Uno de los locutores más aclamados de Colombia confesó que robaba diamantes en Alemania

hace 1 semana 23

En las últimas horas, el periodista Rafael Poveda publicó el episodio más reciente de su pódcast ‘Más Allá del Silencio’, en el que estuvo conversando con el locutor Iván Martínez, conocido en Colombia por ser la voz oficial de Candela Estéreo y DirecTV en Hispanoamérica.

Durante la entrevista ‘Mr. DJ’ reveló detalles de su juventud, cuando se desempeñaba como ladrón de joyas, así como los inesperados momentos en los que estuvo involucrado y la razón por la que decidió cambiar su vida completamente.

“Al ver la situación de mi madre, pues mi padre la había dejado sola, yo quería ser el hombre de la casa, buscaba ayudarle, quise ayudarle de la manera menos indicada”, explicó el locutor refiriéndose a la compleja infancia que vivió en el barrio Buenos Aires, en Medellín, donde empezó a relacionarse con jóvenes que se dedicaban a hurtar en las noches.

Según el relató del hombre, en una ocasión sus amigos lo invitaron a participar en uno de los robos, pero únicamente como ‘campanero’, con el objetivo de que avisara cuando viera a la policía rondando el lugar.

Con el paso del tiempo, Martínez empezó a participar de manera activa en los hurtos y con el dinero que ganaba por la venta de farolas para carro, lograba comprar algunos alimentos esenciales para el hogar como leche, pan o arroz.

Frente a esto, el periodista le preguntó si su madre en algún momento sospechó a que se dedicaba él en las noches, por lo que rápidamente el locutor de Candela Estéreo dijo: “Se fue dando cuenta”, y agregó que, ante las dudas, la mujer tomó la decisión de trasladarse a la ciudad de Bogotá.

“Vivimos en un sector que no ayudó mucho”, expresó el hombre. Posteriormente, mencionó que en el barrio Las Cruces encontró un nuevo grupo, con el que robaban zapatos, joyas, chaquetas, farolas, aretes, bolsos y anillos.

“Empecé a conocer más gente, más delincuentes, más ladrones”, aseguró el locutor, pero explicó que había una tarea en particular que llamó su atención, debido a que no tenía que exponerse demasiado y requería estar completamente solo.

A partir de ese momento, Martínez empezó a visitar discotecas en las que sus víctimas eran personas homosexuales, por lo que, en repetidas ocasiones, se aprovechó del interés que despertaba en otros hombres para poder robarle sus pertenencias. Sin embargo, se percató de que en la capital los dueños de los establecimientos ya lo tenían identificado, por eso decidió seguir desempeñándose como ladrón en otros países, donde según él: “Las personas son muy confiadas”.

Después de visitar Venezuela, Puerto Rico y Jamaica, una persona cercana lo invitó a una exposición de diamantes en Alemania. Allí, se reunió con otros cuatro delincuentes y siguiendo las indicaciones que le habían dado, abordó a un ciudadano japonés, al que intentaron quitarle un maletín, sin contar que lo tenía sujeto a su mano con unas esposas.

Tras el incidente, el locutor fue capturado por la policía, junto al resto de sus compañeros, y en el trayecto hacia la estación acordaron que uno de ellos debía asumir la culpa del robo. Martínez fue condenado a 25 años de cárcel, pero al revelar información le rebajaron la pena y finalmente fue deportado a Colombia.

Al volver al territorio nacional, continuó participando en actos vandálicos que lo llevaron a vivir en la calle. No obstante, un día se percató de que no tenía nada en la vida, por lo que decidió dejar todo en manos de Dios y desde ese día su destino cambió por completo.