han sido de amplio rechazo, en la academia se ha hecho énfasis en la compleja situación en la que está Colombia, pues el presidente Petro mantiene una posición ambivalente. Aunque el gobernante aseveró que no habría reconocimiento sin actas, nunca cerró la puerta a participar en el acto oficial, lo que implica que, sin decirlo, se aceptaría el siguiente mandato de Maduro.
Ante el pedido de la Cámara, con una proposición, de no asistir al evento, el presidente Petro apuntó: “Ahora me dicen que no vaya a Venezuela. Yo veré si voy o no voy”. Pero ¿tener una delegación oficial equivale a reconocer el régimen?
El docente de relaciones internacionales Manuel Camilo González, de la Pontificia Universidad Javeriana, señaló que “el envío del embajador Rengifo a la posesión de Maduro es un reconocimiento tácito de la situación en Venezuela y de que Maduro continuará en el poder a pesar de que no haya presentado las actas electorales, que ciertamente no validan el triunfo del presidente venezolano”.
Gustavo Petro, presidente de Colombia. Foto:Presidencia
Incluso, indicó que sería una muestra de que Colombia no fue capaz de brindar alternativas a la crisis causada por el fraude del 28 de julio.
Por su parte, Angélica Rodríguez Rodríguez, profesora e investigadora del departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte, indicó lo problemático del posible reconocimiento que implica el acompañamiento oficial. “Si lo reconoce, Petro se echa encima a todos los actores, nacionales e internacionales, que han denunciado el fraude y que han reconocido el triunfo de González. Sería apoyar a un régimen ilegítimo y antidemocrático”, dijo la académica.
De hecho, en estos meses el gobierno Petro ha enviado algunos ‘salvavidas’ internacionales al régimen. Así, el jefe de Estado sigue sosteniendo que la crisis migratoria en el vecino país no es producto de la falta de democracia y la debacle económica provocada por el régimen, sino que responsabiliza al bloque decretado por Estados Unidos desde 2018 como la supuesta causa de la diáspora, que tiene a más de siete millones de venezolanos fuera de su país.
Y en la reciente edición de la COP16, realizada en Cali entre octubre y noviembre, el Gobierno invitó al canciller de Maduro, Yván Gil, a varios encuentros con representantes internacionales en lo que fue interpretado por algunos sectores como un intento por lavar la cara del régimen.
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JUAN SEBASTIÁN LOMBO
Redacción Política