Colombiana cuenta su experiencia al pasar los controles de inmigración para entrar a Estados Unidos: ‘Los nervios no me dejaban contestar’

hace 2 horas 20

Una viajera colombiana, que llegó al aeropuerto de Newark, en Nueva Jersey, atravesó una situación tensa al enfrentar los controles de inmigración. Al presentarse ante el oficial, le solicitaron su pasaporte y la documentación que acreditaba su residencia permanente.

Posteriormente, comenzó un interrogatorio sobre su estancia en el país, pero su nerviosismo le impidió dar respuestas precisas. Debido a sus titubeos, fue llevada a una inspección secundaria, donde revisaron su equipaje. “Estaba supernerviosa”, expresó en un video publicado en sus redes sociales.

Control migratorio y dificultades para responder

Caro Capelli, quien compartió su relato en TikTok, explicó que al llegar ante el oficial, le hicieron múltiples preguntas sobre su viaje. “Me preguntó por mi pasaporte, mi residencia permanente, me hacen muchas preguntas, como cuántos días me quedé”, relató. Aunque tenía claro que su estadía había sido de 22 días, en ese momento, respondió de manera imprecisa. “Realmente me quedé 22 días, pero en ese momento no tenía con certeza cuántos días y le dije aproximadamente 18”. Esa falta de precisión generó una reacción inmediata del agente. “Me dijo, ‘No, aproximadamente no, ¿cuántos días?’”, recordó.

Las preguntas continuaron, enfocándose en la cantidad de dinero con la que salió y regresó al país, así como en la razón por la que no había viajado con su esposo. “Le dije que era para pasar las festividades con mi familia”, comentó. Tras sus respuestas, fue conducida junto a otras personas a una oficina para una verificación adicional.

Maleta

Olvidó la contraseña de su maleta en el control migratorio y permitió que rompieran el cierre.
Foto:iStock

Inspección del equipaje y problemas con la contraseña

Cuando llegó su turno en la nueva sala, otro oficial le pidió que informara cuántas maletas llevaba. “Me preguntaron cuánto equipaje traía, les dije que una maleta de mano y otra en bodega”. Luego, la escoltaron a recoger su equipaje y la llevaron nuevamente a la oficina para inspeccionarlo. Al solicitarle que abriera su maleta, su estado de nerviosismo aumentó. “Se los juro que yo sabía la contraseña, era algo supersimple, pero en ese momento estaba muy nerviosa, no me acordaba de nada”. Intentó comunicarse con su esposo para recordarla, pero él tampoco logró ayudarla.

Ante la imposibilidad de abrirla, el agente le advirtió que rompería el cierre. Capelli accedió sin objeción. “Le dije, ‘No hay problema, rómpala, ábrala, quédesela, pero déjeme ir’”, contó.

Revisión detallada de pertenencias

Al lograr abrir la maleta, los agentes revisaron cada artículo y continuaron con el interrogatorio. “Me preguntó cuántos viajes había hecho antes y cuántos días me había quedado en cada uno. Yo ni me acordaba”, comentó. Luego, le solicitaron describir los objetos que tenía en la parte superior de la maleta, pero la rapidez del cuestionario la dificultó aún más. “Me pidieron que describiera los artículos que había encima, pero no me daban tiempo para pensar”, señaló.

Entre sus pertenencias llevaba snacks y bebidas alcohólicas adquiridas en Colombia, por lo que el oficial insistió en cuántos tipos de bebidas transportaba, pero su inseguridad la hizo dudar nuevamente. El personal de inmigración revisó minuciosamente cada artículo, sacaron su ropa y examinaron cada paquete. “Abrieron paquete por paquete, sacaron mi ropa, lo miraron todo”, relató.

Finalmente, tras la revisión exhaustiva, los agentes le informaron que podía continuar su camino. “Duré mucho tiempo ahí, me hicieron mil preguntas de las que tenía respuestas, pero los nervios no me dejaban contestar”, concluyó sobre la experiencia que vivió al ingresar a Estados Unidos.

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La Nación (Argentina) / GDA

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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.

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