Crisis anticipada en La Mojana: el agua desbordó la promesa del Gobierno

hace 3 semanas 24

La región de La Mojana, en el Caribe colombiano, vive una nueva emergencia por inundaciones, agravada esta vez no solo por la fuerza del río Cauca, sino por la frustración y el sentimiento de abandono que embarga a sus habitantes.

Lo que debía ser una temporada aún lejana de lluvias intensas, se convirtió desde inicios de esta semana en una situación crítica que ha obligado a las autoridades a evacuar a decenas de familias, reconfigurar planes de emergencia y enfrentar el impacto de una crisis que muchos aseguran pudo evitarse, de haberse cumplido lo prometido.

El primer episodio crítico se vivió en la vereda La Candelaria, del municipio de San Pedro (Sucre), donde al menos 30 familias fueron evacuadas debido al rápido ascenso del agua.

La alerta no tardó en expandirse por otras zonas del sistema hídrico de La Mojana, tradicionalmente golpeadas por las lluvias, pero que ahora, para sorpresa de todos, se están inundando incluso antes de la temporada crítica prevista para junio o julio.

Lo que ha generado desconcierto es que estas inundaciones no están ocurriendo únicamente en las zonas usualmente vulnerables, sino también en terrenos que solían permanecer secos. Según la coordinadora de Gestión del Riesgo en Sucre, Paula Tous, el comportamiento del agua cambió por completo, lo cual desbordó los esquemas de atención previamente diseñados.

“Hay zonas que nunca se habían inundado y ahora les llegó el agua, entonces los damnificados van a aumentar”, advirtió Tous.

La Mojana

La Mojana Foto:Gobernación de Sucre

El fenómeno tiene una explicación concreta, aunque alarmante: el río Cauca, sin el control hidráulico adecuado, ha arrastrado grandes cantidades de sedimento y barro por el boquete de ‘Caregato’, en el municipio de San Jacinto del Cauca (Bolívar), una de las entradas más vulnerables al sistema de ciénagas de La Mojana. 

El sedimento ha reducido drásticamente la capacidad hidráulica de los caños y humedales que tradicionalmente drenaban las crecientes, provocando que el agua se desplace hacia sectores históricamente no inundables. 

Las obras prometidas por la Ungrd: un capítulo sin ejecutar

El río Cauca, si no se cierra, mete sedimento y hace potreros y playones

Oswaldo PupoLíder campesino

Todo este panorama se agrava porque, a pesar de las alertas que campesinos y líderes sociales vienen emitiendo desde hace años, las acciones del Gobierno nunca llegaron. 

En especial, los trabajos de cierre del ‘Caregato’, prometidos por la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), que se anunciaron como una solución definitiva para proteger a La Mojana, no se ejecutaron.

Uno de los líderes campesinos más insistentes en sus advertencias fue Oswaldo Pupo, quien aseguró haberle explicado al Gobierno que, sin el cierre del boquete, el río Cauca seguiría depositando barro en los caños y ciénagas, desplazando el agua hacia las comunidades.

“El río Cauca, si no se cierra, mete sedimento y hace potreros y playones; acaba con la capacidad hidráulica que tienen nuestros caños y nuestra ciénaga. Hoy día tenemos más gente afectada que en otros años”, denunció.

El resultado: más de 39.000 personas afectadas, según cifras preliminares de las autoridades departamentales, y más de 3.000 familias en riesgo inmediato, con daños materiales, cultivos perdidos y una profunda sensación de desesperanza.

En este momento se ejecuta un contrato por 130 mil millones de pesos para cerrar el boquete.

Trabajos de cierre del ‘Caregato’, prometidos por la Ungrd, que no se ejecutaron. Foto:Cortesía Ungrd

Análisis: el costo de la negligencia

El incumplimiento de los trabajos por parte de la Ungrd no solo representa una falla técnica, sino una ruptura de confianza con las comunidades que han vivido por décadas al borde del agua, esperando que alguna vez las promesas del Estado se conviertan en acciones concretas.

