Varias horas después de conocerse las denuncias de presunto acoso contra Yuly Viviana Vargas, contratista del gobierno Petro, Diego Cancino (presidente designado de la SAE) se manifestó sobre las denuncias en su contra. Aunque pidió perdón por su conducta, aseveró que no incurrió en "acoso sexual".
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En un comunicado, aceptó haber cometido conductas impropias, como ya lo había hecho en mensajes a la presunta víctima. "Lamento sinceramente cualquier conducta de mi parte que haya podido resultar ofensiva para una mujer a quien conozco desde varios años". No obstante, a renglón seguido procedió a descalificar los señalamiento de que cometió "acoso sexual".
"Estoy absolutamente convencido de que en ningún momento incurrí en ninguna forma de acoso sexual en el marco de un encuentro entre excompañeros", dijo Diego Cancino, que reconoció que los hechos ocurrieron cuando ya había salido del Ministerio del Interior. No obstante, el también exconcejal nunca hace referencia a que en la denuncia se habla de posibles toques a los senos de la contratista.
Por otro lado, para decir que no fue acoso, este también reseña que amigos de Vargas estuvieron en la reunión. Aunque este tampoco menciona que la contratista asegura que solicitó la compañía de sus conocidos ante las acciones de presunto acoso que Cancino perpetró cuando estaban solo los dos.
"Reconozco el legítimo interés de que un asunto de esta naturaleza despierta en una sociedad que avanza en medio de enormes dificultades, en el proceso de construcción de relaciones más igualitarios entre los géneros", indicó Cancino, que ha sido criticado debido a que desde el Concejo de Bogotá impulsó campañas contra el acoso.
Hacia el final habló de su compromiso para que el asunto avance. "Estoy comprometido con la justicia, el respeto y colaboraré plenamente con cualquier investigación para contribuir a la verdad", concluyó el denunciado este domingo por la Revista Cambio.
La denuncia
La denuncia periodística hizo un recuento de cómo sucedieron los hechos el pasado 9 de octubre. Vargas estaba invitada a comer en la casa de Cancino para hablar de asuntos meramente laborales. Él le ofreció vino y momentos después, en un par de ocasiones, la habría intentando besar sin su consentimiento y le habría hecho tocamientos no permitidos en varias partes del cuerpo, incluso por debajo de su blusa.
Ella les pidió a dos amigos que llegaran a la casa y aún así continuó el acoso. “Intentó en repetidas ocasiones acceder a mi espacio físico personal, abrazándome por la espada, uno de esos acercamientos lo realizó cuando mi amigo se fue para el baño y frente a mi amiga me abrazó por la espalda y tocó nuevamente mis senos, yo lo alejé una vez más y me haló hacia él para que le besara, a lo cual yo no accedí y le repetí que no me interesaba y que ya se lo había dicho; ante la incomodidad generada intenté marcar distancia, no obstante me tomó de las manos, se disculpó́ y me pidió que bailáramos”, dice la denuncia publicada en la revista.
Al día siguiente, el nuevo presidente de la SAE le escribió y ella le dejó varios mensajes especificando que lo hecho estaba mal, a lo que él intentó contactarla con llamadas. En uno de los mensajes, días después Cancino dijo que lo que había hecho estaba mal.