El avión llega a los 30.000 pies. Aunque, mi vecino de asiento y yo estamos leyendo, mientras que la otra mujer que estaba al lado de la ventana trabaja, todos levantamos la mirada al escuchar un estruendo. Ya habíamos pasado una turbulencia que nos dejó con un vacío en el estómago y la tensión se sentía en el ambiente.
En esta ocasión, el ruido llamativo venía de unos parlantes, una consola y un dj que convirtió un trayecto desde la capital hasta Santa Marta, con reguetón y dembow, en una fiesta en el aire.
Solo unos pocos sabían lo que pasaría en el trayecto que partió de Bogotá. El resto de pasajeros que fueron sorprendidos, tuvieron la suerte de comprar unos tiquetes comerciales con Wingo y vivir una experiencia que no entendían muy bien a qué se debía.
La situación se aclaró cuando los asistentes de vuelo se pasearon por el corredor, no ofreciendo maní y agua, sino shots de un licor con sensación picante al final. En sus manos llevaban la botella del nuevo Smirnoff Spicy Tamarindo, un licor que parece inofensivo, con sus notas dulces, pero que tras cada uno de sus tragos se convierte en fuego puro.
Aterrizamos y la rumba no paró ahí. Para no perder la llama, junto con otros invitados, fuimos a una fiesta tropical, en la que hasta una drag se montó al escenario a hacer lo suyo y entretener al público. Para rematar, fuimos a la playa, tranquilos, hablando un poco y con uno que otro personaje dormido en la arena por el cansancio de la jornada.
Al día siguiente, la aventura tampoco se detuvo. Fuimos a un yate, para disfrutar de la adrenalina que Smirnoff ha impreso en su nueva propuesta de licor. Con musiquita, sandwiches, coctéles que eran más simples y que servían para pasar el dulzor del día anterior, se 'parchó' durante todo el día.
Unas de las personas que estaban en la experiencia montaron en 'jetski', otras aprovecharon para saltar de la proa del barco y algunos invitados se dedicaron a descansar o asolearse.
Así es como la marca de licores, en unión con Wingo, llegó a Santa Marta, para plasmar en sus consumidores e invitados la sensación de nervios y emoción que hay al tomar riesgos.
En uno de los destinos turísticos más emblemáticos de la costa caribeña colombiana, que se ha consolidado como un lugar ideal para vivir experiencias únicas, marcadas por la autenticidad, la aventura, el espíritu libre y las ganas de "atreverse a tomar riesgos, vivir cada momento de manera única y reunirse con la mejor vibra".
*Con invitación de Smirnoff
María Jimena Delgado Díaz
Periodista de Cultura
@mariajimena_delgadod