El estudio también subraya que las fluctuaciones anuales en los niveles de colesterol podrían servir como un biomarcador valioso para identificar a las personas con riesgo de desarrollar demencia.
El autor principal de la investigación, Zhen Zhou, PhD, de la Universidad de Monash en Melbourne, Australia, explicó que "el colesterol fluctuante, medido anualmente, puede ser un nuevo biomarcador para identificar a las personas en riesgo de demencia, proporcionando más información que los niveles de colesterol reales medidos en un solo momento".
El estudio también reveló que las fluctuaciones en los niveles de colesterol no solo se asociaron con un mayor riesgo de demencia, sino también con un deterioro cognitivo más leve o problemas de memoria que no cumplían los criterios para ser diagnosticados como demencia.
Al observar diferentes tipos de colesterol, los investigadores encontraron una conexión significativa entre las variaciones en el colesterol LDL (conocido como "malo") y el riesgo de demencia y deterioro cognitivo.
Sin embargo, no se halló la misma relación con el colesterol HDL (el "bueno") ni con los triglicéridos, lo que refuerza la importancia de controlar específicamente el colesterol LDL.
Zhou agregó que “se debe controlar el colesterol de las personas mayores para detectar cambios a lo largo del tiempo que ayuden a identificar a las personas que pueden estar en riesgo de deterioro cognitivo o demencia y que podrían beneficiarse de intervenciones, que podrían incluir cambios en el estilo de vida o asegurarse de que comiencen o sigan tomando estatinas para prevenir fluctuaciones en su colesterol y potencialmente reducir el riesgo de demencia”, dijo.
Una limitación del estudio es que, aunque se excluyeron a las personas que cambiaron su medicación para el colesterol para evitar fluctuaciones inducidas por los medicamentos, los investigadores no tuvieron información sobre cambios en la dosis o si algunas personas no tomaron sus medicamentos según lo prescrito, lo que podría haber influido en los resultados.