Recibir una invitación para un evento, ya sea de amigos, familiares o del ámbito laboral, es una experiencia común. Sin embargo, en ocasiones no se tiene el deseo o la disponibilidad para asistir, lo que plantea la dificultad de rechazar la propuesta de manera adecuada, sin generar molestias ni quedar mal con los anfitriones. Para resolver este dilema, se recurrió a la inteligencia artificial, específicamente al ChatGPT, que ofreció algunas excusas efectivas para evitar un compromiso sin causar incomodidad. A continuación, se presentan las mejores opciones.
Cabe señalar que estas son algunas ideas que da la IA, que puede usar solo si no desea quedar mal en alguna situación. Sin embargo, siempre es bueno ser lo más sincero posible con la otra persona.
Un imprevisto personal de último momento es una excusa ambigua y difícil de cuestionar. Foto:iStock
1. “Me surgió un compromiso familiar ineludible”
Una de las excusas más eficaces y entendibles es mencionar un asunto familiar. Los compromisos relacionados con la familia suelen generar mucha comprensión. Se puede explicar que un familiar necesita asistencia, como un abuelo que requiere ayuda, un cumpleaños imprevisto o una cena que ya estaba agendada. Para hacerlo aún más creíble, se puede agregar un detalle específico: “Mi tía llamó porque necesita que la ayude con unos trámites y no puedo dejarla sola”. Dado lo personal de la situación, es poco probable que se insista en cambiar de planes.
2. “No me siento bien y prefiero descansar”
Cuando se trata de excusas para no asistir a un evento, una de las más eficaces es recurrir a la salud. Nadie quiere estar cerca de alguien que podría estar enfermo. No es necesario inventar enfermedades graves, simplemente mencionar algo como un dolor de cabeza o un resfriado. Por ejemplo, “Me levanté con un dolor de cabeza terrible y creo que es mejor que descanse un poco. No quiero arruinar la salida sintiéndome mal todo el tiempo”. Además, para evitar que insistan, se puede agregar: “Voy a intentar dormir un rato a ver si se me pasa”.
3. “Tengo mucho trabajo y no puedo desocuparme a tiempo”
Para quienes trabajan o estudian, la excusa de tener responsabilidades laborales o académicas es muy sólida. La mayoría de las personas entiende que las obligaciones profesionales o de estudio deben priorizarse. Una forma de expresarlo podría ser: “Hoy mi jefe me pidió un informe de último momento y tengo que quedarme terminándolo”. Si eres estudiante, una excusa válida podría ser: “Me olvidé de que tenía que entregar un trabajo y necesito dedicarle toda la tarde”.
Puede usar la IA para seguir algunos consejos Foto:iStock
4. “Se me complicó el transporte y no llego a tiempo”
Cuando el evento está lejos o el transporte es complicado, esta excusa resulta muy útil. Los problemas de tráfico o del transporte público suelen ser razones válidas para justificar la ausencia. Un ejemplo podría ser: “Quise tomar el colectivo, pero viene con mucho retraso y no tengo otra forma de llegar. No quiero hacerlos esperar tanto, mejor lo dejamos para otro día”. Esta explicación permite rechazar la invitación sin que se genere malestar.
5. “Me surgió un imprevisto de último momento”
Por último, una excusa ambigua, como un imprevisto inesperado, es efectiva porque no se puede cuestionar fácilmente. La frase “No sabes, justo me surgió un problema y tengo que resolverlo. Qué bronca, porque tenía ganas de ir, pero no me va a dar el tiempo” da una respuesta clara sin entrar en detalles. Si alguien insiste, se puede añadir: “Es algo personal, pero te juro que no puedo evitarlo”. Al ser vaga, esta excusa protege la privacidad sin dar pie a más preguntas.
Estas son solo algunas de las excusas que la inteligencia artificial ha identificado como las más efectivas para evitar un evento sin quedar mal. Usar estas frases adecuadamente puede ayudar a rechazar una invitación sin causar incomodidad, permitiendo mantener buenas relaciones con los demás.
La Nación (Argentina)/ GDA
Más noticias en EL TIEMPO
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.