¿Cómo interpretar la baja asistencia en las manifestaciones convocadas para respaldar al presidente Gustavo Petro?

Dos semanas después de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) abrió investigación y formuló cargos contra la campaña Petro Presidente 2022 por presunta violación de los topes electorales, el país fue testigo de una nueva jornada de marchas en respaldo al presidente Gustavo Petro, manifestaciones que fueron menos multitudinarias de lo esperado y que dejan entrever que la narrativa del supuesto ‘golpe de Estado’ -que ha utilizado para movilizar a sus bases- podría estar perdiendo fuerza y respaldo en las calles, el escenario de disputa elegido por este Gobierno para impulsar su proyecto político. 

En Bogotá, solo unas 1.200 personas participaron, una cifra muy por debajo de lo que se ha visto en movilizaciones anteriores a favor del Gobierno. En Cali, ciudad sede de la COP16 y en la que se encuentran varias figuras clave del Ejecutivo y algunos congresistas del Pacto Histórico, tampoco fueron multitudinarias -la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia y Fecode esperaban la asistencia de al menos 15.000 maestros en la capital del Valle-. También hubo congregaciones moderadas en Bucaramanga, Cúcuta y Cartagena y grupos más pequeños en Yopal, Montería y Vaupés. 

Presidente Petro en la COP16.

Foto:ONU

Para varios analistas, este descenso en el apoyo popular en términos cuantitativos puede interpretarse como una señal de agotamiento del discurso del jefe de Estado. Si bien sectores sindicales y figuras del gobierno participaron activamente, para Gonzalo Araujo, de la firma de análisis político Orza, la baja asistencia sugiere que su capacidad de convocatoria ha perdido fuerza.  

“Sin duda, la población en general y los militantes del Pacto no ven que se esté fraguando el tal ‘golpe blando’. Eso es cada vez más evidente a la opinión pública y sobre todo en aquellos que si bien no son la base del Pacto, se movilizan solidariamente cuando ven que se puede estar cometiendo una injusticia como en su momento sucedió con el alcalde y su destitución. Esas movilizaciones fueron solidarias, pero no fueron de la base del petrismo”, señaló el analista. 

No hay que perder de vista que, en vísperas de la denominada “Asamblea Nacional y Popular por las Reformas Sociales, la Paz y la Unidad”, que se llevó a cabo a el 14 de septiembre en la Universidad Nacional, y que fue cuestionada porque para varios sectores ponía en duda la autonomía de la institución educativa, Fabio Arias, presidente de la CUT, habló plan para movilizar a las bases masivamente que implicaba realizar al menos tres marchas antes de finalizar el año. 

“La asamblea tiene que diseñar, programar y realizar un plan de acción tanto organizativo como de movilización social. Organizativo porque queremos extender estos comités por el cambio en todos los municipios de Colombia. Adicionalmente estamos preparando un plan de movilización de por lo menos un año que nos permita a nosotros ir desarrollando y preparándonos para que haya por lo menos unas tres movilizaciones significativas este año”, dijo el presidente de la CUT, un mes antes de que el CNE abriera la investigación contra la campaña. 

Las calles, además del Congreso, han sido el escenario en donde han concluido las tensiones entre oficialismo y oposición durante los últimos dos años. La estrategia del Gobierno no solo ha sido utilizada para impulsar la narrativa de que al presidente Petro, también lo fue para ejercer presión e impulsar la aprobación de sus reformas sociales, para responder a crisis en medio de escándalos en el seno de su gabinete e incluso para impulsar su ya desgastada idea de una constituyente.  

Manifestantes respaldan al presidente Gustavo Petro en marcha de Cali.

Foto:Carolina Bohórquez. EL TIEMPO

“La continua convocatoria genera que la gente ya no sepa por qué está convocando y cuál es el motivo fundamental de la movilización”, añade Carlos Arias, gerente de la consultora Estrategia y Poder y profesor de Comunicación Política de la Universidad Javeriana. 

Solo en 2023 hubo cuatro grandes movilizaciones convocadas por sectores afines al gobierno o por el mismo presidente. Este año, hay que contar la marcha del día del trabajo -que si bien históricamente no ha sido una movilización de Gobierno, Petro la ha sabido capitalizar-, las movilizaciones del 7 de agosto, la denominada ‘marcha de las canas’ del 19 de septiembre -en las que hubo denuncias de que personas fueron citadas por la Unidad para las Víctimas para hacerlas pasar por manifestantes- y las de este miércoles, la menos multitudinaria de las cuatro.  

Y si a esto le sumamos las jornadas de ‘Gobierno con los barrios populares’, las denominadas asambleas populares y los eventos de entrega de tierras, hablamos de más de una veintena de llamados a la calle que requieren un poder de convocatoria enorme, y que al menos para los analistas, es limitado. 

“El uso excesivo de las movilizaciones y de las herramientas de presión se agotan, pues de alguna manera estas se activan en política para defender causas en momentos en los que se quiere ser contundente. Si todos los días se convocan marchas y movilizaciones, se pierde la intencionalidad y el impacto de las mismas”, agregó Araujo.  

Los analistas consideran que este mismo efecto podría empezar a verse en poco tiempo en las marchas de la oposición, las cuales, pese a que podrían hacerse más frecuentes a medida que se acercan las elecciones de 2026, no han servido para definir una figura fuerte de cara a los comicios.

Araujo añade otro elemento adicional para el análisis y es que pese a la apertura de la investigación por parte del CNE y a este bache en el respaldo en las calles, la popularidad del jefe de Estado vive un pequeño repunte. “Llama la atención la baja convocatoria de los sindicatos contrastada con la última encuesta que lo ubica 5 puntos por encima de la anterior movilización y, sin embargo, ese apoyo del 34 % o esa aprobación de ese porcentaje se encuentra dentro de la banda en la que históricamente se ha movido el presidente”, afirmó el analista. 

Carlos Arias también considera que esta baja en la convocatoria obedece a que hoy el país tiene su foco en otros temas como la COP16, el paro minero y la inseguridad. “Estamos viendo que a pesar de que el presidente Petro sigue llamando a la movilización, no resuelve los problemas neurálgicos de la población y eso, tarde o temprano, más allá de ese núcleo que lo va a acompañar independientemente de su mala gestión y de sus exageraciones, pasa factura. Ya hay un desgaste de esa masa crítica”, manifestó el académico. 

Pese a esto, Araujo y Arias advierten que el ambiente puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. De hecho, el primero anticipa que una vez la investigación en contra de su campaña se reactive, el jefe de Estado no dudará en hacer un nuevo llamado a sus bases. “Seguramente cuando el CNE vuelva y cometa un error como el ya cometido de mencionar al presidente en la invitación, les dará un nuevo aire a las movilizaciones y al discurso del golpe blando”, concluyó Araujo. 

A esto hay que sumarle que fuentes de la Casa de Nariño confirmaron que 'Gobiernos con los Barrios Populares' -espacio para conectar con las bases del petrismo- se volverá a realizar en la semana del 25 al 29 de noviembre del 2024 y que se retomará la agenda que no se pudo realizar a mitad de año.

Es decir, las ciudades que serán visitadas por el Presidente y su equipo serán Ibagué, Cúcuta, Bucaramanga, Medellín y Villavicencio. No obstante, todavía no se ha definido cuál será el orden de las visitas del primer mandatario a esas ciudades.

CAMILO A. CASTILLO
Redacción Política
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