San Alberto, una de las marcas más premiadas de Colombia, ha logrado consolidarse como un referente del café de lujo en el país y el mundo. Desde su fundación en 1972, esta finca familiar ha dedicado sus esfuerzos a mantener la consistencia en el sabor y la calidad de su café. En conversación con Gustavo Villota, cofundador de la marca, exploramos cómo San Alberto ha conseguido posicionarse entre los mejores cafés de especialidad y cómo han continuado innovando en un mercado competitivo.
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El éxito de San Alberto se basa en un control total de cada etapa de producción. Desde la finca en el Quindío, ubicada entre los 1.700 y 1.800 metros sobre el nivel del mar, San Alberto cultiva su café bajo condiciones privilegiadas que favorecen un perfil de sabor complejo.
Villota explica que la quíntuple selección es clave para asegurar que solo los mejores granos lleguen a la taza. Este proceso incluye la recolección manual de los granos en su punto óptimo de maduración, seguido por una selección en agua, selección manual del pergamino húmedo y selección en verde. Finalmente, una selección por catación garantiza que el perfil de sabor se mantenga fiel a las características que definen a San Alberto: notas frutales, caramelo y un toque de chocolate oscuro.
A pesar de las dificultades que ha enfrentado el sector cafetalero en 2024, como las condiciones climáticas adversas, San Alberto ha logrado mantener su crecimiento.
Según Villota, el primer semestre del año fue complicado debido a la lluvia intensa, pero el segundo semestre trajo consigo una recuperación en los volúmenes de producción.s.
Recientemente, San Alberto abrió su sexta tienda en Bogotá, ubicada en la calle 81 n.º 8-08. Este nuevo espacio es descrito por Villota como un “templo del café”, donde los visitantes pueden vivir una experiencia inmersiva que conecta la historia y el proceso del café con un ambiente refinado.
La tienda, que se encuentra en una imponente casa esquinera, anteriormente ocupada por la pastelería Myriam Camhi, ha sido completamente transformada para reflejar el alma de la hacienda en el Quindío. Los arcos que conectan los espacios y los detalles decorativos invitan a los visitantes a disfrutar del café como si fuera “un objeto de arte”, comenta Villota.
La tienda también innova con la introducción de un menú de coctelería y comida. San Alberto ofrece cócteles como el espresso martini y la miel burbujeante de café, una bebida que se basa en un delicioso almíbar de cold brew con panela. Por primera vez, una tienda de San Alberto también incluye un restaurante, con platos diseñados para complementar el café sin opacarlo. “Todo está pensado para que el café sea la estrella del momento”, dice Villota.
Otra de las novedades de esta nueva tienda es el 'atelier', un espacio íntimo dedicado a talleres sensoriales. Aquí, los visitantes pueden participar en experiencias como el 'Bautizo Cafetero', una sesión de una hora y media donde los consumidores aprenden sobre el proceso del café y exploran sus características sensoriales de manera profunda. Juan Pablo Villota, maestro catador y hermano de Gustavo, dirige estas experiencias que permiten a los asistentes conocer más sobre las cosechas de San Alberto y sumergirse en el mundo del café de especialidad.
La tienda de la calle 81 es el ejemplo más reciente de cómo San Alberto busca combinar la tradición con la innovación. Desde sus inicios, la marca ha sido un ícono del café de especialidad, inspirada en los grandes viñedos franceses. El proceso de ensamblaje, como prefiere llamarlo Villota, permite capturar lo mejor de cada cosecha y garantizar un producto consistente que represente lo mejor de la hacienda en cada taza.
San Alberto se ha mantenido fiel a su misión de ofrecer un café de lujo que no solo represente la riqueza de la tierra colombiana, sino que también proporcione una experiencia única para el consumidor. Con cada nueva tienda, la marca continúa expandiendo su alcance, siempre con el objetivo de que el consumidor pueda disfrutar del café de alta gama como un lujo accesible.
Una experiencia para explorar el café en todas sus facetas
Si es amante del café, tiene que darse la oportunidad de vivir la experiencia completa en San Alberto. Gracias al cuidadoso proceso de producción, puede tener la certeza de que encontrará el mismo perfil de sabor característico que define a esta marca de lujo.
Sin embargo, esto no significa que la experiencia sea monótona o predecible. Durante la charla con Gustavo Villota, probamos el mismo café en una variedad de métodos de preparación: Chemex, V60, Sifón y más. Cada técnica reveló una faceta distinta de su sabor, resaltando desde las notas afrutadas y dulces hasta la suavidad de su cuerpo y su delicada acidez.
Para quienes son entusiastas del buen café, esta es una oportunidad única de explorar cómo un solo grano puede ofrecer distintas expresiones de sabor. Además, el servicio en San Alberto va más allá de la simple atención: quienes atienden la mesa son expertos baristas, que explican con precisión cada aspecto del proceso, desde el ratio hasta la molienda, pasando por la importancia de las preinfusiones y otros detalles técnicos. No solo se disfruta de una excelente taza de café, sino que también se aprende y se profundiza en la apreciación de este producto.
Cisne Negro: una edición limitada que desafía los sentidos
San Alberto cuenta con un terreno dedicado a experimentar con cafés exóticos, y de allí ha surgido una edición especial y limitada llamada Cisne Negro. Compuesta por solo 3000 bolsas, esta edición ofrece una experiencia sensorial fuera de lo común, que desafía incluso a los más conocedores. Como describen en su página web, este café presenta un perfil complejo de notas florales que evocan el jazmín, con toques de durazno en almíbar, miel y un fondo perfumado a rosas, todo acompañado por frescas especias aromáticas y un cuerpo sedoso.
Para degustar Cisne Negro, utilicé 11 gramos de café con un ratio de 1:16 (176 ml de agua). Preparado en una Aeropress, ajusté el agua a 84 grados centígrados y realicé una extracción de un minuto y medio. Para un resultado aún más limpio, usé dos filtros de papel, logrando una taza ligera y suave.
En el perfil de sabor resaltaron notas refrescantes de eucalipto y menta, mostrando la complejidad de un café que invita a explorar cada matiz. Esta edición limitada, como su nombre sugiere, es una rareza que cautiva y sorprende en cada sorbo.