El 13 de febrero de 2025 se estrenará en Colombia 'Aún estoy aquí' (Ainda Estou Aqui, en portugués), la película de Walter Salles basada en el libro homónimo de Marcelo Rubens Paiva. Este emotivo relato está ambientado en el Brasil de 1970 y sigue la lucha de Eunice Facciolla Paiva (Fernanda Torres), quien debe criar a sus cinco hijos y tratar de encontrar las respuestas sobre el secuestro de su esposo, Rubens Paiva (Selton Mello), por las fuerzas armadas.
La cinta comienza con una falsa sensación de serenidad que permite ver las amorosas dinámicas de una familia de clase media en Río de Janeiro. La calidez del verano brasileño y la comodidad de un hogar cuyas puertas siempre permanecían abiertas para darle la bienvenida a todo el mundo muestran el idilio en el que vivían los siete integrantes de la casa Paiva.
Se ve cómo este clan brasileño va a la playa, come, baila, canta y transmite el amor que abunda en sus corazones. No obstante, pequeños detalles que suceden detrás de las cariñosas escenas muestran cuál es el verdadero contexto que los rodea. Poco a poco, estos guiños se trasladan del fondo a la superficie de la vida de Eunice y sus seres queridos.
El clima de miedo está construido bajo una narrativa sobre los efectos de la dictadura militar de Brasil en esta familia que salen a la luz por primera vez cuando están con amigos disfrutando del tiempo en la playa. Posan todos juntos para inmortalizar el recuerdo mediante una fotografía cuando ven los interminables enjambres de camiones militares que circulan por las calles de Río de Janeiro.
Luego, los impactos del ambiente político en los Paiva se agravan cuando la hija mayor, Veroca (Valentina Herszage), viaja en carro junto a su novio y amigos. Al inicio, parece ser la imagen veraniega perfecta y el auténtico reflejo de una adolescencia feliz hasta que, en cuestión de segundos, cambia el tono de la película. Los jóvenes entran a un túnel y se encuentran con un control policial que detiene el vehículo.
Los agentes son agresivos y los obligan a bajar del auto, revisan sus pertenencias con brusquedad y los tratan con una brutalidad despiadada. Aunque el encuentro es breve y no tiene consecuencias más allá del susto, deja un huella imborrable que demuestra uno de los temas principales de 'Aún estoy aquí', la fragilidad de la vida y cómo la felicidad más pura puede desvanecerse de repente.
Poco después, Veroca, más conocida como Vera, se muda a Londres. Estando en el extranjero, la joven envía cartas detalladas a su familia y videos grabados con una cámara de 8 mm. Los padres y sus cuatro hijos que permanecen en Brasil disfrutan del vistazo en la vida de la primogénita lejos de la opresión en su país de origen.
Comienza un antes y después en la cinta cuando la rutina de los Paiva es interrumpida por una visita inesperada. Un grupo de hombres llega en busca de Rubens y le dicen que debe ir a la comisaría de policía para dar una declaración. La audiencia comprende que este es probablemente el último encuentro entre el hombre y su esposa, Eunice, quien no entiende qué es lo que está sucediendo.
El silencio es el protagonista de la escena y, aunque no se menciona explícitamente, la expresión facial de Rubens y el hecho de que los sujetos accedan a su petición de vestirse con ropa más elegante antes de partir revelan que es su final. Suceden múltiples despedidas durante este tiempo que, aunque los personajes no lo sepan, los espectadores sí.
Quizás una de las más desgarradoras en cuando llega una de sus hijas, Nalu (Bárbara Luz), después de jugar en la playa. Sin percatarse de que su papá no volverá, le pide una de sus camisas antes de volver a salir a disfrutar del verano. Él se la entrega, le pide un beso antes de partir y la mira con unos ojos que expresan mucho más que las palabras.
Al subir al coche, la mirada final de Rubens hacia su esposa confirma su destino: no regresará. Días después, Eunice y su hija Eliana son llevadas a una prisión militar a ser cuestionadas. Durante el interrogatorio de la madre, en un cuarto oscuro y manchado de sangre, le preguntan sobre el conocimiento que tenía de las actividades de su esposo, pero para ella solo importa una cosa: saber si su marido sigue con vida.
La joven, de 15 años, es liberada un día después mientras que su mamá pasa noches en vela, encerrada y escuchando gritos y lamentos a través de los muros de la cárcel. Eunice marca los días en la pared de su celda hasta que, al ser liberada, el terror, la pérdida, la injusticia y la rabia la han transformado.
De una respetable ama de casa de clase media alta, se convierte en una vengadora fría, paciente e implacable, decidida a descubrir la verdad sobre el destino de su esposo. Su historia, interpretada de manera conmovedora por Torres en una actuación sutil y magistral nominada al Óscar, la convierte en una heroína.
Sin conocer el verdadero alcance de las acciones de Rubens, pues es un exdiputado del Partido Laborista Brasileño que, a pesar de ya no estar involucrado en la política sigue ayudando a los expatriados sin que su familia lo sepa, Eunice es liberada tras doce días de encarcelamiento. El resto de la película la sigue mientras intenta reconstruir su vida y acepta la devastadora certeza de que su marido ha muerto.
A medida que Salles retrata la vida de Eunice bajo la dictadura militar, queda claro que busca iluminar este período oscuro de la historia del país y, al mismo tiempo, recordar que las familias afectadas aún luchan por seguir adelante. Este mensaje se refuerza con dos saltos temporales: el primero que muestra la alegría detrás del reconocimiento del gobierno, pues después de 25 años puede oficialmente declararse viuda. El segundo que refleja a una Eunice mayor, interpretada por la legendaria actriz brasileña Fernanda Montenegro, madre de Torres en la vida real. En este momento de la cinta, sufre de Alzheimer, pero la claridad se ve en sus ojos cuando escucha en las noticias el nombre de su difunto esposo.
Esta película de Walter Salles es un emotivo retrato de la memoria, la pérdida y la resiliencia durante la dictadura de Brasil. La belleza del filme yace en cómo se cuenta la historia a través de los detalles mundanos. Desde las promesas sin cumplir, la infancia representada con la pérdida de los dientes de leche, la receta del delicioso soufflé casero que solo vivía en la fragilidad de los recuerdos de Eunice y una narrativa intercalada con videos caseros filmados en una cámara de 8 mm que inmortalizan instantes genuinos de amor y tranquilidad, esos que verdaderamente importan.
De este modo, es una devastadora celebración del espíritu humano, de las luchas personas, la importancia de la familia y de lo que pudo haber sido, pues en aquel hogar latía la posibilidad de un país diferente. Es la vida real de Eunice Paiva, quien nunca se derrumbó ante sus hijos, logró reconstruir su vida y reinventarse a pesar de su lucha silenciosa.
El reconocimiento de 'Aún estoy aquí'
Este filme se estrenó en Brasil en noviembre de 2024 y, próximamente estará disponible en Colombia a partir del 13 de febrero de 2025. Basada en una historia real y con más de veinte premios acumulados, 'Aún estoy aquí' se consolida como una de las mejores películas del año.
Su reconocimiento ha alcanzado los Premios Óscar 2025, donde ha sido nominada en tres categorías: Mejor Película, Mejor Actriz para Fernanda Torres y Mejor Película Internacional. Curiosamente, Torres sigue los pasos de su madre, Fernanda Montenegro, quien fue nominada en la misma categoría en 1999 por Central Station, repitiendo así un momento histórico en el cine.
SOFÍA ARIAS MARTÍNEZ
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO