Una familia enfrentó un difícil diagnóstico cuando María Helena, una niña de apenas un año y siete meses, presentó señales que al principio parecían inofensivas. Su madre, Gisele Rabelo, recuerda que el primer síntoma que le llamó la atención fueron unos ronquidos inusuales mientras dormía.
Los primeros signos de alerta
"Cuando estaba despierta, parecía estar bien y normal, pero cuando dormía, tenía dificultad para respirar, lo que le provocaba ronquidos muy fuertes", describe la madre, abogada y madre de tres hijos. Al poco tiempo, un nuevo signo generó preocupación en la familia.
"Unos días después, le apareció un bulto en la región trapecio, cerca del cuello. Hoy sabemos que el engrosamiento de su cuello no se debía a un simple cambio en su cuerpo debido al crecimiento o al aumento de peso, sino a la propagación de los tumores, pero no teníamos ni idea de qué estaba sucediendo", admite.
Ante estos síntomas, María Helena fue llevada de inmediato a urgencias, pero los primeros exámenes no arrojaron resultados concluyentes. Por ello, se decidió su internación para estudios más detallados
Un diagnóstico inesperado
Catorce días después, el 16 de agosto de 2023, los médicos confirmaron que la niña padecía linfoma de células T, un tipo de cáncer que afecta a los linfocitos T, células esenciales del sistema inmunológico.
"Ese día, una mezcla de sentimientos me invadió: impotencia e ignorancia de lo que vendría, pero, sobrenaturalmente, fue el día en que el Señor me fortaleció, porque toda la aflicción y el miedo se transformaron en fe. Sabía que ella me necesitaría mucho y tenía la plena convicción de que Dios tenía el control y nos acompañaría en esta batalla hasta la victoria", expresó la madre.
Desde entonces, la vida de la familia cambió radicalmente. "Desde entonces, nuestras vidas han cambiado por completo", relató Gisele. Al día siguiente del diagnóstico, la pequeña inició un tratamiento intensivo de quimioterapia intravenosa con ciclos prolongados que, en varias ocasiones, requerían hospitalización.
Un tratamiento riguroso
El proceso incluyó sesiones de quimioterapia intratecal, una técnica en la que los medicamentos se inyectan directamente en el líquido cefalorraquídeo mediante punción lumbar para evitar la propagación del cáncer al sistema nervioso central. Estos procedimientos, realizados bajo anestesia general, fueron momentos difíciles para la familia.
"Mantenerla anestesiada en ese centro quirúrgico siempre fue una tarea muy dolorosa y difícil, pero gracias a Dios, todo siempre salió bien. La última quimioterapia de este tipo fue en diciembre. Desde entonces, solo ha recibido quimioterapia oral, tomando los medicamentos en casa a diario y acudiendo al hospital con regularidad para realizar pruebas y consultas para supervisar la eficacia del tratamiento y su estado clínico. Esta fase es más leve y tiene menos efectos secundarios", explica la madre.
A pesar de la dureza del tratamiento, la niña ha demostrado una notable resistencia, Gisele dice que el cuerpo de su hija ha respondido ‘excelentemente’ a la quimioterapia, combatiendo todos los tumores desde el inicio del tratamiento.
"En todas las pruebas que se le han realizado, los resultados siempre han sido positivos. Hoy, su cáncer está en remisión. María Helena ha tenido una vitalidad y una fuerza que sorprende y contagia a todos", dice la madre.
La familia habla sobre cómo sobrellevan el proceso. Foto:Redes sociales
El impacto en la familia
El diagnóstico y el tratamiento también han sido un desafío para los hermanos de la niña, Moisés, de 8 años, y Ester, de 9.
"En varias ocasiones, maestros y amigos nos contaron que los vieron tristes y llorando en la escuela, cuando su hermana estaba en el hospital. Cada vez que los hospitalizaban, sufrían mucho por no poder visitarla, pero crecieron en un ambiente de gran fe y confianza en Dios, lo cual marcó la diferencia en la vida de nuestra familia. En momentos de dolor, llorábamos juntos, pero cuando era hora de creer y clamar, también orábamos juntos, seguros de que el Señor tenía el control y seguiría cuidando de todo. Sienten un gran amor y cariño por su hermana y siguen pendientes de lo que debemos hacer. Ellos, como nosotros, ansían que el tratamiento termine por completo", dice.
Esta es la historia. Foto:Redes sociales
La esperanza de un futuro mejor
Según los médicos, se espera que la quimioterapia oral continúe hasta agosto de 2025, aunque existe la posibilidad de extender el tratamiento.
"Uno de los médicos dijo que se reunirían para analizar mejor los plazos del tratamiento. Quizás se extienda hasta septiembre o un poco más. Generalmente, el tratamiento completo dura entre dos años y dos años y medio. Mientras tanto, continúa tomando la medicación a diario en casa y regresa al hospital para exámenes y seguimiento", explica.
Actualmente, María Helena tiene 3 años y tres meses, y su estado de salud ha mejorado considerablemente. Con su inmunidad más estable, ha podido retomar actividades como asistir al jardín infantil.
"Es una niña extraordinaria, muy inteligente, divertida y tiene una batería que dura mucho más que la nuestra (risas). Pudo empezar el jardín de infancia este año, algo con lo que siempre había soñado, y ha vivido con gran alegría todo lo que el tratamiento, en sus fases más difíciles, le impidió experimentar. Sin embargo, debemos permanecer vigilantes y muy atentos, porque cualquier infección infantil común puede agravarse mucho. Ante cualquier signo de fiebre, debemos acudir urgentemente al hospital, y cualquier otro síntoma persistente siempre es motivo de atención hospitalaria", afirma
O Globo (Brasil) / GDA.
Mujer diagnosticada con cáncer de cabeza y cuello cuenta los síntomas
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de O Globo (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.