Clive Palmer, el multimillonario que creó un partido para imitar a Trump y a Milei en Australia

hace 1 día 14

Hacer a mi país grande otra vez”. El exitoso lema del presidente estadounidense, Donald Trump, parece tener una aplicabilidad universal. Pegadizo, sencillo, pero directo y evocando a un pasado en el que las situaciones eran mejores a las actuales, este lema viajó al otro lado del mundo y llegó a Australia, donde el multimillonario Clive Palmer intentará, con su nuevo partido Trompeta de Patriotas (Trumpet of Patriots, en inglés), ganar las elecciones generales de ese país.

El nuevo movimiento vio la luz este miércoles. Palmer explicó que su organización política impulsará la candidatura a primera ministra de Suellen Wrightson, una antigua corredora inmobiliaria.

Palmer, uno de los hombres más ricos del país, declaró que quiere “hacer que Australia volviera a ser grande” y que su principal política sería emular los esfuerzos del magnate Elon Musk para reducir el gasto gubernamental.

"El mundo está cambiando. En los Estados Unidos, el despilfarro y la corrupción del Gobierno finalmente están saliendo a la luz. Donald Trump ha demostrado al mundo lo que se puede hacer, es hora de que Australia lo haga", dijo la candidata Wrightson en el acto de lanzamiento del partido.

Clive Palmer

El presidente del partido Trompeta de Patriotas, Clive Palmer, durante una rueda de prensa Foto:EFE

A su juicio, los australianos "están siendo estafados por el sistema político y los grupos de presión que los apoyan".

Estos personajes confunden el manejo del Estado con el de una empresa, no valoran suficientemente las instituciones y eso hace que puedan tener éxito en algún momento, pero difícilmente pueden construir proyectos institucionales que puedan tener continuidad

Críticas a una élite política, reducir el gasto del dinero público, prometer volver a un tiempo pasado e incluso promover ideas contra la comunidad transgénero para “no corromper a nuestros niños”. Las propuestas del multimillonario australiano están claramente inspiradas en su contraparte estadounidense e incluso en las del presidente Javier Milei en Argentina. Y no lo niega.

El partido, representado por un león dorado que toca una trompeta dorada, dice abiertamente estar inspirado por "un cambio global en el sentimiento político", luego del "éxito" de Trump y del "ascenso" al poder de Milei, criticado esta semana por el súbito desplome de una criptomoneda que él difundió en las redes sociales.

Al respecto, expertos advierten sobre un patrón que se está replicando en el mundo, inspirado por los ‘outsiders’, en medio de un panorama de reconfiguración política donde cada vez más personas optan por alternativas directas que implementen cambios inmediatos.

Clive Palmer has announced his new political party Trumpet of Patriots.

A media release stated the party will "adopt many of the policies of Donald Trump and drain the swamp of Canberra."

Make Australia Great Again! 🎺 pic.twitter.com/d9TH7Zww19

— Kobie Thatcher (@KobieThatcher) February 19, 2025

Clive Palmer, el empresario que amasó una fortuna en minería

Clive Frederick Palmer, nacido el 26 de marzo de 1954, es un empresario y ex miembro del Parlamento. A lo largo de su vida ha amasado una enorme fortuna que lo ha llevado a tener decenas de empresas en múltiples sectores.

De hecho, con un patrimonio neto que llegó a los 4.300 millones de dólares, el hombre de 70 años está listado como la 18.º persona más ricas del país por sus negocios de minería, según Forbes. Sus principales activos mineros están centrados en el níquel, recurso en el que Australia es el quinto mayor productor del mundo.

De ahora en adelante la política tendrá que preocuparse más por los resultados que afectan directamente ya no solo el bolsillo, sino la seguridad o la sensación de de pertenencia de los ciudadanos.

Palmer es dueño de diversas empresas, incluidas Mineralogy, Waratah Coal y Queensland Nickel, con sede en Townsville. También es propietario de varias instalaciones turísticas y deportivas, como el Palmer Coolum Resort en la Costa del Sol, el Palmer Sea Reef Golf Course en Port Douglas, el Palmer Colonial Golf Course en Robina, y el Palmer Gold Coast Golf Course en Robina. Entre 2008 y 2012, fue dueño del club de fútbol Gold Coast United FC.

