El Consejo de Estado, en un fallo histórico, respaldó a la comunidad afrodescendiente de la Boquilla, en Cartagena de Indias, y ratifica la legalidad de la titulación colectiva de su territorio.
Los magistrados de la Subsección B de la Sección Tercera del Consejo de Estado Alberto Montaña Plata, presidente de la subdirección, y Fredy Ibarra Martínez, magistrado encargado, revocaron la sentencia proferida el 31 de julio de 2020 por el Tribunal Administrativo de Bolívar y niega las pretensiones de una demanda que buscaba que la titulación colectiva del territorio le fuera arrebatada a esta comunidad.
Los demandantes pretendían la nulidad de la Resolución 467 de marzo 30 de 2012, expedida por el Incoder, hoy Agencia Nacional de Tierras (ANT), por medio de la cual esa autoridad adjudicó predios baldíos al consejo comunitario de las comunidades negras de la Boquilla.
La ley 70 que otorgó tierra a los afros
La Boquilla recibe a turistas franceses Foto:John Montaño/ EL TIEMPO
Los demandantes alegaban que esta resolución era nula porque la adjudicación recayó sobre predios urbanos, a pesar de que la ley 70 de 1993 que creo las titulaciones colectivas en todo el territorio nacional procede sobre predios rurales, de acuerdo con los artículos 55 transitorio de la Constitución y 2° y 6° de la mencionada ley, así como las normas del POT de Cartagena, entre otras disposiciones.
En su fallo, el Consejo de Estado resaltó que el Plan de Ordenamiento Territorijal (POT) de Cartagena, en su decreto 977 de 2001, clasifica a La Boquilla como un corregimiento, lo que corrobora su carácter rural.
"El artículo 11 del POT incluye a La Boquilla dentro del componente rural del Plan de Ordenamiento Territorial", subraya el Consejo de Estado.
La historia de un pueblo que lucha por su territorio
El médico Benjamín Luna recuerda el día en que el primer presidente afroamericano de los Estados Unidos estrechó su mano para entregarle el título de tierras que su pueblo de pescadores esperaba desde hacía siglos. Fue la tarde del domingo 15 de abril de 2012, en una ceremonia llena de la magia y el color del Caribe colombiano. También de símbolos históricos.
La plaza de San Pedro Claver, en el Centro Histórico de Cartagena de Indias, fue el escenario. Cuatro siglos atrás, este icónico sitio había sido el epicentro de la diáspora africana. Las murallas de piedra fueron el telón de fondo para la tortura y venta de hombres, mujeres y niños como mercancías.
La Boquilla recibe a turistas franceses Foto:John Montaño/ EL TIEMPO
Pero ese cordón amurallado también había sido testigo de la mayor obra humanitaria a manos de san Pedro Claver, el sacerdote jesuita que, entre 1617 y 1651, curó y calmó el hambre y la sed de millones de esclavos traídos de África en barcos negreros durante la Colonia.
Para resarcir un ápice de este episodio de la humanidad, esa tarde de abril de 2012, una veintena de niños viajaron desde las poblaciones de La Boquilla (Cartagena) y San Basilio de Palenque (municipio de Mahates, Bolívar) para acompañar al médico Benjamín Luna y al profesor palenquero Sebastián Salgado. Ambos recibieron, de manos del presidente Barack Obama, la Resolución 0467 del 30 de marzo de 2012, emitida por el Incoder (hoy Agencia Nacional de Tierras – ANT).
Aquel documento era un hito por sí mismo: otorgaba los dos primeros títulos colectivos a comunidades afro del Caribe colombiano, desde que había sido promulgada la Ley 70 en 1993. Esa norma les da reconocimiento y propiedad sobre el territorio ancestral a las comunidades preservadoras de las tradiciones cuyas raíces en América se remontan a la llegada de los pueblos africanos.
Fiestas del Pescador en La Boquilla, Cartagena Foto:John Montaño/ EL TIEMPO
El presidente Obama estaba allí porque había sido uno de los 32 jefes de Estado invitados a la VI Cumbre de Las Américas, que se celebró en Cartagena del 9 al 15 de abril de ese año.
“Ahora nuestras tierras están blindadas y la comunidad tiene garantías de que no será desplazada por empresarios que tienen la mira puesta en hacer proyectos turísticos e inmobiliarios en el territorio que nos pertenece como comunidad afrocolombiana”, pronunció aquella tarde el médico Luna durante su discurso de agradecimiento ante los asistentes que llenaron la plaza de San Pedro Claver.
Las palabras de Luna vuelven a tener eco hoy, cuando La Boquilla, esa población afrodescendiente de más de 6.000 habitantes, que tiene más de dos siglos de ancestralidad entre el mar Caribe y la ciénaga de La Virgen, en el norte de Cartagena, sufre el más prolongado y silencioso proceso de gentrificación en toda su historia. Un despojo a cuentagotas que conduce a la desaparición inexorable de una cultura y un modo de vida.
Fue Concepción Miranda, aguerrida líder afro del corregimiento de Rocha, municipio bolivarense de Arjona, en las ardientes orillas del canal del Dique, quien radicó la primera solicitud de titulación colectiva para su pueblo, después de asistir a un taller sobre la Ley 70 liderado por el Incoder.
Aunque Concepción nada tiene que ver con el pueblo boquillero, sí puso la semilla para que sus habitantes comenzaran a luchar por el reconocimiento de su territorio.
Fue así como La Boquilla fundó su primer Consejo Comunitario de Comunidades Afro en junio de 2009, que tuvo entre sus primeras tareas reclamar los títulos colectivos del territorio.
Esta reclamación vio la luz en aquella ceremonia presidida por el entonces presidente estadounidense Barack Obama. Un evento simbólico, porque además de los corregimientos de La Boquilla y Palenque (en Mahates), también despejó el camino, igual de esperanzador, para otras comunidades cartageneras en busca de titulación.
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Documental de la periodista Jineth Bedoya. Foto:
John Montaño
Corresponsal de EL TIEMPO
Cartagena
En X: @PilotodeCometas