La renuncia de Armando Benedetti a la embajada de Colombia en la FAO, en Roma, y su regreso al escenario político con eventual en la Casa de Nariño, confirmados este fin de semana, siguen produciendo réplicas en el entorno más cercano del presidente Gustavo Petro.
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Benedetti, el 'enfant terrible' de la política colombiana, vuelve a demostrar la influencia y cercanía con el Presidente, quien a pesar de los escándalos en las embajadas de Venezuela y la FAO y de los líos derivados de las filtradas declaraciones sobre el supuesto ingreso de 15 mil millones de pesos a la campaña del 2022 decidió acceder al deseo del ahora saliente diplomático: volver de lleno al país para tener un papel más protagónico en el Gobierno Nacional.
Armando Benedetti.
Foto:Archivo particular
"Voy a renunciar a la embajada en la FAO. Ya tengo lista la carta de renuncia, la paso la próxima semana (...) Vendré a ayudar al Gobierno en temas nacionales, a título de asesoría. Creo que a él le va bien (...) Para ser claros, ha faltado gente más idónea en el Gobierno. Más que gente idónea, también es con más experiencia”, le dijo Benedetti a la revista Semana.
El regreso del polémico exsenador, quien tiene además pendientes varios procesos penales tanto en Fiscalía como en la Corte Suprema, sorprendió incluso en el entorno más cercano del Presidente. De entrada, Petro tiene que darle manejo a una 'papa caliente': ¿cómo lograr que el retorno del hombre que fue clave en su triunfo en el 2022 no genere una situación crítica con su mano derecha, la directora del Dapre Laura Sarabia, a quien Benedetti púbicamente ha maltratado y de quien se sabe que no está dispuesta a trabajar con él en el Gobierno?
Incluso, este fin de semana salieron voces a defender el trabajo de Sarabia: "Quién quiere sacar a @laurisarabia? Es para una tarea… Ser a la vez barrera de contención, filtro y apoyo leal de un Presidente es dura tarea por que genera incomprensiones y ataques de quienes se sienten afectados o aislados algunos con razón, otros sin ella. Es común echarle la culpa al portero si no te dejan entrar a la discoteca", comentó el embajador en Londres, Roy Barreras.
La fórmula que se ha discutido es la del asesor externo, una suerte de enlace de alto nivel entre Casa de Nariño y el Congreso, que estaría pagado por recursos de la cooperación internacional (como en su momento ocurrió con José Obdulio Gaviria en el gobierno Uribe) y que, en principio, trabajaría de la mano con el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, para tratar de aceitar el trámite de los proyectos claves del Ejecutivo, especialmente en el Senado. Ahora, según fuentes consultadas por este diario, Cristo es uno de los sorprendidos por la noticia del regreso de Benedetti: cómo evitar que se convierta en un ministro de la Política en la sombra, incluso en contravía de las ideas del titular de la cartera, será otro de los líos que podrían llegar con la figura.
Laura Sarabia, Gustavo Petro y Carlos Carrillo
Foto:Presidencia
Sarabia, según fuentes cercanas al alto gobierno, se mantendrá por ahora en el Dapre. Pero no se descarta que en enero se produzcan movimientos que ya han venido sonando hace meses: su eventual paso al mundo diplomático. De hecho, algunas fuentes no descartan la misma Cancillería, cuyo titular, Luis Gilberto Murillo, podría dejar el cargo en los primeros meses de 2025, en la búsqueda de una precandidatura presidencial apoyada por el actual Gobierno. Las fuentes señalan que si Sarabia saliera del Dapre, allí llegaría Augusto Rodríguez, uno de los petristas purasangre y actual jefe de la Unidad Nacional de Protección.
Desde comienzos del año pasado, cuando su estadía en Venezuela ya no era sostenible a pesar de la cercanía entre Casa de Nariño y Miraflores, Benedetti quería regresar al país a instancias más protagónicas: se habló entonces del Ministerio del Interior y de la Cancillería. El escándalo por la filtración de las conversaciones en las que maltrató a Laura Sarabia -quien había sido parte de su equipo de trabajo legislativo y llegó con él a la campaña Petro Presidente en el 2022-- y las polémicas con el entonces canciller Álvaro Leyva llevaron a que el Presidente lo mantuviera en segundo plano por algunos meses, después de los cuales terminó premiado con la embajada en Europa.
Ahora, cuando ya las elecciones para Congreso y Presidencia del 2026 están en la mitad de la agenda política, el presidente Petro le dice sí a su regreso.
Armando Benedetti , ex embajador en Venezuela. Corte Suprema de Justicia
Foto:Sergio Acero Yate / El Tiempo
Las repercusiones de esa jugada se verán en los próximos meses. Benedetti es un zorro viejo en el menudeo electoral y, como se vio en 2022, consigue resultados. Para eso regresa en un momento en el que, como él mismo lo dijo en Semana, el Gobierno atraviesa dificultades. Pero su nombre, lo que representa en política y sus maneras generan mucho ruido y resistencias tanto en el petrismo más radical como en el sector de políticos tradicionales que como él -Roy Barreras y el mismo Cristo-- terminaron aterrizando en el llamado 'gobierno del cambio'.
En segundo plano, además, gravitan los líos judiciales del renunciado embajador, que eventualmente podrían dar al traste con toda su estrategia política: mientras en la Fiscalía y en la Corte evalúan las repercusiones jurídicas de la renuncia, por el consiguiente cambio de fuero, en este último tribunal debería producirse, también a comienzos del año entrante, una decisión en el caso por cargos de corrupción y enriquecimiento ilícito que tiene Benedetti por el caso de la Fiduprevisora.