El presidente Gustavo Petro advirtió hace unos días que si el Gobierno se ve en la necesidad de reducir el Presupuesto del 2025 debido a que el Congreso no aprueba la reforma tributaria de 12 billones de pesos recortará “todos los subsidios” a los sectores ricos de la población.
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¿Es esto posible? ¿A quién afectaría? ¿Cuáles son los subsidios que reciben los que más tienen en Colombia? Estas son algunas de las preguntas que surgen ante tal afirmación.
Sin embargo, las respuestas no son tan sencillas debido a que el gasto social del gobierno está mal focalizado y, por ejemplo, no es difícil encontrar en una ciudad como Bogotá a personas que viven en estratos bajos y por tanto no pagan servicios pero sí pueden llegar a tener medios o altos ingresos.
Cerca del 60 % de los subsidios se va a la población no pobre
El último estudio que analiza esta situación es uno de Fedesarrollo publicado en el 2021. En este, se calcula que cerca del 60 por ciento del gasto en subsidios que hace el Gobierno Nacional se destina a una población que es considerada como no pobre.
En concreto, el informe divide la población en cinco quintiles iguales, donde el 1 representa al 20 por ciento de las personas que menos tienen y el 5 al 20 por ciento de los que poseen más altos ingresos.
Lo que determina es que el 33 por ciento del gasto social del gobierno en 2017 (última fecha analizada) se destinó a los dos quintiles de hogares de más altos ingresos.
Pensiones, educación y vivienda, los peor focalizados
Los subsidios que están peor focalizados son los que se otorgan a las pensiones, pues el 73 por ciento se destinó a los dos quintiles de mayores ingresos (el 54,2 por ciento al último), mientras que el más pobre solo recibió el 5 por ciento.
Si nos concentramos en ese último quintil, también se puede decir que los que más tienen reciben el 34,8 por ciento de las ayudas educativas, el 26,1 por ciento de los subsidios de vivienda, el 20,1 por ciento del subsidio de desempleo y el 17,9 por ciento de los servicios públicos.
Incluso, el informe señala que para los subsidios con mejores niveles de focalización, es significativo el error de inclusión – definido para propósitos de este trabajo como el gasto que se destina a hogares no pobres—. En particular, se observa que el 38 por ciento del gasto de Familias en Acción se destinaba en esa época a hogares no pobres, cifra que alcanza el 42 por ciento para el programa de Colombia Mayor, el 43 por ciento para el régimen subsidiado de salud y el 52 por ciento para el de Jóvenes en Acción.
Ante esta situación, Fedesarrollo propuso acelerar la implementación del Sisbén 4.0 como único mecanismo de focalización de subsidios y eliminar de manera definitiva el estrato socioeconómico como un instrumento de selección de beneficiarios.
En la misma línea, el exdirector del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Jorge Iván González, dijo en el marco de la presentación del Plan Nacional de Desarrollo del gobierno de Gustavo Petro que se deberían eliminar los estratos y que la focalización debería ser poniendo a todas las personas a declarar sus ingresos ante la Dian.
“En lugar de tener el formato del Sisbén o el de Familias en Acción, lo que nosotros quisiéramos proponer es que todos los hogares declaren sus ingresos para que reciban subsidios si su capacidad de compra es bajita o, al contrario, paguen impuestos en el caso de que sea mayor. Con ello, se evitarían todos los líos que tenemos ahora con la estratificación y con la actualización de las bases del Sisbén”, señaló en ese momento.
Esta sería una idea a materializar a largo plazo. De momento, lo que avanzó el año pasado fue la presentación del Registro Social de Hogares, que es una herramienta que incluye la información socioeconómica de la población proveniente de los registros administrativos de diferentes entidades.
Subsidio a los combustibles
Otro de los subsidios que beneficia a las personas de más altos ingresos del país es el de los combustibles. Desde el 2007 existe el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc) que pretende que las variaciones del valor internacional del petróleo no se transfieran directamente a los consumidores.
Su propósito inicial fue ahorrar cuando los precios estuvieran bajos y financiar el precio interno cuando el crudo estuviera alto. No obstante, como el precio local no subió el fondo empezó a ser deficitario y el tamaño del subsidio cada vez fue mayor, en especial, desde el 2021.
Según un informe de Anif, durante los últimos dos años el costo del subsidio a los combustibles en las cuentas del Gobierno fue de 49 billones de pesos, casi equivalente a los 54 billones de pesos provenientes de la reforma tributaria del 2021 y 2022.
¿Es fácil recortar de golpe estos subsidios?
De momento, las carteras competentes en la materia no se han pronunciado sobre este posible recorte si la reforma tributaria no se aprueba. Sin embargo, según los expertos tampoco sería tan fácil ni rápido hacerlo en algunos casos debido a esa mala focalización.
Luis Fernando Mejía, director del centro de pensamiento Fedesarrollo, señala que en el caso de pensiones el régimen público subsidia a los pensionados formales, que por definición son personas de clase media y alta y resolver estos problemas toma tiempo.
“En el caso de las pensiones, la reforma aprobada recientemente resuelve el problema pero solo para los futuros pensionados en el nuevo esquema, así que en el mediano plazo persistirá la enorme regresividad en el gasto público en pensiones”, indica.
En el caso de los subsidios a servicios públicos, señala que se debe complementar el estrato con el Sisbén, lo cual requiere un tiempo largo de transición.