El virtual hundimiento de la reforma laboral –la ponencia negativa consiguió ocho firmas del total de 14 miembros de la Comisión Séptima de Senado– causó una airada respuesta del presidente Gustavo Petro. Luego vino una propuesta con la que el mandatario busca obligar al Legislativo para que sus reformas tengan trámite positivo, la consulta popular.
La dura respuesta del mandatario colombiano se sintió apenas minutos después de que se confirmó la radicación de la ponencia de archivo. En un trino, individualizó al senador liberal Miguel Ángel Pinto como responsable de la movida legislativa y afirmó que rompería con el Congreso si se concreta el archivo del proyecto.
“Si la comisión VII hunde las reformas que necesitan los trabajadores y el pueblo de Colombia, habrá una ruptura entre el Congreso y el Gobierno”, fue uno de los mensajes del primer mandatario. Y más adelante, en otro de sus trinos, se despachó contra Pinto y lo señaló de actuar en contra de su creencia religiosa.
El senador liberal Miguel Ángel Pinto. Foto:Comisión VII Senado
Han sido muchas las interpretaciones que se le han dado al mensaje de ruptura con el Congreso. Por un lado, no es nueva esa advertencia, el mandatario ya había dicho en diciembre del año pasado que rompía relaciones con un sector del Legislativo, en este caso las comisiones económicas, que no le aprobaron la reforma tributaria o ley de financiamiento.
“Finito, se acabó, no tienen ya nada que hablar con nosotros y nosotros nada que esperar de ellos. La relación del Gobierno con las comisiones económicas ha finalizado. Ellos verán si aprueban presupuestos o créditos, ya veremos cómo nos defendemos”, dijo en su momento Petro.
Por el momento no se han conocido los efectos de esa ‘primera ruptura’, pues aún la ley establece que estas células económicas son las encargadas de darles el visto bueno a los presupuestos, reformas tributarias y hasta los créditos que solicite el Gobierno. Por el momento, el Ejecutivo no ha dado muestras de evitar estas instancias.
En cambio, ahora sí se ha conocido en mayor profundidad el alcance de la supuesta ruptura. El mandatario propuso a las pocas horas de la radicación de la ponencia de archivo una consulta popular para que sea el pueblo mismo el que decida sobre el futuro de los proyectos. De esta forma no se saltaría al Legislativo, pues este mecanismo debe tener el visto bueno del Senado y, de ser acogido por la ciudadanía, debe aprobarse la ley en el Congreso. Sin embargo, pone una presión extra y lleva el escenario tanto a las urnas como a las calles.
El ministro del Interior, Armando Benedetti. Foto:Presidencia
Precisamente este martes, día en el que la Comisión Séptima vote la ponencia de archivo de la reforma laboral, el mandatario llamó a marchas a favor de la iniciativa y hasta declaró dicha jornada como cívica. “El martes comienza la consulta popular en Colombia y será día cívico, como lo será el día de las elecciones”; dijo el mandatario. Han sido convocados los sindicatos, los estudiantes del Sena y comunidades indígenas que se han desplazado del Cauca.
La reacción presidencial ha sido asumida con recelo por el Congreso, como lo evidencian las palabras del presidente del Senado, Efraín Cepeda.
“Viene ahora el debate en la Comisión Séptima, pero los trinos del Presidente de la República han sido ofensivos contra el Congreso. Violencia contra los de paz que somos el Congreso, y negociación y paz con los narcotraficantes, eso no lo podemos entender, lo rechazamos. Como presidente del Congreso tengo que defender la institucionalidad, tengo que defender la independencia de los poderes públicos”, dijo Cepeda.
El presidente Petro anunció un consult popular. Foto: EL TIEMPO
JUAN LOMBO
Redacción Política
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