Yady Fernández parece tener una sonrisa eterna. Todo lo toma con la alegría de saber que la vida, hace 10 años, le dio una segunda oportunidad que ha aprovechado al máximo, a tal punto de que el domingo, en Barranquilla, cumplió, tal vez, uno de sus sueños de infancia, darle un título mundial a Colombia.
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Fernández hizo parte fundamental de la Selección que ganó la primera edición del Campeonato Mundial de Fútbol Femenino para amputados, que se jugó en Barranquilla, con 12 equipos participantes.
El fútbol ha sido parte de su vida desde niña, cuando comenzó a jugar en su natal Palmira (Valle del Cauca). Sin embargo, la muerte de su padre, Fernando, fue el primer golpe. Su mamá, Selene, se fue a España a trabajar y Yady quedó bajo el cuidado de una tía. A los 13 años, se fue a vivir a las Islas Canarias con Selene y allá comenzó a jugar con el Unión Deportiva Balos.
El accidente en el que Yady Fernández nació por segunda vez
Llegó a estar en una preselección Colombia en 2011 y entrenó junto a figuras como Yoreli Rincón, Carolina Pineda, Ingrid Vidal y Carolina Arias. Luego regresó a España y, en unas vacaciones en Guayaquil (Ecuador), sufrió un accidente que le cambió la vida, en 2014: iba en una moto con un primo suyo, Ramiro, y un conductor borracho los atropelló. Ramiro falleció y Yady perdió su pierna izquierda. Fue sometida a ocho cirugías.
Tras una larga recuperación, Yady volvió al deporte, pero en otra disciplina. Se convirtió en una destacada ciclista, con varias medallas nacionales en pista y ruta. Y en ese plan estaba cuando el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol para amputados, Édgar Blanco, intentó convencerla de meterse en este deporte.
“Si te digo la verdad, llevaba una semana de adaptación y ahí, de una, llegué al Mundial”, le confesó Yady a EL TIEMPO. Aunque no fue inmediata. “Tenía primero competencias de ciclismo, tenía que ver cómo me iba. Iba a correr en Boyacá, entonces les dije que corría primero y que después mirábamos. Al final salí subcampeona nacional. Ahí le dije, hay luz verde”, agregó.
En la Selección se encontró como directora técnica a Kelys Peduzine, integrante del primer equipo que jugó un Mundial femenino, en 2011 en Alemania. “Con Kelys todas teníamos claro que íbamos a ser campeonas del mundo. Era una corazonada tan bonita que nos aferramos a ella. Nos aferramos todas a entrenar fuerte, estudiamos muchísimo a los rivales”, aseguró.
Yady volvió a tocar un balón en competencia oficial después de 10 años, con muchas cosas a las que debía adaptarse. Se le iba a notar en algunas cosas, como se contará más adelante. “Lo primero que tuve que aprender fue a correr, me veo un poco lenta corriendo. Pero la verdad, yo creo que como veía a mis compañeras en un nivel chévere, que me exigían a mí, ahí me dije: ‘quiero estar a la altura de ellas’ ”, contó.
La adaptación resultó ser más rápida de lo que ella pensaba. “Yo les preguntaba que qué me veían, que qué debía mejorar. Simplemente, casi siempre me decían que todo estaba bien”, aseguró. “Lo más difícil era correr con las manos. Me comienzan a doler mucho las escápulas. Pero ahí tú tienes que meterle pasión. Fue algo de corazón”, agregó.
Cuando llegó al equipo, Yady no conocía a ninguna jugadora. Lo que no esperaba era que ella hubiera sido inspiración para sus compañeras.
“Había una, la número 10 (Johana Neira), que se me acercó, me dijo que estaba ahí porque me seguía. Yo fui acá en Cali una medio entrenadora para personas amputadas del pie y les estaba enseñando a jugar. Hice una convocatoria. La chica me seguía, me decía que me admiraba mucho y ella acudió a una convocatoria en Bogotá. Me lo agradeció mucho y me dijo que nunca dejara de hacer el bien”, recordó.
Las características del fútbol para amputados
El fútbol para amputados se juega con equipos de siete en un campo más reducido y porterías también más pequeñas. Las arqueras no pueden salir del área. El Mundial tuvo como sede principal el estadio Romelio Martínez, de Barranquilla, donde trazaron la cancha de 70 metros de largo por 60 de ancho.
“No es muy diferente. Acá nosotras corremos con muletas. Los tiempos son de 20 minutos y los entrenadores pueden pedir tiempos de un minuto, pero ni ellos pueden entrar a la cancha ni nosotras podemos salir”, explicó.
