David González: toque de rock para reactivar al Ballet Azul; perfil del nuevo DT de Millonarios

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A David González se le conoció en el fútbol como el rockero, así lo bautizaron cuando era arquero, a él, un tipo tan sosegado y cuya mayor relación con el rock era su pelo largo. Pero si algo de rock tiene David como entrenador, es que sus equipos parecen tocar acordes de guitarras eléctricas, un ritmo agresivo, con golpes de batería y mucha melodía, no para pretender aplausos, pero sí movimiento.

Si sus equipos hacen ruido –fue subcampeón con Medellín y Tolima– es porque quieren sonar. David, el nuevo DT de Millonarios, llega a ponerle rock al famoso Ballet Azul.

Pese al apodo que lo hizo célebre, David es un hombre que transmite serenidad, con una voz baja que no parece esforzarse en gritar y que arrastra su marcado acento antioqueño (nació en Medellín en 1982).

David González

David González Foto:Julio César Herrera. Archivo EL TIEMPO

David González y su personalidad para dirigir

David aparenta gozar de tranquilidad, un don que los entrenadores no tienen, pero su rebeldía va por dentro, y de vez en cuando se le sale, como para demostrar que de cabeza rapada también se rockea. Le pasó en la última final de la Liga entre Tolima y Nacional, cuando, presa de la presión de la final, se le acercó a Alfredo Morelos, delantero rival, y le lanzó una ofensa al oído, desatando confusión. “Perdí mi temperamento y mi cabeza, me siento apenado”, dijo cuando recuperó la compostura.

Es que David no se ha caracterizado por la controversia. Lo suyo es hablar suave, pero con ruido, y los jugadores lo respetan, lo escuchan. Si algo tiene es la capacidad para gestionar el vestuario y administrar los egos del fútbol, pues conoce los códigos, los vivió en su carrera como arquero.

Su historia es la de un guardián del arco, admirador del belga Jean Marie Pfaff, que decidió habitar esos predios para contemplar desde la lejanía de los tres palos lo que los demás jugadores hacían, pues sabía que un día contemplaría la estética del fútbol desde la zona técnica. Siendo arquero creó su fama. Fue cuando le pusieron ‘Rockero’, porque un día lo pillaron intentando tocar una guitarra eléctrica con hinchas del Medellín y como tenía el pelo largo, pues así se quedó, cuando lo más rockero que escuchaba era Andrés Calamaro y su única guitarra era de las clásicas. Ahora es el rockero de pelo a ras que les pone su propia música a sus equipos.

Arrancó como tercer arquero del DIM, detrás de Leonel Rocco y Agustín Julio. Cuando le llegó su turno, no desperdició la oportunidad y empezó su leyenda, pues se convirtió en un ídolo del Poderoso, donde ganó tres Ligas y una Copa Colombia, antes de colgar los guantes en 2020. Atajó además en Rizespor, Huracán, Manchester City (no llegó a debutar en el primer equipo), Aberdeen, Pasto, Águilas y Cali, donde estuvo 3 veces y donde se retiró, y la Selección Colombia. 

David González

David González Foto:Guillermo Ossa. Archivo EL TIEMPO

Conoció en el camino a mucha gente. Admiró a Alfredo Arias, su último DT en Cali y quien pronosticó que David “tenía madera” para entrenador. Un día se decidió, quizá antes de lo pensado, y se quitó los guantes, y con las manos libres empezó a mover las fichas del tablero. Comenzó a formarse como entrenador durante su paso por Manchester City. Pero el diploma y la licencia Pro los consiguió en Argentina. 

El camino a la dirección técnica de Millonarios

Su primera oportunidad le llegó en el Medellín, no podía ser de otra manera, en 2022. No fue un arranque fácil, era joven, inexperto, tuvo que reemplazar a Julio Comesaña, hubo momentos críticos, recibió ataques, que no está preparado, que no era el indicado, pero se fue ganando su lugar hasta acariciar la estrella, la perdió contra el Pereira. Llegó a Tolima en 2023 con ese precedente y allí tuvo su segundo acercamiento a la gloria, en la final perdida contra Nacional el pasado diciembre. Dos finales en tan poco, pero dos finales perdidas: una alegría triste.

A sus 42 años, David González no ha ganado como entrenador. Las manos desnudas de guantes han rozado la estrella dos veces y se queman. Quizá es la hora de descubrir su error: que alguien a quien llaman rockero no puede buscar una estrella común, debe ser una azul. 

Pablo Romero

Redactor de EL TIEMPO

@PabloRomeroET

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