Una algarabía interrumpe la tranquilidad en el corregimiento de Pital de Megua, del municipio de Baranoa (Atlántico), apenas llega la tarde. El acontecimiento proviene de una vieja parcela y es ocasionada por un grupo de personajes.
Esta vez no es el burro de Adolfredo Llanos de la Asunción, sino sus 80 pupilos que entran en calor para darle vida al ‘Burro Corcoveón’, disfraz que se ha ganado por méritos un espacio importante en el Carnaval de Barranquilla.
En esta edición, llegan a 25 años de estar desfilando en las ‘carnestolendas’, rindiendo un homenaje al campesinado del Atlántico y al animal doméstico que acompaña a los pobladores en sus labores diarias en el campo.
Precisamente ese concepto, arraigado a la cultura local, a las luchas y sacrificios, los ha hecho ganadores en la categoría de ‘Disfraz Colectivo’, de 14 Congos de Oro y un Joselito de Oro, este último entregado por el Carnaval de la 44.
Pero justo en esa parcela, una de las dos sedes del ‘Burro Corcoveón’, se preparan una vez más 30 menores y 50 adultos de escasos recursos, como si se tratara de una jornada de debut en los escenarios.
Es por eso el bullicio que ya ha acostumbrado para esta época de fiestas a los 4 mil habitantes de esta población, donde también es tradicional el pastel servido en hoja de bijao.
De generación en generación
Unos 30 niños hacen parte del disfraz colectivo. Foto:Tomada de Facebook: Burro Corcoveón Carnavalero
Entre los muchachos que da patadas al aire libre y saltos en desorden está Welmer García, quien desde niño se ha paseado por las principales vías de la región dando a conocer la originalidad de esta manifestación icónica de los pitaleros.
“Estamos llenos de mucha emoción y adrenalina, es lo que se siente antes de cada recorrido”, cuenta el hombre, de 31 años, quien regresa al grupo tras una ausencia de ocho años.
La noticia de su retorno al ‘Burro Corcoveón’ no solo fue motivo de alegría para los miembros del colectivo por la recuperación de un talento, sino también porque no vino solo. Dando así una esperanza de muchos años a esta manifestación cultural que trasciende de generación en generación.
“Ahora no solo yo, sino también con mi hijo, de 5 años. Cuando ya sabía hablar y pasaba el disfraz del Burro Corcoveón por la casa, me decía: ‘Yo quiero estar metido en ese disfraz’. Prácticamente, duró todo el 2024 con el tema y, cuando llegó la Navidad, no preguntaba por el regalo de Niño Dios, sino que decía: ‘Papi, ya se va la Navidad, porque ahora vienen los disfraces del Burro Corcoveón’. Le dije a mi esposa: ‘A este pelao hay que meterlo en el Burro Corcoveón’”, recuerda el pitalero entre risas.
El proceso para elaborar la máscara incluye una etapa de reciclaje. Foto:Tomada de Facebook: Burro Corcoveón Carnavalero
García llegó a la parcela con el combo familiar. Pues, además de su hijo, también arribó junto con su compañera sentimental. Se ha dado cuenta que el pasar de los años ha hecho mella en su estado físico.
Se sorprende al recordar la resistencia que tenía en cada desfile, donde deben enfrentar los embates del sol y las altas temperaturas. Pero asegura que está dispuesto, gracias al impulso que le da el propósito de mantener el legado.
Los orígenes del Burro Corcoveón
Mientras conversa, es observado por el director Adolfredo Llanos, quien no tuvo ningún reparo en recibirlos a los tres, sumándose así a los 80 ‘hijos’ que le permiten a este gestor cultural preservar la tradición.
Es así como De la Asunción interviene y recuerda cómo nació el difraz del ‘Burro Corcoveón’.