La experiencia de Peduzine desde el banco y de Yady en su paso por el fútbol 11 ayudó mucho a la Selección a juntar talento y mejorar el juego.
“Yo aporté más como en ese tema del toque de balón, de abrir el juego por las bandas. También tengo como esa visión de dar pases de gol. Contra Polonia, en el primer partido, hice como cuatro o cinco. Y Kelys, desde su experiencia como jugadora, nos ayudó mucho a trabajar la defensa. Y también a que creyéramos en nosotras, aunque en el último partido estábamos asustaditas”, contó.
El debut de la Selección fue contra Polonia, que traía mucha experiencia, a tal punto de que en ese país hay Liga de amputados. Sin embargo, el comienzo fue victorioso: 1-0, con un gol de Yady de media distancia, en una pelota que sorprendió a la arquera polaca y la bañó.
Colombia tuvo un paso arrollador en el resto de la primera fase, en la que goleó 4-0 a Brasil y a Perú. Así se metió a las semifinales del torneo, donde les esperaba uno de los rivales más difíciles, la selección de Kenia. Ganaron 1-0, nuevamente con gol de Yady.
“Kenia nos hizo correr un poquito más, ellas también son muy rápidas. Una compañera, Yenny Ortiz, tiró a puerta una falta, yo me desmarqué, a la portera le rebotó el balón y se agachó a cogerlo, y yo pateé primero la pelota. Le metió el balón entre las piernas”, describió.
La dura final contra Estados Unidos en la que lograron el título mundial
La final fue contra Estados Unidos, un partido durísimo contra un rival que, al igual que Polonia, que acabó en el tercer lugar, tiene Liga. “La número 40 de ellas (Donathan Amie) era una jugadora durísima, incluso, en su país, juega contra hombres. Cuando cogía el balón nos ponía a sufrir. Al principio del partido me dediqué a cubrirla a ella. Me daban nervios, lógicamente no sé defender muy bien, entonces acordamos con una compañera para que ella me ayudara: si ella se la llegaba a llevar, yo me quedaba como una pared, así fuera para estorbar”, señaló.
El partido acabó 1-1 y el título mundial se definió en lanzamientos desde el punto penalti. ¿Recuerdan que más atrás contamos que a Yady le faltaban algunos aspectos para adaptarse? Uno de ellos fue el cobro de penalti.
“Cuando me tocó cobrar a mí, cambié de estrategia y se me fue a un lado. Como todavía no sé muy bien cómo organizarme, acabé dando un paso de más y terminé pegándole con los taches. Afortunadamente, las dos últimas compañeras metieron el gol”, explicó.
La celebración fue moderada. “Del estadio nos fuimos a comer, ¡teníamos mucha hambre! El jefe nos compró unas cervezas y de ahí nos fuimos para el hotel. Algunas sí salieron. Yo me quedé en la habitación, me bañé y me puse a organizar la maleta. Tenía la puerta abierta, porque las muchachas fueron a buscarme, y al rato entró una de las polacas a buscarme. Nos pusimos a hablar a punta de traductor de Google. Ella me felicitó también y se despidió dándome un abrazo”, contó.
Ya en su casa, en Cali, a Yady sí la recibieron con una parranda vallenata. “La verdad, por ahora, no me las creo. Es un logro que hace muchos años quería conseguir, pienso que me lo merezco. Entonces nada, esto es muy bonito”, se sinceró.
Así como su generación en el fútbol femenino marcó una época y un camino para hacer crecer este deporte, Yady espera que este título mundial le dé, por fin, la importancia que merece el deporte paralímpico.
“No sé qué le pasa a la gente, que no le da importancia al juego paralímpico, nosotros somos de admirar. Imagínate si los canales hubieran puesto nuestro partido en la televisión, a cuánta gente no hubiésemos inspirado. En nuestro propio país casi no se notó lo que hicimos. En otros países los deportistas paralímpicos son gente respetada. Ojalá que la gente empiece a cambiar ese chip”, contó.
Con una sola semana de preparación, Yady es campeona mundial. No va a abandonar el ciclismo, pero en el fútbol quiere seguir, y el año entrante habrá un Suramericano en Brasil. Por lo pronto, junto a Yenny Ortíz, Johana Neira, Sandra Ángel, Lorena Morales, Sandra Páez, Yenifer Coronado, Nelfi Guarnizo, Laura Rojas, Yenifer Cedeño, Derly Cuero, Martha Céspedes y Noraima Valentina, ya quedó en la historia.
José Orlando Ascencio
Subeditor de Deportes
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