Aplausos se escucharon dentro la Capilla Sixtina, donde estaban los 133 cardenales en el cónclave, cuando eligieron al cardenal Robert Francis Prevost para ser el papa León XIV. El Vaticano publicó un video con las emociones que se vivieron allí, mientras afuera había miles de feligreses esperando la señal del humo blanco.
En las imágenes conocidas, se observa a los cardenales de pie, en sus respectivos puestos. En el centro de la Capilla estaba el nuevo Papa, quien presidía los actos solemnes al confirmarse su elección.
Elección del papa León XIV. Foto:X: @VaticanNews
El sumo pontífice, ya vestido con el hábito largo, la sobrepelliz, la muceta, la estola dorada, el cordón y la cruz, salió sonriendo de la Capilla en medio de aplausos de los cardenales. Luego, se dirigió a una pequeña sala para orar a solas.
Papa León XIV salió de la Capilla Sixtina a una sala para orar. Foto:X: @VaticanNews
Al volver al pasillo principal, saludó al personal del Vaticano y volvió a encontrarse con los demás cardenales.
"El Papa León XIV abraza a cada uno de los cardenales electores justo después de aceptar su elección para convertirse en el 267º Papa", señaló el Vaticano.
Papa León XIV rezó antes de salir al balcón. Foto:X: @VaticanNews
Las imágenes mostraron parte del detrás de cámaras que se vivió en la Capilla justo cuando afuera cientos de personas esperaban ver al nuevo Papa.
Minutos más tarde, León XIV compareció en el balcón de San Pedro y dio su primer discurso.
El primer discurso del nuevo papa León XIV
El nuevo papa León XIV les habló a los feligreses poco después de su elección para recordar que "Dios ama a todos incondicionalmente".
Tras varios mensajes, incluso habló en español para saludar a la diócesis de Chiclayo, en el Perú. Este fue su discurso completo:
¡La paz esté con todos ustedes! Queridísimos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo Resucitado, el buen pastor que dio la vida por el rebaño de Dios. También yo quisiera que este saludo de paz entrara en su corazón, alcanzara a sus familias, a todas las personas, dondequiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra. ¡La paz esté con ustedes!
Papa León XIV durante su primer discurso. Foto:Andrej ISAKOVIC / AFP
Esta es la paz de Cristo Resucitado, una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante. Proviene de Dios, Dios que nos ama a todos incondicionalmente. Aún conservamos en nuestros oídos esa voz débil pero siempre valiente del Papa Francisco que bendecía a Roma. ¡El Papa que bendecía a Roma daba su bendición al mundo, al mundo entero, aquella mañana del día de Pascua! Permítanme dar continuidad a esa misma bendición: ¡Dios nos quiere, Dios los ama a todos, y el mal no prevalecerá! ¡Estamos todos en las manos de Dios! Por lo tanto, sin miedo, unidos de la mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo va delante de nosotros. El mundo necesita su luz. La humanidad necesita de Él como el puente para ser alcanzada por Dios y su amor. Ayúdennos también ustedes, luego los unos a los otros, a construir puentes, con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz. ¡Gracias al Papa Francisco!
Papa León XIV. Foto:AFP
Quiero agradecer también a todos los hermanos cardenales que me han elegido para ser Sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes, como una Iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia, tratando siempre de trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio, para ser misioneros.
Soy hijo de San Agustín, agustino, que dijo: “Con ustedes soy cristiano y para ustedes obispo.” En este sentido, todos podemos caminar juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado. ¡A la Iglesia de Roma, un saludo especial! [aplausos] Debemos buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes, el diálogo, siempre abierta a acoger como esta plaza con los brazos abiertos. Todos, todos los que necesitan nuestra caridad, nuestra presencia, el diálogo y el amor.
Palabras en español: si me permiten también, una palabra, un saludo a todos aquellos y en modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo.
A todos ustedes, hermanos y hermanas de Roma, de Italia, de todo el mundo, queremos ser una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, una Iglesia que busca siempre la paz, que busca siempre la caridad, que busca siempre estar cerca especialmente de quienes sufren. Hoy es el día de la Súplica a la Virgen de Pompeya. Nuestra Madre María quiere siempre caminar con nosotros, estar cerca, ayudarnos con su intercesión y su amor. Entonces, quisiera rezar con ustedes. Recemos juntos por esta nueva misión, por toda la Iglesia, por la paz en el mundo, y pidamos esta gracia especial a María, nuestra Madre.
REDACCIÓN ÚLTIMAS NOTICIAS