De no creer: Brasil recurre a dragar algunos tramos del reseco río Amazonas

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RÍO DE JANEIRO — El río Amazonas, azotado por sequías consecutivas impulsadas por el cambio climático, se está secando, con algunos tramos reduciéndose a charcos poco profundos de sólo un metro de profundidad.

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Los niveles de agua a lo largo de varias secciones del río, que serpentea casi 6 mil 500 kilómetros por Sudamérica, cayeron el mes pasado a su nivel más bajo registrado, reportó el Servicio Geológico Brasileño. En un tramo en el Estado brasileño de Amazonas, el río estaba casi 8 metros por debajo del promedio para esta época del año. Partes de tres afluentes también han caído a mínimos históricos.

La crisis ha paralizado al Amazonas, que es prácticamente la única manera de conectar a las comunidades forestales y mover el comercio en tramos remotos. Por ello, Brasil ha recurrido a una medida que podría haber sido inconcebible no hace mucho tiempo. A partir de este mes dragará tramos del río.

La caída del nivel del agua ha dejado a los barcos con dificultades para transportar a niños a la escuela, llevar a enfermos a los hospitales o entregar medicamentos y agua potable. El caos en el transporte también ha afectado al centro manufacturero internacional de Manaos, una ciudad de 2 millones de habitantes en el corazón de la selva tropical. Las aguas poco profundas han dificultado el atraque de buques de carga. Por lo tanto, las empresas han construido muelles flotantes donde pueden descargar suministros de contenedores de carga.

En el pasado, las autoridades brasileñas han dragado el río Amazonas en casos de emergencia. Pero el lecho del río será excavado de manera continua durante los próximos cinco años, afirmó Fabricio de Oliveira Galvão, director del Departamento Nacional de Infraestructura de Transporte.

El plan subraya las medidas drásticas que los gobiernos de todo el mundo se ven obligados a aplicar para atenuar las repercusiones del clima extremo. Y destaca las formas en que un clima más cálido y seco está dando nueva forma a la selva amazónica, la mayor reserva de agua dulce de la Tierra y una parte clave de la lucha por frenar el calentamiento global porque la selva absorbe gases de la atmósfera que atrapan el calor.

Algunas regiones del Amazonas han visto aumentar las temperaturas promedio en 1.1 grados centígrados desde la década de 1980 y se perfilan a seguir aumentando, dijo Bernardo Flores, investigador de la Universidad Federal de Santa Catarina, en Brasil.

“Esta sequía actual está asociada con temperaturas mucho más altas”, dijo.

En algunas partes del Amazonas, las lluvias se han vuelto menos abundantes y la estación seca es un mes más larga que en la década de 1970, arroja una investigación. Los científicos señalan al cambio climático y la deforestación como las fuerzas motoras.

A medida que el Amazonas pierde árboles, la selva tropical tiene menos capacidad para proteger la vegetación de la luz solar y retener la humedad. Esto, aunado al aumento en las temperaturas, ha vuelto a la selva tropical más seca y más susceptible a grandes incendios forestales.

La estación seca anual, que suele durar de junio a octubre, ha sido particularmente castigadora este año porque el Amazonas aún se resiente de dos años consecutivos de sequía severa, dijo Ane Alencar de IPAM Amazônia, una organización de investigación. Y los efectos persistentes de un patrón climático natural conocido como El Niño disminuyeron el nivel de lluvia durante la temporada de lluvias.

“Los ríos no tuvieron oportunidad de recuperarse”, dijo Alencar. “Así que estamos viendo un efecto dominó”.

El dragado involucra retirar sedimento de cuatro tramos estratégicos del Amazonas y depositarlo en otras zonas donde el agua es más profunda. Galvão dijo que el proceso conlleva pocos riesgos ambientales. Pero algunos científicos discrepan, advirtiendo que el dragado podría perturbar y potencialmente dañar plantas y animales.

Por un lado, podría desenterrar depósitos de mercurio enterrados. El dragado también puede enturbiar el agua, limitando la luz solar que llega a las plantas acuáticas, de la que dependen para reproducirse.

Pero el plan de dragado fue buena noticia en comunidades como Tauary en el Estado de Amazonas. La sequía ha aislado a sus 35 familias, dijo Maria de Fátima Servalho Celestino, una residente.

“Aquí, los ríos son nuestras calles”, dijo Celestino, de 34 años.

Lo que antes era un recorrido de una hora en barco al pueblo más cercano, donde Celestino y sus vecinos compran abarrotes o visitan a un médico, ahora toma hasta 10 horas por zonas lodosas del lecho del río, dijo.

Pero el dragado a unas horas río abajo de su aldea podría brindar algo de alivio.

“Estamos aquí abandonados”, dijo. “Así que esperamos que suceda y que la ayuda llegue pronto”.

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