Cerca de 38 mil hectáreas de áreas protegidas, bosques y pastizales han sido arrasados por los incendios forestales que Ecuador vivió, durante las últimas cinco semanas, en todo su territorio.
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Cerca de mil damnificados, más de 45 mil animales muertos y al menos otros 5 mil afectados por el fuego y el humo, son las duras cifras que dejan 3.360 incendios registrados por la Secretaría Nacional de Riesgos desde enero del 2024, en 21 de las 24 provincias del país.
Quito, la capital ecuatoriana, fue declarada “bajo ataque” por el alcalde de la ciudad, Pabel Muñoz, debido a siete incendios forestales simultáneos que levantaron sospechas de “actos criminales y terroristas”.
Las llamas alcanzaron varias viviendas de barrios periféricos, la escena era dantesca mientras unos dos mil efectivos, entre bomberos, militares, policías y paramédicos lograban sofocar la quema que destruyó unas 120 hectáreas de bosque y afectaron a 23 especies silvestres.
Después de cinco años habrá vegetación nuevamente y para que se recuperen totalmente estas áreas tendrán que transcurrir entre 10 y 100 años
“Después de la pandemia del covid-19, esto es lo peor que le ha pasado al Ecuador, un golpe más que agobia a este país que ya enfrenta un alto índice de desempleo, la escalada de narcoviolencia, de delincuencia urbana y la paralización económica que está obligando a una migración masiva, todo a puertas de una campaña presidencial en la que se debaten los mismos problemas de hace una década”, dijo a El Tiempo el psicólogo Enrique Samaniego.
Tres meses deberán pasar para que la tierra se enfríe e inicie una etapa de hidratación y volver a sembrar. “Después de cinco años habrá vegetación nuevamente y para que se recuperen totalmente estas áreas tendrán que transcurrir entre 10 y 100 años”, asegura el técnico Sebastián Pillajo.
Según el ministro de Agricultura y Ganadería, Danilo Palacios, los incendios y la sequía han afectado a más de 35.000 hectáreas dejando un escenario complejo para la agricultura y el alimento para los animales productivos, lo que ya hace estragos en la cadena de abastecimiento para la población y en el incremento de precios.
En este escenario, han pasado más de 70 días para que las primeras lluvias de un retrasado invierno aparezcan, sofocando los incendios y ha dado un respiro a la agónica producción hidroeléctrica que ha obligado a un racionamiento energético en todo el territorio de hasta 14 horas diarias.
Pero los pronósticos no son alentadores. Las lluvias no lograron aumentar considerablemente los caudales de los ríos y se prevé lluvias aisladas hasta mediados de octubre. Así, los apagones seguirán en horarios de 10 horas en todo el Ecuador, aunque hay zonas en las que solo se recibe 4 horas de energía o los cortes llegan a más de 14 horas, según un informe de la cadena Ecuavisa.
Los embalses de las centrales hidroeléctricas, que cubren hasta el 95 por ciento de la demanda nacional de entre 4 600 y 4 800 megavatios, llegaron a cotas críticas mientras las generadoras térmicas están paralizadas por falta de mantenimiento.
A pesar de que la crisis energética era una advertencia pública desde hace más de cuatro años, en medio de confusa y contradictoria información sobre los recortes de energía, el gobierno esgrimió teorías de conspiración que incluso, en abril pasado, llevó al presidente, Daniel Noboa, a despedir a su ministra de Energía, Daniela Arrobo, y denunciarla ante la Fiscalía por supuesto “sabotaje”.
Ahora califica la situación como una “crisis de agua y no eléctrica” y según el mandatario estamos viviendo la peor sequía en 61 años. “Es un caos y es mucho peor de lo esperado”, puntualizó Noboa tras asegurar que los gobiernos anteriores "nos dejaron jodidos".
Rechazamos la falta de información y la poca previsibilidad del Gobierno ante esta crisis. Es hora de un cambio de modelo energético
“Rechazamos la falta de información y la poca previsibilidad del Gobierno ante esta crisis. Es hora de un cambio de modelo energético”, señaló María Paz Jervis, presidenta de la Cámara de Industrias y Producción. Según los gremios, cada hora de apagón le significan al país 12 millones de pérdidas.
El presidente de la Asamblea, Henry Kronfle, consideró que "la inexperiencia, la incapacidad y la improvisación de este Gobierno son los únicos responsables de esta crisis de apagones".
Lo cierto es que “Ecuador tiene un sistema eléctrico totalmente debilitado”, según lo asegura el presidente del Colegio de ingenieros Eléctricos, Marco Acuña. En diálogo con el Tiempo, destacó que hay un parque térmico sin mantenimientos preventivos y el 30 por ciento de esos equipos han superado los 30 años de vida útil. “Nada se ha realizado para planificar y dar continuidad al plan maestro de electrificación que marcaba una ruta para 50 años”, puntualizó.
Para superar el déficit de 1.080 megavatios que ha llegado hasta 1.500, según expertos, el gobierno ha convocado a licitaciones emergentes. En junio se contrató 341 megavatios por el valor de 352 millones de dólares. Alquiló, por 18 meses, una barcaza a la empresa turca Karpowership por un valor de 114 millones e inició el proceso para contratar 100 megavatios térmicos. Pero nada será suficiente, según el representante gremial.
Se han registrado apagones inesperados e incluso uno fue global en todo el país
Para el experto, esta es la crisis energética más grave que se ha vivido en Ecuador. Las dificultades venían desde hace varios años con apagones cíclicos, pero nunca habían afectado 10, 12 y hasta 14 horas en ciertos sectores.
“Se han registrado apagones inesperados e incluso uno fue global en todo el país”, dice, al vaticinar que la situación se podría mantener hasta el mes de diciembre, dependiendo de las lluvias y que Colombia no reduzca los 300 megavatios que actualmente le vende al Ecuador.
Desde el 2019 se reconfiguró toda la estructura legal para que el sector privado incorpore energía y desarrolle proyectos de transmisión y distribución. 11 concesiones otorgadas durante el gobierno de Guillermo Lasso no han contribuido con ningún kilovatio y, en enero pasado, Noboa impulsó la aprobación de la Ley emergente “no más apagones”, pero en la práctica no hay resultados, según Acuña.
Para el analista económico Alberto Acosta Bermeo, Ecuador necesitará una inversión de 17 mil millones durante la próxima década para evitar la crisis eléctrica
ANA LUCÍA ROMÁN - PARA EL TIEMPO - QUITO