En una operación llevada a cabo por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) en El Paso, Texas, se descubrieron 77 migrantes en condiciones más que alarmantes. Bajo este escenario, quedó en evidencia la gravedad del contrabando de personas, que se convirtió en un foco de atención para las autoridades locales y nacionales.
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Según detalló la entidad en su página web oficial, el hallazgo ocurrió el martes 24 de septiembre, cuando las Unidades Anti-Contrabando (ASU, por sus siglas en inglés) de la Patrulla Fronteriza, en colaboración con Investigaciones de Seguridad Nacional y el Departamento de Seguridad Pública de Texas, respondieron a informes sobre un posible escondite de migrantes en Overland Avenue.
Cuando arribaron al lugar, los agentes encontraron a nada más y nada menos que 72 personas viviendo en un cobertizo de almacenamiento. Este espacio, marcado por un flujo de aire limitado y condiciones insalubres, presentaba ventanas pequeñas y acumulación de basura.
La situación no solo era inhumana, sino que también representaba un claro caso de explotación. Los agentes identificaron a dos de los migrantes como cuidadores del lugar, quienes enfrentarán cargos de tráfico de personas.
Durante la investigación, los agentes no se detuvieron ahí. Se localizó una segunda propiedad en la calle Val Verde, donde se encontraron cinco migrantes más. En total, los 77 migrantes rescatados provenían de diversas naciones, incluidos México, Honduras, Ecuador, Guatemala y República Dominicana. Afortunadamente, todos estaban en condiciones aceptables y fueron procesados bajo el Título 8 para su eventual deportación.
Implicaciones legales y sociales detallados por CBP
Entre los migrantes, uno fue identificado en la base de datos de la Organización Internacional de Policía Criminal como buscado por asesinato en su país de origen, lo que agrega una dimensión preocupante a la situación.
El agente jefe de patrulla del sector de El Paso, A. Scott Good, habló en el citado portal sobre la necesidad de colaboración con la comunidad local. “Los ciudadanos son una importante alianza para ayudarnos a proteger nuestra ciudad. Animamos a cualquier persona que tenga información sobre actividades sospechosas a que se comunique con nuestras oficinas. Una sola llamada podría ayudar a nuestros agentes a desbaratar redes de contrabando y salvar vidas”, aseguró.