Eliminar impuestos y subir aranceles: el polémico plan de Trump y sus riesgos

hace 16 horas 11

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha planteado la eliminación del impuesto sobre la renta y su reemplazo por aranceles a las importaciones. Según un análisis de CNN y The New York Times, esta idea plantea serios desafíos económicos y fiscales que podrían afectar a la economía estadounidense de manera significativa.

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Estados Unidos recauda aproximadamente 3 billones de dólares al año de impuestos. Foto:iStock

De acuerdo con CNN, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, afirmó en una entrevista con Fox News que la administración de Trump está impulsando la creación del "Servicio de Ingresos Externos" (ERS, por sus siglas en inglés). La propuesta sugiere que Estados Unidos podría generar suficientes ingresos a partir de los aranceles para eliminar la necesidad de impuestos sobre la renta. Sin embargo, los expertos advierten que la matemática detrás de esta idea no es tan simple como parece.

A su vez, el país importa una cantidad similar en bienes, lo que significaría que, para compensar la eliminación del impuesto sobre la renta, los aranceles deberían ser de al menos el 100 % 

Según CNN, actualmente Estados Unidos recauda aproximadamente 3 billones de dólares al año en impuestos sobre la renta. A su vez, el país importa una cantidad similar en bienes, lo que significaría que, para compensar la eliminación del impuesto sobre la renta, los aranceles deberían ser de al menos el 100 % sobre todos los productos importados. 

Del mismo modo, Torsten Slok, economista jefe de Apollo Global Management, advirtió que la lógica detrás de esta medida no considera un factor clave: a medida que los precios suben, la demanda disminuye. Esto podría generar un efecto contrario al deseado, reduciendo los ingresos esperados por aranceles.

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Trump podría perjudicar especialmente a las personas con ingresos más bajos. Foto:iStock.

The New York Times también señaló que la idea de Trump podría perjudicar especialmente a las personas con ingresos más bajos. Mientras que los impuestos sobre la renta son progresivos, es decir, quienes ganan más pagan tasas más altas, los aranceles son regresivos. 

Esto se debe a que los consumidores con menos recursos destinan un mayor porcentaje de su ingreso a la compra de bienes importados, como ropa y alimentos. En consecuencia, un aumento en los aranceles encarecería los productos esenciales, afectando más a quienes menos ganan.

Otro desafío radica en el impacto que esta medida tendría sobre el comercio y la producción interna. Si los aranceles aumentan de manera significativa, las empresas estadounidenses podrían enfrentar costos más altos, lo que podría llevar a una disminución en el consumo y, eventualmente, a despidos y menor crecimiento económico. 

Además, si las importaciones disminuyen drásticamente, como prevén algunos economistas, los ingresos por aranceles podrían no ser suficientes para reemplazar los impuestos sobre la renta, dejando un déficit fiscal insostenible.

Esta es una de las medidas para mitigar el alza desmedida en los fletes marítimos.

A pesar de estas advertencias, Trump continúa promoviendo su estrategia de aranceles elevados. Foto:Ministerio de Comercio, Industria y Turismo

A pesar de estas advertencias, Trump continúa promoviendo su estrategia de aranceles elevados. Ha propuesto impuestos adicionales sobre automóviles, productos farmacéuticos y tecnología, y ya ha impuesto aranceles del 10 % sobre bienes provenientes de China.

No obstante, su visión recuerda a un modelo económico previo a 1913, cuando Estados Unidos no tenía impuestos sobre la renta y financiaba su gobierno con aranceles. Sin embargo, la economía actual es mucho más compleja y dependiente del comercio global, lo que hace que este enfoque sea difícil de implementar sin consecuencias económicas adversas.

En conclusión, aunque la eliminación del impuesto sobre la renta pueda sonar atractiva para muchos contribuyentes, la realidad es que sustituirlo completamente con aranceles parece inviable. Los expertos advierten que los efectos colaterales de esta política podrían ser devastadores, con precios más altos, menor consumo y un déficit fiscal insostenible.

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