El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibió este lunes en la Casa Blanca al mandatario electo, Donald Trump, con un "bienvenido a casa".
Esas fueron las palabras de Biden al recibir a Trump y su esposa, Melania, en el pórtico norte de la Casa Blanca, antes de la toma de posesión del presidente electo.
Antes de la llegada de Trump a la residencia presidencial, Biden, que estaba acompañado de la primera dama, Jill Biden, aseguró a periodistas sentirse "bien". "Es un día bonito", añadió.
Los Trump y los Biden se tomaron un té en la Casa Blanca antes de desplazarse juntos al Capitolio, donde el nuevo presidente tomará posesión del cargo al mediodía. Biden y Trump hicieron ese trayecto en la limusina presidencial.
En la Casa Blanca también se encontraron el matrimonio vicepresidencial, Kamala Harris y Douglas Emhoff, con el vicepresidente electo, JD Vance, y su esposa, Usha.
Unas horas antes de ceder el poder a Donald Trump, Joe Biden blindó este lunes a un grupo de congresistas y funcionarios ante una posible revancha personal de su sucesor al conceder indultos preventivos para protegerlos de "procedimientos judiciales injustificados y políticamente motivados".
Entre ellos, está el exjefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, y el antiguo arquitecto de la estrategia de lucha contra el covid-19, Anthony Fauci.
La exparlamentaria republicana Liz Cheney también forma parte de este grupo, al igual que todos los congresistas y funcionarios que participaron en una comisión de investigación sobre el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, además de policías que testificaron ante ese comité.
"Creo en el estado de derecho y soy optimista en cuanto a que la fuerza de nuestras instituciones jurídicas acabará prevaleciendo sobre la política. Pero estas son circunstancias excepcionales, y no puedo en conciencia no hacer nada", afirma Biden, de 82 años, en un comunicado para justificar la iniciativa.
"Las investigaciones infundadas y políticamente motivadas causan estragos en la vida, la seguridad y la solvencia económica de las personas investigadas y sus familias. Incluso cuando las personas no han hecho nada malo -y de hecho han hecho lo correcto- y serán finalmente exoneradas, el mero hecho de ser investigadas o procesadas puede dañar irreparablemente su reputación y sus finanzas", añade.
"De forma alarmante, los funcionarios públicos han sido objeto de continuas amenazas e intimidaciones por desempeñar fielmente sus funciones" escribe el demócrata, quien a mediodía (17H00 GMT) pasará el testigo a Trump.
"Algunos han sido incluso amenazados con procesos judiciales", precisó.
En septiembre, Donald Trump, que ha elegido a Kash Patel, muy cercano a él y conocido conspiracionista, para dirigir la policía federal (FBI), había prometido que tras su victoria "estas personas que hicieron trampas serán perseguidas con todo el peso de la ley, incluidas largas penas de cárcel".