Además de su éxito empresarial, su nombre es de larga data en la política de ese país. 

En 2013, Palmer fundó el Palmer United Party y logró una victoria en las elecciones federales de Australia al obtener un escaño que ocupó por un solo mandato. Sin embargo, en 2017, el partido fue oficialmente desregistrado. 

No obstante, en 2018, Palmer reactivó su partido bajo el nombre de United Australia Party, con el objetivo de presentar candidatos para los 151 escaños de la Cámara de Representantes, además de postularse como candidato al Senado por Queensland.

Clive Palmer says his new party - Trumpet of Patriots - will "adopt many of the policies of Donald Trump and drain the swamp in Canberra"

Rightio then pic.twitter.com/aKvkZawpRD

— Josh Butler (@JoshButler) February 19, 2025

En las elecciones federales de 2019, a pesar de una significativa campaña publicitaria que lo llevó a gastar unos 100 millones de dólares australianos (unos 63 millones de dólares estadounidenses), Palmer y su partido no lograron obtener ningún escaño.

También sufrió otra dura derrota en las elecciones federales de 2022, en las que gastó 120 millones de dólares. Su partido logró obtener un escaño en el Senado, aunque nuevamente fue desregistrado en septiembre de ese mismo año.

Ahora, con este nuevo movimiento, Palmer promete una ‘limpieza’

¿Cómo entender la inspiración del modelo Trump y Milei en el mundo?

A pesar de que los movimientos se están inspirando en las fórmulas que llevaron al éxito de Donald Trump y Javier Milei, lo cierto es que, según exponen los expertos, esta no es una tendencia nueva.

“Esto se debe a un cambio que hubo particularmente en los partidos de derecha, una dificultad de renovarse con la caída o decadencia de los movimientos que defendían valores tradicionales y que no han podido renovarse mucho en el mundo de hoy”, le dijo a EL TIEMPO Yann Basset, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales de la Universidad del Rosario.

“Hay un hartazgo evidente con la forma tradicional en la que se ha configurado el estado en muchos lugares del mundo.

El docente recuerda que en América Latina ya se vieron estos casos durante las presidencias de Ricardo Martinelli (Panamá), Mauricio Macri (Argentina) o Sebastián Piñera (Chile). Incluso en Colombia se vio el auge de esta tendencia durante la candidatura de Rodolfo Hernández para las elecciones de 2022.

Asimismo, esta forma de hacer política responde también a unos intereses de las personas por obtener resultados de forma más expedita, más similar a como se realizan los procesos empresariales.

“Hay un hartazgo evidente con la forma tradicional en la que se ha configurado el Estado en muchos lugares del mundo. Es muy burocrático y en buena medida incomprensible y su labor es muy lenta y contrasta obviamente con la manera en la que se hacen esos cambios en los ámbitos privados”, explica por su parte Enrique Serrano, docente internacionalista de la Universidad del Rosario, quien agrega que este escenario ha ido ganando más legitimidad.

Y esta tendencia de estos líderes, y de los votantes en estar más afines a ellos, parece que llegó para quedarse. Pero, ¿qué implicaciones tiene esto?

"De ahora en adelante la política tendrá que preocuparse más por los resultados que afectan directamente ya no solo el bolsillo, sino la seguridad o la sensación de de pertenencia de los ciudadanos. Eso, creo yo, es el nuevo modo de hacer política. Estos discursos moralizantes se han quedado un poco fuera de la historia", concluye el docente Serrano.

Mientras que, para Basset, esto puede llevar a implicaciones negativas en la política y en las instituciones mismas.

"Estos personajes confunden el manejo del Estado con el de una empresa, no valoran suficientemente las instituciones y eso hace que puedan tener éxito en algún momento, pero difícilmente pueden construir proyectos institucionales que puedan tener continuidad", sentencia.

Leer Todo el Artículo