La práctica de comer 12 uvas al compás de las campanadas durante la Nochevieja es una tradición que muchos siguen al despedir el año.
Sin importar si son verdes o moradas, estas uvas se consumen para dar la bienvenida a un nuevo ciclo, acompañado de abrazos y buenos deseos.
Una tradición que se originó en España
'National Geographic' señala que este hábito comenzó en España, aunque hoy en día está presente en países como Portugal y varias naciones de Latinoamérica. Cada una de las 12 uvas simboliza un deseo para cada mes del próximo año, mientras las campanadas de la Real Casa de Correos en la Puerta del Sol de Madrid marcan el fin del ciclo anual.
Según una teoría, el origen se remonta a 1909, un año de excelente cosecha de uva. Los productores aprovecharon este excedente para comercializarla como las "uvas de la suerte", empaquetadas en grupos de doce, representando los meses del año. Esto contribuyó a popularizar la práctica, aunque algunos registros históricos sugieren que la costumbre ya existía antes de ese año.
Las uvas se asociaban con prosperidad y abundancia, reforzando la tradición festiva. Foto:iStock
Influencia de las clases sociales y expansión de la tradición
Otra teoría apunta al año 1882, cuando la clase alta acostumbraba acompañar sus cenas de Nochevieja con champán y uvas. Un grupo de madrileños decidió ironizar esta práctica reuniéndose en la Puerta del Sol para comer uvas mientras escuchaban las campanadas. Este gesto, considerado una burla a las costumbres aristocráticas, terminó consolidándose como tradición entre las clases populares.
Archivos de prensa respaldan la existencia temprana de esta práctica. El 2 de enero de 1894, el diario El Siglo Futuro mencionó el simbolismo de las "uvas bienhechoras". Ese mismo día, El Correo Militar escribió sobre "la imperecedera costumbre de comer las uvas al oír sonar la primera campanada de las doce".
Ya en 1903, diarios como La Opinión de Tenerife documentaron cómo esta tradición había llegado a otras regiones de España, como Tenerife. Sin embargo, en 1907, algunos medios criticaron que una costumbre que inicialmente fue objeto de burla se hubiera arraigado tanto en la sociedad.
¿Por qué precisamente uvas?
La elección de esta fruta tiene una conexión directa con la buena suerte. Las uvas han sido asociadas con la prosperidad, por lo que consumirlas al iniciar el año refuerza el deseo de abundancia y éxito para los próximos meses.
Así, la tradición ha trascendido fronteras y generaciones, consolidándose como un elemento esencial de las celebraciones de Año Nuevo.
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ELIZABETH SANTANA
El Universal (México) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Universal (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.