Bajo el inclemente sol cartagenero, con sus vestidos de colores vibrantes y sus icónicas bandejas llenas de frutas, las palenqueras se han convertido en un símbolo inconfundible de la ciudad y de la afrocolombianidad. Más que una imagen pintoresca para los turistas, estas mujeres encarnan una historia de resistencia, lucha y cultura que se remonta a los tiempos de la esclavitud en Colombia.
Hoy, un homenaje sin precedentes se alza en el Parque de la Marina, en pleno Centro Histórico de Cartagena. Se trata de la escultura de la Palenquera más grande del mundo, una majestuosa obra de más de ocho metros de altura que busca contar la historia de las mujeres de San Basilio de Palenque, el primer pueblo libre de América.
La palenquera: un símbolo de resistencia
Palenquera de Las Bóvedas, en Cartagena. Foto:John Montaño/ EL TIEMPO
Las palenqueras son descendientes directas de los cimarrones, africanos esclavizados que escaparon de la opresión colonial y fundaron comunidades libres en el Caribe colombiano.
En el siglo XVII, Benkos Biohó, un líder cimarrón, estableció San Basilio de Palenque, convirtiéndolo en un bastión de libertad y resistencia. Desde entonces, las mujeres de esta comunidad han jugado un papel fundamental en la preservación de su cultura, idioma y tradiciones.
Con la abolición de la esclavitud, muchas palenqueras comenzaron a viajar a Cartagena y Barranquilla para vender frutas y dulces en la ciudad. Su imagen, con vestidos coloridos y cestas llenas de productos tropicales, se convirtió en una parte esencial del paisaje urbano de la ciudad heroica. Pero su labor iba más allá del comercio: ellas fueron, y siguen siendo, guardianas de la memoria de su pueblo.
Historia e identidad
la Palenquera, escultura gigante en Cartagena Foto:John Montaño/ EL TIEMPO
La recién inaugurada escultura de la palenquera en el Parque de la Marina es un reconocimiento a esa historia de lucha y resistencia. Concebida por el proyecto Palenque Vive y materializada por la empresa Medellín 3D, la obra está compuesta por 3.586 piezas y tardó más de ocho meses en construirse.
El director del proyecto, Sandors Garzón, explicó que el objetivo es crear un espacio donde tanto turistas como locales puedan conocer más sobre la historia de Palenque y la importancia de las palenqueras en la cultura cartagenera. “Nuestra intención es que los visitantes encuentren un lugar donde puedan aprender, compartir y rendir homenaje a estas mujeres”, afirmó.
Nelson Arroyave, gerente del proyecto, subrayó que la escultura representa a una mujer que participó en la liberación del primer pueblo afro en Colombia. "Es un símbolo de la lucha por la libertad, la dignidad y la resiliencia de nuestra comunidad afrodescendiente", destacó.
Más allá de una atracción turística
Si bien la escultura se proyecta como un nuevo punto de referencia en Cartagena, su importancia va mucho más allá del turismo. Para la comunidad palenquera, este monumento es un recordatorio de su historia, una reafirmación de su identidad y un homenaje a generaciones de mujeres que han trabajado incansablemente para mantener vivas sus tradiciones.
Además, el proyecto Palenque Vive busca fortalecer el reconocimiento del patrimonio cultural afrocolombiano y generar conciencia sobre la necesidad de preservar y valorar la herencia africana en el país.
Un compromiso con la memoria y la justicia histórica
El reconocimiento de las palenqueras a través de este monumento es también un llamado a la justicia histórica. Durante siglos, la población afrodescendiente en Colombia ha enfrentado discriminación y marginación. Iniciativas como esta no solo celebran su cultura, sino que también invitan a la reflexión sobre la importancia de la inclusión y el respeto a la diversidad.
Mientras Cartagena sigue atrayendo a miles de turistas cada año, este nuevo monumento se erige como un testimonio de una historia que no debe olvidarse. Las palenqueras, con su alegría y fortaleza, continúan siendo el alma de la ciudad, recordándonos que su presencia no es solo un atractivo visual, sino el reflejo de una lucha que sigue vigente.
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Documental de la periodista Jineth Bedoya. Foto:
JOHN MONTAÑO GÓMEZ
Corresponsal de EL TIEMPO
Cartagena
En X: @PilotodeCometas