Ayudas para la conducción ganan protagonismo

de protección que se activan en fracciones de segundo para disminuir las consecuencias derivadas de un accidente de tránsito y otra muy diferente incorporar actuadores que le adviertan a quien se sienta frente al volante lo que está por suceder, mediante señales visuales y sonoras o acciones precisas.

Lo primero tiene que ver con dispositivos de seguridad pasiva o activa, como los airbags o los frenos con sistema antibloqueo (ABS) y lo segundo con las Adas (Advanced Driver Assistance Systems o Sistemas avanzados de asistencia para la conducción), que reúnen diversos mecanismos dirigidos a soportar activamente al conductor durante los desplazamientos y hasta 'vigilarlo' para que no cometa imprudencias.

Las Adas son consecuencia lógica de lo que hace no muchos años se anticipaba como la “conducción autónoma”, referida a la habilidad que tendrían los vehículos para valerse por sí mismos, sin la intervención directa o indirecta de sus ocupantes. Ejemplos se vieron muchos en los principales salones mundiales: taxis, limosinas, minibuses y hasta drones que anticipaban (y lo siguen haciendo) la preeminencia de la tecnología sobre el factor humano en actividades de alto riego como la de la conducción.

La importancia de las Adas es tal, que ya mercados maduros, como lo europeos, las están incorporando como requisito para cumplir con las normas de seguridad (EuroNcap en el viejo continente) so pena de obtener baja calificación en las evaluaciones. De hecho, para el 2026 ya todos deben incluir ayudas como el frenado autónomo en la detección de peatones y ciclistas, aviso de desgaste de neumáticos (hoy advierten si una llanta tiene poco aire) o advertencia de punto ciego en camiones y buses.

Con las pruebas de ruta que les realizamos en la revista MOTOR a los de los diferentes modelos presentes en el mercado, hemos descubierto los diferentes mecanismos que las marcas agrupan como Adas y que tiene como jugadores clave los modelos provenientes de China, específicamente los eléctricos, que sus diseñadores colman de ayudas no solo para atraer, sino con el propósito de enfrentar con argumentos los mercados que hasta hace no mucho tiempo los rechazaban.

Ya no les basta, por ejemplo, con hacer titular bombillos color naranja para advertir el cambio de dirección del vehículo cuando se aplica la luz de cruce; ahora se acciona una cámara en el costado respectivo que muestra en el tablero o en el monitor central lo que está sucediendo en el costado respectivo, antes de girar. Y si se hace caso omiso, una alarma advierte sobre la presencia del objeto y en el más avanzado de los sistemas, frena si se hace caso omiso de todas las advertencias.

Es un mecanismo parecido al que llevan instalados modelos como los Subaru Forester y Outback, entre otros todoterrenos de diversas marcas, que permite ver lo que sucede con la zona delantera opuesta al lado del conductor, mientras el auto circula sobre trochas angostas. 

El que raye la carrocería con una rama de los arbustos adyacentes o golpee los bajos del armazón por ese costado, es porque no le interesa lo que le propone su vehículo en materia de seguridad.

Salir en reverso de un sitio de parqueo con un Volvo o vehículos de última generación, como el Hyundai Ioniq 5 o el Nissan X-Trail ya no requiere alzar el cuerpo y voltear la cabeza para cotejar que no hay nada ni nadie que puede atravesarse en la salida. Un frenazo automático, que asusta la primera vez que se experimenta, avisa que el control de tráfico cruzado entró en acción y evitó un atropellamiento.

Las pendientes pronunciadas dejaron de ser un tema reservado para expertos. Un solo botón aplicado a tiempo evita que el vehículo se deslice hacia atrás y otro permite descender por desfiladeros imposibles, pues distribuye por tramos la frenada sin que el conductor deba hacer nada distinto a maniobrar el timón, como sucede con 'purasangre' como Jeep Wrangler o Toyota Prado. Es un recorrido que toma tiempo, pero que garantiza que este no se va a ir de narices, con todo y ocupantes.

