El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn, anunció que el grupo tiene la meta de elevar su capacidad de financiamiento y movilización de recursos de la región desde los 25.000 millones de dólares anuales actuales a 38.000 millones de cara al 2030, es decir, un 52 por ciento.
El presidente del BID, Ilan Goldfajn, y Yolanda López, gerente de Asuntos Externos del banco. Foto:BID
“Nos estamos enfocando en ser más selectivos y tener mayor impacto. Tenemos que trabajar juntos, con las organizaciones de la sociedad civil, los gobiernos y el sector privado, entre otros”, dijo durante la inauguración de la 65ª reunión anual de la Asamblea de Gobernadores del BID que se celebra en Santiago de Chile.
La Asamblea, integrada por los ministros de Hacienda y otros altos funcionarios de los 48 países miembro, se reunirá hasta el 30 de marzo para discutir, junto al sector privado, los desafíos y oportunidades de desarrollo en América Latina y el Caribe, tales como la lucha contra la pobreza y el hambre, el cambio climático y el crecimiento económico.
“El banco trabaja con el sector público para diseñar y facilitar soluciones de impacto para el desarrollo sostenible e inclusivo. Nos enfrentamos a una diversidad de países, unos de renta baja, otros de media, y muy diferentes entre sí. Además, nos encargamos de atraer inversionistas de todo el mundo a América Latina, somos el puente para llegar”, señaló Goldfajn.
El BID impulsa desde el año pasado la implementación de tres cambios transformacionales. El primero es una estrategia institucional para fortalecer al Grupo de aquí a los próximos seis años y buscar que los proyectos financiados tengan verdaderamente más impacto.
En ese sentido, Anabel González, vicepresidenta de Países e Integración Regional, señaló que los cambios verdaderos ocurren a través de la colaboración. Por ello, dijo que es importante incluir a las organizaciones de la sociedad civil en el desarrollo de las estrategias del grupo con los países.
“Buscamos identificar los desafíos de desarrollo que cada país enfrenta para traer soluciones. Gracias a la participación de las organizaciones de la sociedad civil, nuestras estrategias pueden ser más inclusivas, relevantes y de mayor impacto. No solo se garantiza un mejor uso de los recursos, sino que también se fortalece la transparencia y se mejora la supervisión y seguimiento de los compromisos adquiridos”, señaló.
Mario Marcel, ministro de Hacienda de Chile, junto a Ilan Goldfajn, presidente del BID. Foto:BID
Adicional a ello, el BID creó el año pasado nuevos un nuevo modelo de negocio para el BIDInvest, su brazo de inversión del sector privado. En concreto, se aprobó un aumento de capital de 3.500 millones de dólares por parte de sus países miembro para escalar la capacidad para canalizar recursos a la región desde los actuales 8.000 millones de dólares por año a alrededor de 19.000 millones.
“Lo que nos piden hoy los gobiernos es ser más agresivos en ciertos sectores como la infraestructura o la agroindustria, que obviamente tienen un impacto medioambiental, por lo que es importante trabajar juntos”, sostuvo James P. Scriven, gerente general de BID Invest.
Otra de las nuevas metas que se ha puesto el Grupo de aquí al 2030 es elevar la participación de los recursos que maneja el BID Invest, del 44 al 50 por ciento, de modo que para esa fecha la mitad del financiamiento sería para el lado público y la otra para el privado.
El tercer cambio de la nueva estrategia del BID es tener más recursos y un modelo de negocio más sostenible para el BID Lab, su laboratorio de innovación que se encarga de impulsar los emprendimientos en etapa temprana. Para ello, se le inyectaron hasta 400 millones de dólares adicionales, por lo que se triplicará su volumen actual.
En la programación de actividades del evento, se contemplan más de 25 seminarios y 30 expositores, con temáticas que van desde la seguridad ciudadana, hasta la resiliencia ante los desastres naturales.