Cambio de rumbo en la diplomacia de Arabia Saudita e Israel

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Hace un año, Arabia Saudita se estaba preparando para reconocer a Israel en un acuerdo de normalización que fundamentalmente habría dado nueva forma al Medio Oriente y aislado aún más a Irán y sus aliados, sin apenas intentar promover un Estado palestino.

Ahora ese acuerdo está más lejos, incluso después del asesinato de Yahya Sinwar, el líder de Hamas, que ha sido visto como una posible apertura para un acuerdo de paz. En lugar de ello, Arabia Saudita está mejorando las relaciones con Irán, su archienemigo tradicional, al tiempo que insiste en que cualquier pacto diplomático depende ahora de la aceptación por parte de Israel de un Estado palestino, un cambio notable para el reino.

Un impasse diplomático está en marcha en el Medio Oriente, pero no el previsto por el Primer Ministro Benjamin Netanyahu de Israel, quien continúa diciendo que su Administración puede asegurar un acuerdo con Riad. Este mes, los Ministros de Asuntos Exteriores de los Estados del Golfo Pérsico se reunieron por primera vez como grupo con su homólogo iraní. Representa un cambio en una región donde la rivalidad entre Riad y Teherán ha sumergido a la región en un derramamiento de sangre durante décadas.

El acercamiento de Teherán continuó después de eso, con el Ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, visitando Arabia Saudita antes de dirigirse a otros países de la región, incluyendo Irak y Omán, en un esfuerzo por aliviar las tensiones. También visitó Jordania, Egipto y Turquía.

Arabia Saudita ve que cualquier asociación con Israel se ha vuelto más tóxica desde Gaza

“Ahora tenemos un agravio común en la región, respecto a la amenaza de que la guerra se extienda, y las guerras en Gaza y Líbano y las personas desplazadas”, dijo Araghchi el 18 de octubre, cuando aterrizó en Estambul.

Mientras Netanyahu continúa rechazando la creación de un Estado palestino, los funcionarios sauditas han recurrido a los periódicos y a los discursos públicos para poner una solución de dos Estados sobre la mesa de negociaciones. Esa, ha dicho el reino, es la única manera en este momento para que Israel se gane el favor de Arabia Saudita, considerada en gran medida el líder del mundo árabe.

“Lo que Gaza ha hecho es retrasar cualquier integración israelí a la región”, dijo Ali Shihabi, un empresario saudita cercano a la monarquía y miembro del consejo asesor de Neom, una ciudad futurista que es uno de los principales proyectos del príncipe heredero Mohammed. bin Salman, el futuro gobernante del reino. “Arabia Saudita ve que cualquier asociación con Israel se ha vuelto más tóxica desde Gaza, a menos que los israelíes cambien de postura y muestren un compromiso real con un Estado palestino”.

Por ahora, Arabia Saudita y sus socios del Golfo siguen escépticos sobre la sinceridad de los gestos diplomáticos de Irán. Mientras que dos de los apoderados de Irán, Hamas y Hezbolá, han sido golpeados por Israel, Irán aún arma y apoya a su tercer aliado, los hutíes en Yemen, que han atacado a Arabia Saudita.

Y los observadores se preguntan si Irán ahora está más ansioso por mejorar las relaciones con el Golfo debido a las operaciones israelíes que han matado a la mayoría de los máximos dirigentes de Hezbolá en las últimas semanas. La milicia libanesa ha sido durante mucho tiempo el aliado y apoderado árabe más poderoso de Irán.

“Si Irán habla en serio, sería un verdadero realineamiento de Medio Oriente”, dijo Shihabi.

En los meses previos al 7 de octubre, cuando estalló la guerra en Gaza, Arabia Saudita estaba planeando un acuerdo con Israel que le habría dado a Riad un pacto de defensa ampliado con Estados Unidos y apoyo a un programa nuclear civil a cambio de normalizar los lazos. Aunque otros países del Golfo abrieron relaciones diplomáticas con Israel en el 2020 en los Acuerdos de Abraham, no presionaron a Israel para que creara un Estado palestino.

Riad tiene mucho tiempo de ser partidario de una solución de dos Estados, pero ese objetivo dejó de ser una prioridad de política exterior en los últimos años, a medida que el príncipe heredero solidificó su poder y dio forma a las políticas regionales e internas del País. En las conversaciones del año pasado para normalizar los lazos con Israel, nunca se planteó como condición un Estado palestino. En lugar de ello, Riad exigió que Israel permitiera que la Autoridad Palestina, que gobierna Cisjordania, expandiera su control territorial, dijeron Shihabi y diplomáticos árabes con conocimiento de las conversaciones.

Pero la situación en Gaza ha trastocado esa ambivalencia.

“El reino no cesará sus incansables esfuerzos por establecer un Estado palestino independiente con Jerusalén Este como su capital”, dijo el príncipe heredero a su consejo asesor el 18 de septiembre. “Y afirmamos que el reino no establecerá relaciones diplomáticas con Israel sin ello”.

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