En apenas unas semanas el Gobierno, los sindicatos y los empresarios empezarán la discusión para subir el salario mínimo del 2025 en medio de una inflación a la baja que a septiembre llegó a 5,81 por ciento anual. En entrevista con EL TIEMPO, Fabio Arias, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la más grande del país, afirma que el debate de este año será más político que económico y que no cree que se llegue a un acuerdo.
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¿Cómo ve la economía actual? ¿Considera que hace falta un plan urgente de reactivación como piden los gremios?
El freno de mano que en estos momentos no está dejando despegar a la economía son las tasas de interés del Banco de la República. Han bajado, pero no al ritmo de la inflación. Se necesita un ajuste mucho más fuerte. Eso es lo primordial para que la inversión y el consume se reactiven.
¿Y qué le pediría al Gobierno?
Por ejemplo, la revisión o renegociación de los Tratados de Libre Comercio (TLC). Hace unos días, salió un decreto para ponerle un arancel a las barras de hierro o acero corrugadas que se hacen desde los países de la Comunidad Andina (CAN). Nosotros decimos que hay que poner aranceles también a China, Rusia o Turquía.
En unas semanas volverá el debate del salario mínimo, ¿van a pedir dos cifras?
Sí, me atrevería a aventurar que con absoluta seguridad vamos a pedir dos dígitos.
¿Y esperan que este año si haya negociación?
Considero que este año la negociación va a ser todavía mucho más difícil. En las últimas dos ocasiones el gobierno gastó parte de su capital político. Lo logró en una primera oportunidad, pero ya el año pasado no pudo. El decreto fue sin que los empresarios llegaran y además estos nunca hicieron pública su cifra. ¿Eso qué demuestra? Que el empresariado no está en la voluntad de llegar a ningún acuerdo con el gobierno.
¿Y considera que la situación está más tensa ahora?
Sí, es que llegamos a un momento en el cual el empresariado está jugando en la oposición abierta. Sus reiteradas posiciones sobre la actividad económica, la reforma laboral o de la salud reflejan que están en la oposición.
¿Entonces volvería a salir por decreto?
Yo creo que al igual que el año pasado va a ser por decreto. Está más complicado porque las posiciones están más definidas. Más que un problema de discusión económica es de política. Uno tiene que escuchar estos mensajes.
¿Qué otros elementos de discusión pondrán sobre la mesa?
Presionaremos para que el tema de los arriendos, de los servicios públicos y el del Acpm no le dé tan duro a las personas. Por ejemplo, en los arriendos decimos que no debe subir tanto como la inflación, especialmente a los que ganen menos.
Dice que el empresariado está en una “oposición abierta” pero ustedes por primera vez están del lado del Gobierno, ¿cómo lo viven?
Llevo 35 años siendo opositor a todos los gobiernos, pero a este lo estamos respaldando. Hay un poema de Mario Benedetti que dice: “cuando tenía todas las respuestas, cambiaron todas las preguntas”. A nosotros nos pasó lo mismo. Teníamos un doctorado en la oposición y ahora somos meros aprendices de respaldo del gobierno.
¿Pero también le protestan si no están de acuerdo?
Creemos que el gobierno del cambio no agota la conflictividad laboral y social. El problema es que tenemos una cantidad de problemática vieja y nueva y tenemos que seguir reclamando a este gobierno, así sea que lo respaldemos. Sin embargo, el aspecto principal sí es el del respaldo.
¿Y cómo ve la discusión de la reforma laboral?
Lo primero que nos duele es que le quitaron los derechos colectivos y sigue la ‘peluqueada’ ahora en la plenaria de la Cámara. Por ejemplo, quitaron la tabla indemnizatoria. Algo importante también es el tema de la subcontración. El código dice que se puede subcontratar cualquier labor de la empresa que no sea muy especializada; sin embargo, en lo aprobado le quitaron esa palabra. Al contrario, sí estamos a favor de que el contrato sea por regla general indefinido y que hemos recuperado los recargos nocturnos y dominicales.
Los empresarios están preocupados porque algunos artículos de la reforma elevarían sus costos y eso a la larga repercutiría en el empleo…
Este es el debate de nunca acabar. Considero que no. A nosotros nos sirve la práctica. ¿Cuánto desempleo se ha generado porque este gobierno haya hecho aumentos de salario mínimo por lo menos en términos proporcionales más significativos que en los gobiernos anteriores? No ha sido así, se ha mantenido. Incluso, al economista David Card le dieron un premio Nobel en 2021 por ello.
Otra de las críticas es que la reforma no busca generar más empleo y atacar la informalidad…
Los empresarios están muy preocupados con el empleo y la informalidad, pero ¿qué hicieron durante 33 años de gobiernos proempresariales y neoliberales? Es una doble moral, pues la teoría no les funcionó. Son los ciclos económicos los que resuelven la problemática. Sin embargo, la norma va en la dirección de ayudar.
¿Y piensa que el diálogo tripartito está en riesgo como han asegurado los gremios?
No, los empresarios no pueden decir que no ha habido consultas de la laboral. Diálogo social sí ha existido, otra cosa es que no haya habido acuerdo.
Ellos dicen que no se han sentado a hablar del último texto…
En el 2023 discutimos en dos oportunidades una cuestión de empleo y este año se convocó la comisión de concertación para escuchar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) y ese mismo día sí se convocó. ¿Podríamos haber tenido más discusiones? Sí, pero ha habido y no se ha llegado a un acuerdo.