Los más comunes

Enumerar y describir las decenas de sistemas Adas que incorporan los vehículos comercializados en nuestro mercado nos llevaría más de una entrega en esta sección, así que aquí les explicamos cómo funcionan algunas con las que nos hemos encontrado con mayor frecuencia en los modelos que han llegado a nuestras manos: 

Control crucero adaptativo

Cuando se aplica, aparece el ícono de un vehículo manteniendo distancia respecto al que circula adelante, la cual puede graduar el conductor. Al hacerlo, el vehículo entiende que debe circular al ritmo del tránsito y por eso acelera y frena conforme lo hacen los demás, respetando la distancia solicitada. Los más avanzados frenan cuando hace lo propio el de adelante y, autónomamente, arranca de nuevo para seguir en fila india con los demás. También leen las señales de tránsito con el finde no exceder los límites de velocidad de la zona y evitar multas innecesarias.

Asistente de mantenimiento
de carril

Impide que el vehículo se salga de la vía por donde circula, bien sea mediante alertas sonoras o, los más avanzados, recurriendo al timonazo y la desaceleración, si se percata de que el conductor invade el carril paralelo. Este sistema es muy 'terco' cuando se traspasan las líneas demarcadas sin ton ni son y por eso exige el accionamiento de la direccional respectiva con el fin de verificar que la maniobra que se está realizando es lícita. Eso sí, lanza una alerta y, en modelos premium como el BMW Serie 5, obliga al auto a guardase de nuevo en el carril por donde venía, si censa que por la zona invadida se aproxima otro vehículo

Detector de fatiga

Los básicos notan por sí mismos que el vehículo está realizando movimientos inusuales y deduce que el conductor no está concentrado, así que lo pone en alerta mediante efectos sonoros y visuales. Uno de los pioneros en ayudas como esta es Mercedes-Benz, que muestra en el tablero de muchos de sus modelos el ícono de una taza de café humeante para pedirle al conductor que descanse unos minutos antes de seguir. Los de última generación incorporan radares que detectan que quien está al volante desvía la mirada o voltea la cabeza más de lo debido y lo conminan a no distraerse.

Alerta de colisión frontal

Enciende una luz roja titilante y muy invasiva en el tablero cuando nota que el conductor continúa acelerando mientras el radar detecta que el tráfico se detuvo o hay un obstáculo evidente en la vía. Los mejores frenan si quien está al volante no lo hace y reciben la señal de objetos pequeños que se atraviesan, como bicicletas, peatones y motos para realizar maniobras evasivas sin que algún humano intervenga.

Parqueo asistido

No a todo el mundo se le da eso de ubicar el vehículo en reversa en una celda de parqueo de un edificio de apartamentos o un centro comercial. Con esta Ada, basta circular despacio mientras se busca dónde estacionar y accionar el sistema para que el vehículo avise dónde puede ingresar. Con solo ubicarse frente al lugar de reposo y accionar la reversa, el vehículo empieza a girar el timón mientras el conductor maneja acelerador, freno y caja, hasta lograr la acomodación, bien sea en perpendicular (zona de parqueo) o en paralelo (fila). Varios modelos premium pueden accionarse a control remoto -como un juguete de pilas- desde la llave cuando quedan encerrados en un sitio de parqueo y los conductores no puede abrir las puertas para ingresar.

Cámara periférica

Varios sellos la ofrecen también como ‘cámara 360 grados’, referida, en realidad, a un paquete de lentes ubicados en el panorámico o la parrilla delantera, a la altura de la placa posterior y en los espejos laterales. Cuando el piloto aplica la reversa, se enciende ese entramado que muestra lo que sucede en todos los costados del vehículo mientras se realiza la maniobra. Es especialmente útil en lugares muy estrechos que obligan a ir hacia adelante y hacia atrás hasta quedar en posición y resulta especialmente útil con las líneas de posicionamiento que se mueven conforme gira el timón y los sensores delanteros, laterales y traseros. Las más avanzadas muestran el ícono del auto desde arriba (como si lo estuvieran viendo desde un satélite o un dron), el cual puede moverse con un dedo sobre el monitor central con el fin de monitorear todo lo que sucede alrededor antes de realizar el último movimiento.

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