Expertos en hidrología consultados han señalado que el retraso en el cierre del ‘Caregato’ —una obra clave para controlar la entrada de agua no deseada al sistema de humedales— multiplica el impacto de cualquier creciente, por moderada que sea. En lugar de evitar una catástrofe, la ausencia de obras ha reconfigurado negativamente el comportamiento hidráulico de toda la zona, haciendo impredecible la afectación.

Además, el incumplimiento debilita el marco institucional frente a futuras emergencias: ¿cómo confiar en que las futuras obras serán ejecutadas, si ni siquiera las más urgentes se materializaron a tiempo?

El caso de La Mojana es paradigmático: una región con enormes retos estructurales, enfrentada al cambio climático, y que lleva más de dos décadas esperando soluciones definitivas. 

En el papel existen planes, estudios, mapas de riesgo, consultorías… pero sobre el terreno, las comunidades siguen dependiendo de evacuaciones improvisadas, ayudas de emergencia y promesas reiteradas que nunca llegan.

Reacciones y llamados urgentes

Las inundaciones mantienen en emergencia a La Mojana.

Las inundaciones mantienen en emergencia a La Mojana. Foto:Archivo particular

Las reacciones no se han hecho esperar. Desde los gobiernos locales hasta líderes sociales y organizaciones de derechos humanos han elevado su voz de reclamo al Gobierno Nacional. La principal exigencia es que, más allá de las ayudas inmediatas previstas para esta semana, se retomen con carácter prioritario y vinculante los proyectos estructurales prometidos.

“Estamos cansados de los pañitos de agua tibia”, dijo una líder comunitaria en La Sierpe. “Llega una lancha con mercados, pero eso no resuelve que nuestros niños ya no pueden ir a la escuela, que nuestras casas están anegadas y que perdimos todo lo que sembramos”.

Debate en Congreso de la República

Desde el Congreso, representantes del Caribe citaron a debate de control político al director de la Ungrd para que explicara por qué no se ejecutaron las obras prometidas y cómo se va a responder ante esta nueva crisis.

En el marco de la Comisión Sexta del Senado de la República, el senador Julio Elías Vidal, perteneciente al partido de la U, expresó su descontento con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (Ungrd), señalando que no ha cumplido con los objetivos establecidos para las comunidades afectadas.

El legislador destacó que, a lo largo de casi cincuenta años, La Mojana ha sido objeto de múltiples estudios técnicos, promesas gubernamentales y proyectos que nunca se concretaron, dejando a la región en un estado de abandono histórico.

Ante la crisis actual, Vidal propuso a los 11 alcaldes de La Mojana y a los 4 gobernadores rendir un homenaje al doctor Carlos Carrillo, con la esperanza de que este gesto lo motive a cerrar definitivamente el boquete de Cara ‘e Gato.

Por otro lado, la senadora Ana María Castañeda, del partido Cambio Radical, también exigió una mayor intervención de la Ungrd en la región afectada. Castañeda subrayó que, tras casi 1300 días de sufrimiento, es imperativo que se tomen acciones concretas para cerrar Cara ‘e Gato y reducir el flujo de agua, no solo en el canal de la Esperanza, sino también considerando las necesidades y estudios de la comunidad.

Además, la senadora criticó al director de la Ungrd, Carlos Carrillo, acusándolo de desviar el debate hacia la politiquería y los insultos, en lugar de centrarse en lo verdaderamente urgente: el cierre de Cara ‘e Gato, el cumplimiento del plan anunciado y el apoyo a una comunidad que no puede seguir siendo ignorada por el Estado.

Por ahora, las familias en La Mojana continúan luchando contra el agua que no se detiene, en medio de una incertidumbre creciente y con la amarga sensación de que el Estado, una vez más, llegó tarde.

Leidys Rivero M

Subeditora Caribe

El Tiempo

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