Adultos mayores están siendo blanco de delincuentes que cometen hurtos y estafas

2 meses ago 23

El 6 de marzo Constanza estaba a punto de entrar a una cita médica en la carrera 24 con calle 63 en la clínica Colsubsidio. En ese momento la abordó un hombre, con acento mexicano. Le dijo que tenía un problema y que estaba buscando una oficina de abogados y que si lo podía guiar.

Su hijo denuncia que el extraño le cogió el brazo. Se cree que fue en ese momento cuando le suministró una sustancia que le generó una especie de perdida de voluntad. “De ahí en adelante ella me dice que se sintió diferente”.

Luego apareció un segundo sujeto. Este le dijo que, ambos, tenían un billete de lotería, que tenían que reclamar un premio, pero que no podían porque no tenían pasaporte. “Además, le dijeron a mi mamá que no tenían dinero para hacer sus vueltas y que, entonces, si ella les prestaba plata, le devolverían el doble”.

Aunque el joven dice que su madre estaba prevenida sobre estas modalidades de robo, lo que cree es que bajo el efecto de una droga ella perdió su voluntad. “Así fue que les contó que tenía una plata guardada producto de unos ahorros y la acompañaron hasta su casa”. Los delincuentes se las ingeniaron para que su víctima sacara todo su dinero y unas joyas de su residencia en Venecia, en el Sur de Bogotá. “En unas cámaras de video quedó grabado cuando ella le entrega todo, pero estaban ocultos con tapabocas y gafas. Era un disfraz. Eran experimentados. Todo el robo lo lograron en cuestión de diez minutos”.

Además, lograron que la mujer saliera de la casa con ellos y que les firmara unos papeles. “Yo creo que era para sacarle plata del cajero, pero como ella no maneja la clave, no le robaron por ese lado”.

A la víctima se la llevaron al sector de Galerías y allí la dejaron botada. “La hicieron preguntar por unas medicinas en una droguería y cuando ella volvió los ladrones ya no estaban. El tipo manejaba el discurso que estaba enfermo y esa fue la excusa para confundirla. A mí me llamaron y ella estaba en la lotería de Cundinamarca. Estaba llorando”. La denuncia ya está en la Fiscalía y a la víctima le están sacando exámenes para saber qué tipo de sustancia le suministraron.

Citas peligrosas

Otra modalidad, que usan los delincuentes teniendo como objetivo a los adultos mayores, son las llamadas que atormentan. María, cuya madre vive en Casas del Prado en Suba, contó que el 9 de febrero de 2023, su mamá, de 86 años, recibió una extraña llamada.

Le dijeron que su hija, quien trabaja en una entidad pública, la tenían retenida porque le habían robado la tarjeta de crédito y habían hecho compras y que quien llamaba era un compañero de trabajo y la quería ayudar. “No sé si mi mamá dio los datos de mi hermana y la dirección o qué ocurrió, pero le dijeron que en un rato iba a ir de la Fiscalía a la casa de mi mamá a decomisar dinero y lo de valor y que sacara pronto todo eso. Supuestamente, el señor que llamó, lo iba a guardar”.

La víctima sacó sus ahorros, 1.000 dólares y 300 euros, y se los llevó a unos tipos que la estaban esperando en el parque, pero estos le dijeron que buscara más ahorros de sus hijas. “La envolvieron diciéndole que la Policía llegaba con detectores y que se iban a llevar el dinero que encontraran. Ella se devolvió para la casa muy asustada y siguió buscando y desafortunadamente yo había dejado dos paquetes también con dólares, como 700, y ella me los sacó. Igual mi hermana tenía 250 dólares y también los sacó y hasta se cayó por subirse en una silla a buscarlos. Y lo peor, no encuentro mi pasaporte con la visa y ella no recuerda si también lo entregó”.

Los familiares de la victima dicen que todo fue muy extraño. “No sé si ellos llamaron teniendo datos precisos o si ella les dio nuestros datos, además no sé si ellos ya tenían la dirección de la casa por las bases de datos que les entregan o ella dio la dirección”. La Policía, dicen, no hizo nada.

Llamadas que atormentan

En tan solo una semana, dos mujeres adultas mayores de una misma familia fueron víctimas de una llamada aterradora en Bogotá. Quien sonaba al otro lado del teléfono era una actriz que lloraba desconsolada y que se hacía pasar por una pariente cercana, con nombre propio.

Lo siguiente que les dicen a las personas que contestan es: “Acabo de atropellar a una niña. Dios mío. Esto es terrible. Mamá, mamá, pasó algo terrible, una tragedia, maté a una niña. Ayúdenme. Se está muriendo. Me dijeron que se va a morir”. Luego, la delincuente le dice a quién contesta que la tienen presa y que va a pasar al teléfono el comandante de una estación en donde la tienen recluida.

Después, lo que se escucha es a un hombre que actúa perfectamente como una autoridad y quien ratifica que, efectivamente, la persona está detenida. Este les pregunta a los incautos que digan los nombres completos de los familiares con la excusa de revisar si tienen o no antecedentes penales y si dijeron o no la verdad en el momento de identificarse. También que la víctima, supuestamente atropellada, está sangrando mucho y que está en peligro de muerte. Para ese momento ya logra que, en muchas ocasiones, la víctima colapse de los nervios y comience a dar información como nombres, apellidos, cuentas bancarias, entre otros, cuando el engaño culmina.

Sandra Herrera, otra víctima, contó que le ocurrió algo parecido. “Estaba en el trabajo y la llamada la recibieron mis hijos. Les dijeron que yo había atropellado a una señora embarazada que se iba a morir y que me iban a llevar a la cárcel. Que tenían que sacar todo lo que estaba dentro de la casa y llevarlo, incluido dinero y objetos. Por fortuna no cayeron”.

¿Cómo prevenir estos delitos?

Dude de mensajes en WhatsApp sobre subsidios, empleos u ofertas. Confirme la veracidad de la información antes de abrir enlaces o dar información personal.
Tenga en cuenta que los delincuentes suplantan amigos, entidades bancarias y comercios reconocidos para robar claves y datos. No es usual que se soliciten datos personales o dinero por canales virtuales.

Evite compartir información personal en redes sociales como dirección, nombre, celular, cédula y datos de familiares, pues puede ser usada para estafas o suplantación.

Desconfíe de mensajes sobre embargos, reportes a centrales de riesgo, comparendos y citaciones judiciales.

Cuidado con enlaces extraños que reciba, los delincuentes los usan para infectar los computadores y después exigir pagos para restaurar el acceso.

Marque las tarjetas de crédito y débito para prevenir clonaciones, estafas o suplantaciones en operaciones en cajeros o pagos con datáfonos.
Destruya la banda magnética y el chip de las tarjetas de crédito y débito que ya no use, contienen información clave que puede ser usada por otros.

CAROL MALAVER
REDACCIÓN BOGOTÁ
carmal@eltiempo.com
@CarolMalaver

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