CHIANG MAI, Tailandia — Un panel de discusión en Myanmar sobre el liderazgo femenino contó con dos oradores. Ambos eran hombres.
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En otra charla, sobre formas de mantenerse a salvo de la campaña de bombardeos del Gobierno militar contra civiles, participaron cuatro hombres y ninguna mujer. Otro más, un evento para recaudar fondos para las fuerzas rebeldes, reunió en línea a más de una docena de oradores, todos hombres.
En los últimos cuatro años, Ying Lao ha documentado decenas de paneles exclusivamente masculinos organizados por el movimiento pro democracia en Myanmar. Para ella, esta exclusión de las mujeres es evidencia del sexismo profundamente arraigado en el País, antes conocido como Birmania. Esta supresión de las mujeres, añadió, también está perjudicando la batalla de años para deponer a los gobernantes militares de Myanmar.
“A menos que luchemos efectivamente contra el patriarcado, nunca derrotaremos a los militares”, dijo Ying Lao, que dirige el Instituto Salween de Políticas Públicas, un grupo de expertos. “Este es el momento de luchar contra todo tipo de opresión”.
Como parte de la gran diáspora birmana en Chiang Mai, Tailandia, Ying Lao ha trabajado durante mucho tiempo por causas democráticas y feministas. Pero ha enfrentado una reacción negativa por sus críticas a los paneles masculinos y su exigencia de que al menos el 30 por ciento de cada panel sea femenino.
Unos cuantos miembros de paneles exclusivamente masculinos, han prometido cambiar. No todos han cumplido.
Con la excepción de Daw Aung San Suu Kyi, la ex líder civil de Myanmar, la política del País ha estado dominada por los hombres.
Las mujeres han estado al frente de la lucha contra la junta. Han marchado en protesta. Han rechazado las normas culturales al empuñar armas contra los militares. Y han sufrido violencia sexual perpetrada por los militares durante décadas.
El Gobierno en la sombra, la alternativa del movimiento pro democracia a la junta, ha prometido igualdad de género en sus estatutos. Pero las mujeres constituyen sólo una quinta parte de su gabinete. Y en el circuito de paneles, todavía quedan excluidas a favor de políticos, periodistas, activistas y líderes varones de la sociedad civil.
Ying Lao ha documentado más de 150 paneles en los que no figuraba ninguna mujer. Cuando sus preocupaciones fueron descartadas en privado, las hizo públicas. Ahora ella y otras activistas denuncian a todos los paneles sin mujeres con los que se topan en una campaña que llaman Vigías de Paneles Masculinos de Birmania. Tanto los organizadores como los miembros de los paneles son el blanco de su ira.
“Nos hicieron parecer criminales”, dijo Maui Phoe Thaike, subcomandante de la Fuerza de Defensa de las Nacionalidades Karenni, una milicia que lucha contra los militares. Le molestó figurar entre docenas de hombres que aparecían en un cartel de Vigías de Paneles Masculinos.
Para el Día Internacional de la Mujer en marzo del 2023, Ying Lao organizó una exposición en Chiang Mai. En octubre llevó la exposición a Bangkok.
Ella ha sido descrita como “demasiado intensa” u “obsesionada”.
“Si un hombre actúa así, dicen que es asertivo”, dijo Nang Moet Moet, secretaria general de la Liga de Mujeres de Birmania. “A las mujeres nos dicen que somos agresivas”.