“Tres personas carnavaleras, ciento por ciento: el señor Julián Llanos de la Asunción, Luis Barrios y Adolfredo Llanos de la Asunción querían que Pital tuviera un grupo que los representara a nivel local, departamental, regional y nacional. En el año 2000 nace el ‘Burro Corcoveón’”, precisa el artista plástico, de 62 años.
Asegura que tomó ese nombre al ser un pueblo netamente campesino, donde había un burro en cada vivienda. Les servía a los trabajadores del campo como medio de transporte y para traer sus cultivos, como la yuca, la zaragoza y el maíz.
“Corcoveón, porque en época de Carnaval estamos en verano. No hay pasto, la grama está seca, todo muerto. Entonces el campesino en esos tiempos, sus cultivos de millo los guardaba. El millo era el alimento del burro, como es un cereal afrodisiaco, se vuelve jarocho, brinca, patea, corre, no se deja ensillar, no quiere ir al monte. Pero ¿qué va a hacer al monte si tiene la comida en la casa?”, expresa el gestor cultural.
Proyecto sostenible con el medio ambiente
El disfraz se origina en el campo, producto del homenaje que rinde. Foto:Tomada de Facebook: Burro Corcoveón Carnavalero
Llanos de la Asunción destaca que el disfraz del Burro Corcoveón Carnavalero es original y este año han ido a 18 presentaciones en diferentes municipios. Por ello, es un orgullo para él y para esta pequeña población llegar a 25 años de tradición.
“Mi hermano trabajó en una fábrica hace años, que desecha tirillas de tela. Entonces la trajo aquí y la reciclamos. Con eso tratamos de imitar el cuero del burro y le metemos varios colores al disfraz. En el marco del proyecto de Carnaval Sostenible, estamos haciendo las máscaras en papel maché y cartón. Sobre la máscara estamos aplicando la técnica termofusión, que reciclamos las bolsas plásticas, las planchamos y se las pegamos a las máscaras. Esa es la innovación que llevamos este año. Y las orejas son hechas con botellas PET, las que la gente bota, nosotros las cogemos y las reutilizamos”, destaca el hombre.
El director del Burro Corcoveón señala que los 14 Congos y el Joselito con los que se han consagrado es una muestra del exigente trabajo por la cultura que se origina desde la ruralidad y se proyecta en grandes escenarios.
Por lo anterior, la estricta preparación empieza desde septiembre de cada año, verificando desde los vestuarios que se pueden recuperar hasta cada paso que se da en las coreografías.
Ensayan la coreografía en una parcela
“Yo soy maestro en artes plásticas, estudié en la Facultas de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico. Hago las caretas en arcillas y se las pinto a los muchachos. Ellos la decoran a su gusto. Hacemos talleres de máscaras, entonces son innovaciones. En cuanto a la coreografía, lo que hacemos es que imitamos al animal, me los llevo para una parcela que tengo, allá tenemos un burro, empezamos a estudiar todos los movimientos: cómo hacen, cómo se revuelcan, cómo caminan, cómo corren, cómo patean”, relata Llanos.
El vestuario del Burro Corcoveón está siendo colorido con el pasar de los años. Foto:Tomada de Facebook: Burro Corcoveón Carnavalero
Además de la figura principal, que es el burro, en el Burro Corcoveón también entran los disfraces de un tigre y un golero, completando así las representaciones en el escenario.
“El Atlántico nos declaró una danza identitaria. El burro es parte de la cultura del campesino y así lo representamos. Este año vamos con toda para la Batalla de Flores con 80 ‘burros’. Tenemos que ganarnos el Congo de Oro otra vez”, asegura el maestro en artes plásticas.
Es así como el ‘Burro Corcoveón’ empieza a preparar la pista en el Carnaval de Barranquilla 2025, rindiéndole homenaje a los campesinos del Atlántico y a sus fieles compañeros.
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Deivis López Ortega
Corresponsal de EL TIEMPO - Barranquilla
En X: @DeJhoLopez
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