En unos días, 135 cardenales de 71 países deberán elegir al sucesor del papa Francisco, fallecido el lunes a los 88 años de edad, y que se convertirá en el nuevo líder de la Iglesia católica y del Estado de la Ciudad del Vaticano.
El límite de edad para ser convocado a este Cónclave es de 80 años. Para esta ocasión, entre los cardenales electores, 53 son de Europa, 23 de Asia, 21 de América Latina, 18 de África, 16 de América del Norte y 4 de Oceanía.
Así trabaja el Cónclave
Preparativos
Los 135 cardenales electores, menores de 80 años, se alojarán durante todo el cónclave en la residencia de Santa Marta en el Vaticano.
En la mañana del primer día, los purpurados participan en una misa solemne en la basílica de San Pedro. Ese mismo día, por la tarde, se reúnen en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico y en procesión hacia la Capilla Sixtina invocan la asistencia del Espíritu Santo.
Cardenales haciendo fila en la Capilla Sixtina para jurar sobre la Biblia. Foto:AFP
Luego, bajo la bóveda pintada por Miguel Ángel, los cardenales prestan juramento con la mano sobre el Evangelio.
Según un ritual heredado de la Edad Media, el maestro de ceremonia pronuncia la frase "extra omnes" (todos fuera). Las personas que no participan en la elección abandonan la sala y, a continuación, se cierran las puertas. El objetivo es que los cardenales eviten las influencias exteriores.
La elección
Por sorteo, tres cardenales son designados "escrutadores", otros tres "infirmarii" (encargados de recoger el voto de los purpurados enfermos) y tres más como revisores para comprobar el recuento.
Sentados juntos, los cardenales reciben papeletas rectangulares con la inscripción "Eligo in Summum Pontificem" ("Elijo como Sumo Pontífice") en la parte superior, con un espacio en blanco debajo.
Los votantes escriben el nombre de su candidato a mano y doblan la papeleta. En teoría, está prohibido votarse a uno mismo.
Cada cardenal se dirige por turnos al altar, sosteniendo su papeleta en el aire para que sea bien visible y pronuncia en voz alta el siguiente juramento en latín: "Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien, en presencia de Dios, creo que debe ser elegido".
Deposita su papeleta en un plato y la desliza en la urna frente a los escrutadores, se inclina ante el altar y vuelve a su sitio.
Una vez recogidas todas las papeletas, un escrutador agita la urna para mezclarlas, las transfiere a un segundo recipiente y luego otro los cuenta.
Dos escrutadores anotan los nombres, mientras que un tercero los lee en voz alta y perfora las papeletas con una aguja en el punto en el que se encuentra la palabra "Eligo". Los revisores verifican a continuación que no se cometieron errores.
Si ningún cardenal obtuvo dos tercios de votos, los electores proceden a una nueva votación. Salvo el primer día, se prevén dos por la mañana y dos por la tarde hasta la proclamación de un papa.
Cónclave en el Vaticano. Foto:AFP
Al finalizar cada dos rondas de votación, las papeletas y las notas tomadas por los cardenales se queman en una estufa. La chimenea, visible por los fieles desde la plaza de San Pedro, expulsa humo negro si no se logró escoger a ningún papa y una fumata blanca en caso de una elección.
Tras tres días sin lograrse el nombramiento de un pontífice, la votación se suspende para un día de oración.
"Habemus Papam"
El cardenal elegido deberá responder a dos preguntas del decano: "¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice?" y "¿Cómo quieres ser llamado?". Si responde sí a la primera, se convierte en papa y obispo de Roma.
Uno por uno, los cardinales expresan un gesto de respeto y obediencia al nuevo papa, antes del anuncio a los fieles.
Desde el balcón de la basílica de San Pedro, el cardenal protodiácono anuncia "Habemus papam". A continuación, aparece el nuevo pontífice e imparte su bendición "urbi et orbi" (A la ciudad y al mundo).
Juan Pablo I. Foto:iStock
¿Cómo fueron las elecciones de los últimos tres pontífices?
Un interrogante para este Cónclave es si después de tres papas extranjeros (el polaco Juan Pablo II, el alemán Benedicto XVI y el argentino Francisco) habrá de nuevo un pontífice italiano, el último fue Juan Pablo I.
Así fueron los Cónclaves para elegir a los últimos últimos tres pontífices.
Albino Luciani, el Papa 263, fue elegido en 1978. Su elección ocurrió durante el segundo día del cónclave con 101 votos sobre 111. “Una mayoría extraordinaria, tres cuartos de los votos para una personalidad poco conocida”, dijo el cardenal Leo Jozef Suenens en su libro 'Recuerdos y esperanzas'.
Luciani adoptó el nombre Juan Pablo I, pero solo duró 33 días debido a que murio de un infarto agudo de miocardio, una característica que lo hace ser recordado.
Juan Pablo II. Foto:AFP
Para la elección de Juan Pablo II hubo 8 votaciones. El Cónclave se desarrolló en 1978 y finalmente escogió al arzobispo polaco de Cracovia (Polonia), Karol Wojtyla (su nombre de pila), el primer papa no italiano desde 1522.
Para aquel entonces, la imprevista muerte de Juan Pablo I había aumentado la confusión y la atmósfera de crisis que predominaba en la Iglesia, y que había envenenado los últimos tiempos del pontificado de Pablo VI.
Tras la muerte de Juan Pablo II en 2005, el Cónclave hasta la elección de Benedicto XVI apenas duró 2 días y solo hizo falta 4 votaciones para que hubiera humo blanco.
Para la elección del recién fallecido papa Francisco, a partir de la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI al papado, en febrero del 2013, pasaron exactamente 30 días para que los 115 electores de aquel Cónclave lo eligieran su elección. Vale aclarar que desde la dimisión solo fueron 13 días para nombrarlo y se dio en la quinta votación.
Papa Benedictino XVI, antecesor del Papa Francisco. Foto:X: @BLindenbusch
Jorge Mario Bergoglio no era uno de los candidatos favoritos. En una entrevista en 2019 reconoció que “los periodistas decían que, a lo más, yo era un gran elector, que indicaría uno”.
Para el Cónclave de este año hay una nueva condición. A diferencia de los dos anteriores, este tendrá 20 electores más. Ello significa que si en la asamblea del 2013 se necesitaron 77 votos para que Francisco fuera ungido, esta vez son necesarios 91 sufragios.
Además, la mayoría de los cardenales electores fueron nombrados por el papa Francisco.
*Con información de AFP.