Almendro, una pastelería europea en el corazón de Chapinero Alto

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Darle al paladar un pequeño viaje por Portugal, Italia, Polonia, Francia y, dentro de este continente, por Argentina. Esa es la propuesta de Almendro, una pastelería y repostería artesanal en el norte de Bogotá que lleva cuatro años cumpliendo con una premisa: ofrecer a sus comensales opciones diferentes con una oferta gastronómica difícil de conseguir en otra parte de la ciudad.

La repostería abrió en agosto de 2020, en plena pandemia, en una ventana de la Calle 62 # 3a- 36 por donde vendían sus productos para llevar. Rápidamente fueron llegando más y más clientes, que hacían filas –que se alargaban más por los centímetros del distanciamiento social– y agotaban toda la producción del día en tan solo dos horas: abrían a las 10 a. m. y para el mediodía ya prácticamente no tenían nada, cuentan Laura Palacio y Jorge Gómez, dos amigos que se asociaron para sacar adelante este proyecto.

Cuando comenzaron, tenían claro que en Bogotá hay una amplia oferta de panes y pasteles, y que por eso debían salir con algo diferencial. Así comenzó un proceso de ideación, investigación de productos y “prueba y error”, dice Gómez, un productor musical y docente que en Almendro está a cargo de la producción, control de calidad y el manejo de los empleados. Palacio, quien era estudiante de cine, se encarga del área administrativa y financiera y de las redes sociales.

Entre los dos decidieron el menú, el estilo, la marca y el nombre de Almendro, este último como un recordatorio de un árbol que florece en invierno, en condiciones difíciles, como las que vivieron ellos arrancando con esta pastelería en plena pandemia.

Sabores del mundo

Si bien hoy es conocida por traer productos dulces de distintas partes de Europa, el primer producto que sacó Almendro es de este continente. Se trata de las medialunas argentinas, que siguen siendo, hoy por hoy, uno de sus productos más vendidos. Tienen 16 sabores entre dulces y salados, con precios que oscilan entre los $8.500 y los $11.000, dependiendo del relleno.

Medialunas

Hay 16 sabores de medialunas, entre dulces, como la de fresas y crema pastelera, y saladas. Foto:Andrea Moreno. El Tiempo

Y aunque este es un producto típico argentino, también quisieron integrarle algo de sabor local así que entre los sabores hay una medialuna veleña, rellena con bocadillo de guayaba y mozarella de búfala, así como una rellena de uchuvas en almíbar y queso philadelphia. Entre las opciones saladas las hay con queso paipa, jamón y queso, salami o huevos revueltos, entre otras.

Otro de los bestsellers indiscutibles de la pastelería, y que le ha ganado reconocimiento entre la comunidad portuguesa que habita en Bogotá, es el pastel de nata ($6.000). Es una tartaleta hojaldrada y horneada, rellena de una nata suave, de la cual es difícil conformarse con solo una. Este postre, tradicional de Portugal, es de los primeros que se agota.

Pasteles de nata

Los pasteles de nata están entre los productos más vendidos de Almendro. Foto:Andrea Moreno. El Tiempo

El siguiente producto con buena acogida y un público francés creciente son los canelés ($6.000), bizcochos típicos de la ciudad francesa de Burdeos que llevan tres días de elaboración, pero que se acaban en un par de bocados.

Aunque algunas personas se intimidan al pensar que tal vez sea mucha la crema de los maritozzos ($9.000), este postre italiano ha venido ganándose el corazón, o mejor, el paladar, del público de Almendro. Es un pan brioche suave, relleno de crema inglesa y ralladura de limón que no es hostigante y que se derrite en la boca.

maritozzos

Los maritozzos es un pan brioche suave, relleno de crema inglesa y ralladura de limón. Foto:Andrea Moreno. El Tiempo

También elaborada en un pan brioche trenzado está la babka de chocolate ($11.000), un postre con raíces en la cocina judía y tradicional de países de Europa del este como Polonia –a donde más frecuentemente se asocia su origen– y Ucrania.

Estas opciones, destaca Gómez, le ofrecen al comensal la posibilidad de degustar un pedacito de la cultura gastronómica de otros países sin tener que esperar a viajar para probar estos sabores. Almendro también ofrece otras preparaciones dulces más comunes, pero no menos deliciosas, como torta de zanahoria, brownies y las tradicionales maría luisas.

Para todas las preparaciones la regla de oro, dicen los fundadores, es que “uno se lo pueda comer completo”. Es decir, en Almendro se esmeran para que no haya nada demasiado hostigante que le impida a alguien terminarse su platillo.

Por el lado salado, en el lugar ofrecen pasteles hojaldrados salados de pollo bechamel, y de espinaca y queso ricota ($11.000), a los que se suma la posibilidad de desayunar o comer un brunch con huevos al gusto, una medialuna y una bebida caliente ($24.000). Otras opciones son los bowls de fruta ($9.500), granola hecha por ellos ($14.000) o las tostadas francesas ($16.000).

Y en cuanto a las bebidas, hay distintas preparaciones a base de café –caliente y frío–, jugos, infusiones, sodas saborizadas, chocolate y tés de diferentes sabores para acompañar la pastelería.

Planes de expansión

Almendro comenzó despachando a través de una ventana pero así como crecieron los clientes, los fundadores de Almendro vieron la necesidad de ampliarse y abrieron hace dos años un punto en Chapinero Alto, en la Carrera 4a # 54 - 55, que sí puede ofrecer a los comensales la posibilidad de sentarse y consumir los productos en el sitio, aunque nunca han cerrado el punto de take away, el primero que tuvieron, por la insistencia de los vecinos de la zona en que no los dejaran abandonados.

El local de Chapinero tiene varias mesas adentro así como una terraza que también permite a los clientes disfrutar de su comida recibiendo algo de sol o de brisa, en ambos sitios la atención al público es dedicada y amable.

Además, en la parte interna, detrás del mostrador, se alcanza a ver parte de la zona de producción, en la que se evidencia el cuidado en la elaboración de los productos. Eso sí, aunque el sitio no es pequeño, hay rangos horarios en los que los clientes abundan y puede ser difícil conseguir una mesa.

Hoy en día Almendro es el trabajo de tiempo completo de Palacio y Gómez, que tienen a su cargo a 14 empleados fijos, entre los dos puntos. Aunque los socios quieren seguir creciendo y abrir nuevos puntos, dicen que es indispensable poder garantizar la calidad de los productos, que es verificada todos los días in situ a través de visitas.

Por ese motivo, por ahora, más que abrir una tercera tienda de inmediato, los dueños de esta repostería se están proyectando para tener una planta de producción que les permita desde allí garantizar la calidad de productos que puedan ser distribuidos a otros sitios.

María Isabel Ortiz Fonnegra 

Redacción Domingo

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